Alerta: ¿el aire que respiramos se volverá irrespirable?
Según un informe reciente de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la multiplicación de las olas de calor y los incendios forestales tendrá un impacto negativo en la calidad del aire.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) es la agencia especializada de la ONU para el tiempo y el clima. Publica un Boletín anual de calidad del aire y clima todos los años, que informa sobre el nivel de calidad del aire en todo el mundo y explica su estrecha correlación con el cambio climático.
Este año, la OMM se centra en el impacto de los humos que desprenden los incendios forestales, agravados por la multiplicación de episodios de sequía y olas de calor. Estos incendios, que se repetirán en los próximos años, emiten contaminantes especialmente nocivos para la salud humana.
Más emisiones de partículas finas
El informe se centra especialmente en la propagación de los incendios forestales en el oeste de Norteamérica y Siberia durante 2021. Estos incendios han provocado un aumento significativo de los niveles de partículas finas (PM 2.5), que son perjudiciales para la salud.
El Servicio de Monitoreo Copernicus de la Unión Europea mide las partículas en la atmósfera en todo el mundo. PM 2.5 (partículas que no superan los 2,5 micrómetros de diámetro) representan un peligro grave para la salud si se inhalan durante largos períodos de tiempo. Provienen en particular de la combustión de combustibles fósiles, incendios forestales o polvo del desierto arrastrado por el viento.
Durante el verano de 2021, intensos incendios forestales generaron concentraciones anormalmente altas de PM 2.5 en Siberia, Canadá y el oeste de los Estados Unidos. En el este de Siberia, las concentraciones de PM 2,5 han alcanzado niveles nunca antes vistos.
Según las estimaciones globales para el período 2003-2021 en el oeste de América del Norte, 2021 se encuentra entre los cinco años con mayores emisiones. Las concentraciones de PM 2,5 allí han superado con creces los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Y más picos de ozono...
A futuro, según el sexto informe del IPCC, se espera que la probabilidad de incendios forestales de alcance catastrófico (como los observados en Chile en 2017, Australia en 2019 y el oeste de Estados Unidos en 2020 y 2021) aumente en un 40- 60% para fines de siglo si las emisiones de gases de efecto invernadero se mantienen altas, y entre 30 y 50% si se mitigan las emisiones.
Además de las partículas finas, si las emisiones de gases de efecto invernadero siguen siendo lo suficientemente elevadas como para que la temperatura global aumente en 3°C por encima de los niveles preindustriales en la segunda mitad del siglo XXI, se espera que las concentraciones de ozono en superficie aumenten en las zonas más contaminadas, especialmente en Asia.
La mayor parte del aumento de ozono se explicaría entonces por un aumento de las emisiones por la combustión de combustibles fósiles (transporte, calefacción, industrias, etc.). Sin embargo, la OMM explica que alrededor de una quinta parte de este aumento podría provenir del cambio climático, debido a la intensificación de las olas de calor que acentúan los episodios de contaminación del aire.
Como resultado, es probable que la calidad del aire se deteriore aún más como resultado del aumento de las olas de calor, impulsadas por el cambio climático.