Buscaban metano en Marte, y encontraron dióxido de carbono y ozono
En un gran avance en la comprensión de la atmósfera de Marte, se han detectado trazas de CO2 y ozono cuando se buscaba metano. La comprensión del ciclo del metano es fundamental porque puede estar relacionado con algún tipo de vida que lo produce.
Después de años de estudios, la revista Astronomy and Astrophysics ha publicado dos artículos que indican que se han detectado una combinación de gases en la atmósfera de Marte, entre los que aparece el ozono y el dióxido de carbono. Lo relevante del descubrimiento es que no se esperaba hallarlos en la atmósfera del planeta rojo, y abre la puerta a comprender mejor el ciclo del metano.
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha tenido una participación principal en las investigaciones, ya que el descubrimiento se ha logrado gracias a la información del Orbitador de Indicios de Gas ExoMars (TGO) que por más de dos años ha estudiado a Marte. El avance sobre el conocimiento del ciclo del metano es de un enorme valor ya que es un gas asociado con la actividad biológica o geológica en el planeta.
Las observaciones se encuentran en el rango exacto de longitud de onda donde se esperaban ver los signos más fuertes de metano. Antes de este descubrimiento, la característica del CO2 era completamente desconocida, y esta es la primera vez que se identifica ozono en Marte en esta parte del rango de longitud de onda infrarroja.
El metano y su enlace con la vida
Dicho de otra manera, TGO buscaba metano en Marte en un determinado rango de longitud de onda, y contra todo lo esperado encontró CO2 y ozono allí donde esperaba encontrar otra cosa. Los científicos ya habían mapeado cómo varía el ozono marciano con la altitud. Sin embargo, hasta ahora, esto ha tenido lugar en gran medida a través de métodos que se basan en las firmas del gas en el ultravioleta, una técnica que solo permite la medición a grandes altitudes (más de 20 km sobre la superficie).
Los nuevos resultados muestran que es posible mapear el ozono marciano también en el infrarrojo, por lo que su comportamiento se puede probar en altitudes más bajas para construir una visión más detallada del papel del ozono en el clima del planeta. Pero el objetivo final de la misión es explorar el comportamiento del metano en Marte.
Hasta la fecha, los signos de metano marciano, analizados por misiones como el Mars Express de la ESA desde una posición en órbita, y el Rover Curiosity de la NASA desde la superficie, resultan variables y algo enigmáticos. Aunque también se genera por procesos geológicos, la mayor parte del metano en la Tierra es producido por la vida, desde las bacterias hasta el ganado y la actividad humana. De allí la importancia de lograr comprender mejor el proceso del metano en nuestro planeta vecino.
Comprendiendo a la atmósfera de nuestro vecino rojo
Conocer el ciclo del metano en Marte es realmente excitante. Se sabe que el gas se degrada en unos 400 años, lo que significa que el metano presente debe haberse producido o liberado en un pasado relativamente reciente. Ahora, haber descubierto CO2 donde se buscaba metano resulta significativo. Este hallazgo no se podía explicar con la información conocida antes, y, por lo tanto, puede haber jugado un papel en la detección de pequeñas cantidades de metano en Marte.
Los investigadores saben que el conocimiento del comportamiento del CO2 y el ozono en Marte, junto al metano, ayudan a dar un paso significativo hacia la revelación de las verdaderas características de Marte: hacia un nuevo nivel de precisión y comprensión. El programa ExoMars consta de dos misiones: TGO, que se lanzó en 2016 y se le unirán el rover Rosalind Franklin y la plataforma de aterrizaje Kazachok, que debe despegar en 2022.
Estos llevarán instrumentos complementarios a la superficie marciana, examinando la atmósfera del planeta desde una perspectiva diferente, y comparten el objetivo central del programa ExoMars: buscar signos de vida pasada o presente en el planeta rojo. En el proyecto general cooperan europeos, americanos y rusos.