¿Bebes agua directo de la canilla? Un mapa revela los lugares del mundo donde es seguro hacerlo y donde no
Aunque se habla del agua potable como derecho universal, solo 50 países a nivel global tienen las condiciones para que su población la beba directamente de la canilla de forma segura.
Abrir la canilla de la cocina, llenar tu vaso de agua y beber tranquilamente. Este acto que parece tan simple y cotidiano podría significar una acción arriesgada en muchas partes del mundo. Incluso podría ser un privilegio para sociedades donde el agua es un recurso casi inexistente.
Esto ha quedado plasmado en un mapa publicado por la empresa QS Supplies titulado “Países donde puedes y no puedes beber agua del grifo”, donde queda claro y de forma gráfica la desigualdad a nivel mundial cuando hablamos de acceso a agua potable como derecho humano.
Datos del banco mundial indican que 3600 millones de personas en el mundo no cuentan con servicios de saneamiento seguros y 2300 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos. Sí, datos que duelen y nos muestran la “turbidez” de este escenario.
Los 50 privilegiados
Para crear este nuevo mapa mundial, la empresa explica que se tomaron datos de la puntuación entregada por el Índice de Desempeño Ambiental (EPI por sus siglas en inglés) de la Universidad de Yale, herramienta que se crea para evaluar y supervisar la calidad del agua a nivel mundial.
Sumado a esto, se ha integrado información entregada por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés), donde se especifica que “solo 50 países ofrecen agua del grifo potable, la mayoría de los cuales están en Europa”.
¿Hay agua potable para todos?
La comunidad científica nos ha informado en innumerables ocasiones que el agua disponible para uso humano, y específicamente aquella para beber, es limitada y un recurso bastante escaso.
Datos de la Fundación Aquae nos dejan el panorama bastante claro:
- Sólo el 2,5% del agua que existe en la Tierra se considera dulce;
- 90% de los recursos disponibles de agua dulce del planeta están en la Antártida;
- Sólo el 0,5% de agua dulce se encuentra en depósitos subterráneos y el 0,01% en ríos y lagos;
- 0,007% del agua existente en la Tierra es potable, y esa cantidad se reduce año tras año debido a la contaminación.
Otro dato relevante es el que entrega las Naciones Unidas, que aseguran que la falta de suficiente cantidad de agua potable afecta a más del 40% de la población mundial.
Además de esto, la ONU informa que: “673 millones de personas siguen teniendo que recurrir a prácticas poco sanitarias, como la defecación al aire libre. Por otro lado, alrededor de 2 mil millones de personas se ven obligadas a utilizar fuentes de agua potable contaminada con heces”.
El agua “más segura” y el agua “más peligrosa”
Los datos analizados por QS Supplies posicionan a Austria, Inglaterra y Finlandia en el top tres de los países con el agua más segura, con una puntuación de 100 –que sería la máxima–. Más abajo en la lista entre los 55 y 50 puntos encontramos a países como Rusia, Costa Rica y Vietnam.
Ya llegando al final, a esa cola en la que nadie quisiera estar, los países con menos puntuación son Niger, Nigeria y Togo, siendo estos los países donde el riesgo de beber agua directo de la canilla (si es que la hay) es alto.
En este sentido, la CDC detalla cuáles son los componentes que se pueden encontrar en aguas contaminadas y cómo pueden afectar nuestra salud:
- arsénico, que podría causar náuseas, vómitos y disminución de la producción de glóbulos rojos y blancos;
- cobre, que puede afectar nuestro sistema digestivo provocando náusea, vómitos y diarrea;
- plomo, que dependiendo de las concentraciones podría provocar diversos problemas, como anemia, daño renal o al sistema nervioso;
- nitrato, que si se “consume” en altas concentraciones puede causar problemas para el transporte de oxígeno a los tejidos, dolores de cabeza y problemas estomacales;
- radón, que es la segunda causa de cáncer al pulmón luego de fumar cigarrillos.
A través de la conciencia, la inversión y la colaboración, podemos transformar esta situación y promover un futuro donde cada persona tenga acceso a este derecho fundamental de manera segura y confiable.