Recordando el día más caluroso de la historia en Buenos Aires
En la jornada del 29 de enero de 1957 se alcanzó la temperatura más alta jamás registrada en la ciudad: 43,3 °C. ¿Qué sabemos de aquellos días?, ¿cómo se vivieron?
28 de enero de 2019. La sensación térmica alcanzó en Buenos Aires los 43,4 °C. Sin dudas, fue uno de los días más sofocantes de los últimos tiempos en la ciudad, ya que no es tan frecuente alcanzar estas marcas. Creemos que no puede haber nada peor en materia térmica en la “ciudad de la furia”, pero el archivo histórico y las estadísticas meteorológicas están ahí firmes para hacernos recordar que cada 29 de enero se cumple un nuevo aniversario del día más caluroso jamás registrado en la historia de Buenos Aires.
En aquel entonces, solo se hablaba de la temperatura real y nada se indicaba al respecto de la sensación térmica. Si nos quejamos cuando la térmica supera de vez en cuando los 40 °C, imaginemos lo que habrá sido vivir esa seguidilla de altas temperaturas en enero de 1957 que alcanzó el pico extremo en la tarde del 29 con una marca histórica de 43,3 °C en la ciudad de Buenos Aires, registro que nunca más volvió a repetirse hasta el momento. De hecho, superar los 40 °C viene siendo difícil para la ciudad, algo que no sucede desde 1995.
El testimonio fílmico de aquellos días es elocuente. El Archivo General de la Nación Argentina compartió un video en donde se observa una Buenos Aires muy distinta a la que conocemos actualmente, con personas trabajando sin remera, y otras disfrutando el tiempo libre intentando paliar la situación en grandes piletas o con mangueras. Por aquel entonces era también muy habitual encontrar un respiro en los balnearios del Río de la Plata. Los diarios de aquellos días daban la información de 11 insolados muertos y numerosos internados.
¿Qué sabemos de aquellos días históricos?
La información que se tiene de aquella época de fines de los ´50 no abunda. De los registros oficiales en distintos puntos de medición del Servicio Meteorológico Nacional, se deduce que fue una seguidilla de varios días con elevadas temperaturas, comenzando el día 25 de enero con una máxima de 33,3 °C en la ciudad. Las temperaturas siguieron en ascenso progresivo en los siguientes días hasta llegar a la histórica jornada del 29.
Según se desprende datos oficiales, aquel día inició con una temperatura mínima de 26,6 °C, alcanzándose el pico máximo de 43,3 °C cerca de las 16h. Reportes cercanos en el gran Buenos Aires de humedad relativa indican en aquella tarde valores en torno al 20 %-25 %, con lo cual hace pensar que esta situación meteorológica histórica se dio bajo una masa de aire relativamente seca, eventos típicos en la región que suelen darse cuando domina el viento continental noroeste.
Las condiciones cambiaron repentinamente hacia la noche: el viento rotó al sudeste en el área metropolitana, produciéndose alivio de casi 5 °C entre las 20 h y las 21 h. Este descenso térmico se acentuó durante la noche, para al día siguiente alcanzarse una temperatura mínima llamativamente fresca de 16,8 °C.