Amazonas: el riesgo de una posible pandemia en el hábitat de miles de murciélagos

El hábitat natural de miles de murciélagos, como la selva amazónica, podría ser el escenario de la aparición de una nueva pandemia. ¡Los murciélagos pueden albergar unos 72 mil virus!

Riesgo de pandemia
La destrucción del hábitat de los murciélagos, además de aumentar el riesgo de pandemia, está llevando a algunas especies de murciélagos al borde de la extinción. REUTERS/Zohra Bensemra

Apenas hemos salido de una pandemia y ya corremos el riesgo de entrar en otra, causada por un virus mortal hallado en murciélagos que viven en la selva amazónica.

En las profundidades de la selva amazónica, los científicos afirman que la próxima pandemia mundial podría comenzar en una cueva como la de Planaltina, que se extiende a más de un kilómetro y medio de profundidad y alberga miles de murciélagos. Existen muchas otras cuevas por todo el Amazonas.

El riesgo se debe a la rápida deforestación de la región amazónica. Los científicos afirman que la deforestación provoca estrés en los murciélagos y algunos estudios han descubierto que los murciélagos estresados pueden portar más virus y liberar más gérmenes en su saliva, orina y heces.

El despertar del virus

Durante milenios, los virus de los murciélagos merodearon por los bosques de África Occidental y otras partes inalteradas del mundo, pero apenas suponían una amenaza para la humanidad. Hoy, estos patógenos representan un campo de minas epidemiológico en 113 países y en todos los continentes excepto la Antártida.

Deforestación
La deforestación acelerada de los bosques tropicales podría afectar al hábitat natural de los murciélagos y desencadenar una posible pandemia. Fuente: REUTERS/ Zohra Bensemra

El peligro que representan los murciélagos no viene de morder a las personas, como se retrata en la literatura y las películas, incluso el famoso murciélago vampiro rara vez ataca a los humanos. Estos virus pueden entrar en el ser humano por contacto directo o a través de otros animales huéspedes.

Los murciélagos, por su parte, propagan los virus en su saliva, orina, sangre y excrementos.

Según los investigadores, el catalizador del brote no es el comportamiento de los murciélagos, sino el nuestro. La deforestación incontrolada de los bosques tropicales, como el Amazonas, está amplificando el riesgo de pandemias globales debido al mayor contacto con los animales.

Brasil destaca por presentar condiciones propicias para que un virus se propague de los murciélagos a los humanos, las llamadas "zonas de salto". Perturbar este hábitat entraña peligros especiales, ya que los murciélagos son uno de los principales reservorios del virus, aproximadamente 72 mil, según las estimaciones.

Un análisis de Reuters encontró que las zonas de salto brasileñas han crecido más del 40% en las últimas dos décadas. Eso es 2,5 veces más rápido que en áreas de riesgo similares en todo el mundo.

El riesgo inminente de una posible pandemia

Los murciélagos son potentes proliferadores y algunos anidan juntos y muy cerca de otras especies de murciélagos. Esto significa que sus virus pueden propagarse y evolucionar rápidamente, algunos equipados para infectar a otros animales, como los humanos. Además de ser los principales vectores, pueden volar cientos de kilómetros en busca de alimento, llevando virus a todas partes.

Esta especie es una incubadora excepcional, puede albergar y sobrevivir a virus que matan a otros mamíferos.

Reuters ha identificado los lugares más vulnerables a la propagación de virus transmitidos por murciélagos, según datos medioambientales. El análisis reveló un sistema económico mundial que lucha contra la naturaleza y pone en peligro a más de mil millones de personas a medida que se talan bosques repletos de murciélagos para dar paso a la agricultura, las industrias extractivas, las infraestructuras y otros desarrollos.

Brasil es el país con más tierras en peligro debido a la devastación humana de la Amazonia. Estas áreas, que llamamos "zonas de salto", cubren el 6% de la masa terrestre de la Tierra. Se trata principalmente de lugares tropicales con abundancia de murciélagos y en rápida urbanización, como el Amazonas.

No sólo hay más gente viviendo en estos lugares, sino que también viven más cerca unos de otros, lo que aumenta las posibilidades de propagación de enfermedades. La densidad de población en las zonas de salto ha aumentado casi un 40% de 2002 a 2020. Lo más preocupante es que la población crece más deprisa y la densidad aumenta más en las zonas donde las condiciones son más propicias a la saturación.

Científicos y expertos sanitarios advierten que el país sigue estando mal equipado para detectar un patógeno peligroso, aunque las probabilidades de que surja un nuevo virus en la región son altas.