Bolsas plásticas: cuánto tiempo las usamos y a dónde terminan cuando las descartamos

El plástico es uno de los residuos que tardan más tiempo en degradarse. Sin dudas, rechazar el uso de bolsas plásticas es el primer paso hacia una vida más sustentable.

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El objetivo de esta fecha es reducir las bolsas de plástico de un solo uso.

Cada 3 de julio se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, una fecha que resuena cada vez más en un mundo consciente de los impactos ambientales de este material omnipresente. Este día no solo busca concienciar sobre los peligros del plástico, sino también promover cambios significativos hacia prácticas más sostenibles y responsables en nuestras comunidades y en el mercado global.

Las bolsas son un insumo básico de la vida cotidiana, pero al mismo tiempo representan uno de los mayores desafíos ambientales de nuestro tiempo.

Su fabricación, uso y disposición inadecuada propiciaron una crisis global de contaminación que afecta a los océanos, la vida silvestre y la salud humana. Cada año, millones de toneladas de plástico ingresan a nuestros ecosistemas, persistiendo durante siglos y fragmentándose en microplásticos que contaminan incluso los lugares más remotos de nuestro planeta.

El rol de los estados

En respuesta a esta crisis, numerosos países implementaron medidas regulatorias para reducir o eliminar el uso de bolsas de plástico de un solo uso. Desde prohibiciones totales hasta impuestos sobre las bolsas plásticas, estas políticas buscan cambiar los comportamientos de consumidores y comerciantes hacia alternativas más sostenibles.

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A continuación, compartimos 10 datos que seguro no sabías de las bolsas de plástico:

  1. Se producen aproximadamente 5 billones de bolsas de plástico cada año en el mundo.
  2. Se necesitan 5 minutos para producir una bolsa de plástico.
  3. Su vida útil es aproximadamente de 15 minutos.
  4. Tarda cientos de años en degradarse.
  5. Con un año de consumo de bolsas (500.000.000 bolsas) formamos un sendero de 275.000 km.
  6. A partir del año 2017 y hasta junio del 2022, se logró evitar la entrega de 2.750 millones de bolsas plásticas sólo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  7. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, anualmente se vierten al océano 11 millones de toneladas de plásticos de un solo uso.
  8. Los plásticos constituyen la fracción más grande, dañina y persistente de la basura marina y representan al menos un 85 % del total de desechos que hay en el mar (PNUMA, 2021).
  9. El 62 % de la producción de plásticos se destina a productos de packaging y de un solo uso.
  10. Antes de la prohibición de uso, sólo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se entregaban 500 millones de bolsas plásticas al año en supermercados, hipermercados y autoservicios de la Ciudad.

Sin dudas, el descontrol en la industria del plástico nos pone a prueba y obliga a definir acciones para detener un gravísimo problema de contaminación mundial. Los estudios científicos son contundentes y preocupantes; hay tantos microplásticos derivados de los plásticos de un solo uso en el planeta que ya no solo se propagan por ríos y mares sino por la atmósfera: desde hace un tiempo, “llueve” plástico en todo el mundo.

¿Qué problemas generan los plásticos en el ecosistema?

Las bolsas plásticas mal gestionadas terminan en los océanos, donde representan una amenaza para la vida marina, causando estrangulamiento y ingestión accidental. Es decir que la fauna terrestre y acuática pueden confundir las bolsas plásticas con alimento, lo que conlleva a la muerte por ingestión de plástico o por los productos químicos tóxicos que liberan.

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Una vez los objetos de plástico llegan al mar pueden ser ingeridos por la fauna marina y acumularse en su interior.

El plástico puede persistir en el medio ambiente durante cientos de años, liberando microplásticos que contaminan suelos, agua potable y entornos naturales. De esta misma manera, pueden ingresar en la cadena alimentaria humana a través de la ingesta de animales marinos contaminados, lo que potencialmente afecta la salud humana a largo plazo.

Innovar y educar para promover la economía circular

A medida que avanzamos hacia un futuro libre de plástico, la innovación juega un papel crucial. Empresas y emprendedores están desarrollando materiales alternativos biodegradables y compostables que ofrecen soluciones sin comprometer la funcionalidad ni la conveniencia.

La economía circular emerge como un marco prometedor, donde los residuos se reducen al mínimo, los recursos se reutilizan y los productos se diseñan para tener un ciclo de vida más largo y menos impacto ambiental.

La educación y toma de conciencia en la sociedad son pilares son fundamentales para el éxito de cualquier iniciativa contra el plástico. Campañas educativas, programas comunitarios y colaboraciones entre el sector público, privado y la sociedad civil son esenciales para cambiar las actitudes y comportamientos arraigados.

Acciones para mejorar el ambiente: nuestro granito de arena

Fomentar el uso de bolsas reutilizables es una acción directa y efectiva para reducir el consumo de bolsas plásticas de un solo uso. Sin embargo, sería mucho mejor si se realizaran campañas educativas para concienciar a la población sobre los impactos negativos de las bolsas plásticas y promover cambios de comportamiento.

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Plasticos en el agua: el 70 % queda en el fondo marino, el 15 % en la columna de agua y el 15 % en la superficie.

Otro aspecto a tener en cuenta radica en mejorar la infraestructura y los sistemas de reciclaje para gestionar adecuadamente las bolsas plásticas y otros residuos plásticos. Aquí ganan protagonismo todos los proyectos que buscan desarrollar alternativas al plástico tradicional, como bolsas biodegradables, compostables o hechas de materiales reciclados.