África está perdiendo sus elefantes: la población total de esta especie se desplomó un 77 % en los últimos 50 años
En los últimos 50 años, las poblaciones de elefantes africanos han disminuido un 77 % debido a la caza furtiva y la pérdida de hábitat, según un estudio reciente publicado en la revista científica PNAS.

En las últimas cinco décadas, África fue testigo de una alarmante disminución en sus poblaciones de elefantes. Un estudio exhaustivo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) analizó datos de 475 sitios en 37 países africanos desde 1964 hasta 2016, revelando que, en promedio, las poblaciones de elefantes han experimentado una reducción del 77 % en su número.
La caza furtiva es desde siempre uno de los principales factores en la disminución de elefantes en África. Impulsada por la demanda de marfil en mercados internacionales, especialmente en Asia, esta práctica ilegal diezmó las poblaciones de elefantes de sabana y de bosque.
Según el estudio mencionado, las poblaciones de elefantes de sabana disminuyeron en un 70 % en los lugares estudiados. En tanto, las de elefantes de bosque sufrieron una reducción del 90 % en promedio en esos puntos.
El impacto y la crueldad de la caza
Los cazadores furtivos utilizan métodos brutales para obtener el marfil de los elefantes. Trampas, veneno y armas de fuego son empleados para matar a estos animales y extraer sus colmillos.
La caza furtiva no solo reduce el número de elefantes, sino que también desestabiliza las estructuras sociales de estos animales, afectando su reproducción y supervivencia a largo plazo. Además, la pérdida de elefantes impacta negativamente en los ecosistemas africanos, ya que desempeñan un papel crucial en la dispersión de semillas y en la configuración del paisaje.

El comercio ilegal de marfil sigue siendo una amenaza persistente, a pesar de los esfuerzos internacionales para erradicarlo. Organizaciones como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) implementaron restricciones severas al comercio de marfil, sin embargo el mercado negro sigue operando en diversas partes del mundo, impulsado por el alto valor del marfil en la industria del lujo.
Pérdida de hábitat: la otra amenaza
La expansión agrícola y el crecimiento de la población humana llevaron a una significativa pérdida de hábitat para los elefantes africanos. Grandes extensiones de tierra que antes servían de hogar para estos animales ahora se utilizan para la agricultura y otros desarrollos humanos.
Esta transformación del paisaje limita el espacio disponible para los elefantes, aumentando los conflictos entre humanos y fauna silvestre. Se estima que las poblaciones de elefantes africanos disminuyeron de 12 millones, hace un siglo, a unos 400.000 en la actualidad.
Los elefantes africanos del bosque fueron los más afectados: sus poblaciones se redujeron en un 62 % entre 2002 y 2011 y perdieron el 30 % de su área de distribución geográfica. Por su parte, los elefantes de la sabana africana se redujeron en un 30 % entre 2007 y 2014.

La pérdida de hábitat no solo reduce el espacio disponible para los elefantes, sino que también fragmenta las poblaciones, dificultando la reproducción y aumentando la vulnerabilidad a otras amenazas, como la caza furtiva. Además, la competencia con los humanos por recursos como el agua y el alimento genera conflictos que pueden derivar en la caza de elefantes para proteger los cultivos y el ganado.
Los efectos del cambio climático también agravan la situación: la sequía prolongada reduce la disponibilidad de agua y vegetación, obligando a los elefantes a desplazarse a mayores distancias en busca de alimento. Esto incrementa el contacto con comunidades humanas y, en muchos casos, desencadena represalias por parte de los agricultores que ven sus cosechas destruidas.
Esfuerzos de conservación y esperanza para el futuro
A pesar de las alarmantes cifras, existen casos donde las poblaciones de elefantes mostraron signos de recuperación gracias a esfuerzos de conservación efectivos. En el sur de África, por ejemplo, algunas poblaciones experimentaron incrementos debido a políticas de protección rigurosas y a la participación activa de las comunidades locales en la conservación.

Organizaciones internacionales y gobiernos locales están implementando estrategias para combatir la caza furtiva y proteger los hábitats naturales de los elefantes. Estas incluyen patrullas anti-furtivos, creación de corredores de vida silvestre y programas de educación y sensibilización para las comunidades locales.
En países como Kenia y Botsuana, la implementación de leyes más estrictas y la aplicación de tecnologías avanzadas, como drones y sistemas de rastreo por GPS, permitieron detectar y prevenir actividades ilegales. Sin dudas, ese es el camino correcto que se debe transitar para proteger esta especie.
Además, iniciativas como el ecoturismo sostenible proporcionan ingresos a las comunidades locales, incentivando la protección de la fauna y flora autóctonas. La colaboración internacional y el compromiso continuo son esenciales para garantizar un futuro seguro para los elefantes africanos y la biodiversidad del continente.