A solo 40 años luz de la Tierra puede haber un planeta acuático

Hace tres años fue hallada una supertierra con condiciones para que pueda desarrollarse la vida. Ahora un grupo de científicos descubren que es muy probable que este planeta esté cubierto por un gran océano de agua líquida.

Planeta acuático
A 40 millones de años luz, una corta distancia en el espacio, un planeta cubierto de agua tiene las condiciones óptimas para el desarrollo de la vida.

Hace tres años atrás una gran noticia había movilizado a quienes investigan entornos favorables para la vida fuera de nuestra Tierra. En ese momento un equipo internacional había descubierto una supertierra dentro de la zona habitable, o sea un lugar en donde la distancia a su Sol sea tal como para que se den condiciones para la existencia de agua en estado líquido.

Esa supertierra, a la que se llamó LHS 1140b, está situada a tan solo 40 años luz de distancia, según indica en un informe el diario ABC. Este planeta extrasolar rocoso como el nuestro pero algo más grande, fue considerado uno de los más prometedores para albergar vida. De hecho, es el lugar con más probabilidades de contener vida.

El planeta, se encuentra en Cetus, una constelación que es visible desde el hemisferio sur. Ahora, investigadores liderados por el Centro de Astrobiología (CAB, INTA-CSIC) han podido estudiar en detalle el sistema al que pertenece y han llegado a concluir que es altamente probable que este mundo pueda estar cubierto por un gran océano de agua líquida.

Un mundo cubierto de agua líquida

Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Astronomy & Astrophysics, y confirman la existencia de LHS 1140b y de otro mundo compañero, LHS 1140c. También se sugiere la presencia de dos más. Todos estos planetas alrededor de una enana roja cinco veces más pequeña que el Sol. Esto hace que LHS 1140b reciba la mitad de la luz solar que la Tierra, aunque su órbita a su estrella está ubicada a una distancia diez veces menor que la Tierra del Sol. Su vuelta alrededor de la estrella le demanda un año de 24,7 días terrestres.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores utilizaron los datos obtenidos con el instrumento de última generación ESPRESSO, instalado en el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile, y con el observatorio espacial TESS de la NASA. Con esta información, han podido concluir que LHS 1140b tiene 6,5 masas y 1,7 radios terrestres.

Con ese nivel de detalle pudieron calcular no solo su densidad (exactamente igual que la de la Tierra), sino también caracterizar su composición interna, es decir, la distribución del núcleo, manto y corteza, así como la cantidad de agua líquida que pueden tener. También pudieron concluir que la superficie de LHS 1140b está cubierta por un océano de agua líquida.

Más candidatos a planetas con agua líquida

El nivel y precisión de las observaciones han permitido llegar a conclusiones muy detalladas. Por caso, pudieron establecer que el núcleo de este mundo constituye la mitad de su masa. Comparativamente, en la Tierra, el núcleo representa un tercio. Por encima tiene un manto que cubre otro 47% de la masa. Y sus modelos indican que el 4% restante es agua por encima de su corteza, entre 5 y 80 veces más que en la Tierra.

Planeta con agua
El planeta acuático gira alrededor de una débil estrella enana roja.

Jorge Lillo-Box, autor principal del estudio indicó que ¨lo más probable es que el planeta esté bañado por un océano de agua, probablemente en estado líquido, o quizás con casquetes polares helados como la Tierra. Pero necesitaremos más observaciones e instrumentación más avanzada para poder entender bien la composición y estructura del planeta¨.

También han podido caracterizar mejor al segundo planeta conocido, LHS1140 c. Más cercano y con un período mucho más corto, gira alrededor de su estrella cada 3,8 días y es más pequeño y menos masivo que su compañero en zona habitable. Tiene muy poca agua, lo cual es de esperar por su cercanía a la estrella. Es posible que tenga un compañero orbital, que se conoce como troyano, que orbita con el mismo periodo aunque ligeramente separado del planeta principal. Por último, también detectó una tercera señal de un planeta desconocido hasta ahora, más alejado y con un periodo de unos 79 días.