El cambio climático está afectando el eje de rotación de la Tierra
El movimiento del eje de la Tierra es normal, pero los cambios observados a partir de 1990 podrían deberse en parte a la acción humana, a través de la pérdida de hielo en las regiones polares y el uso de agua subterránea.
El cambio climático es sin dudas uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad en las próximas décadas, y cuyas consecuencias pueden ser claramente visibles en distintos lugares y componentes de nuestro planeta.
Ahora, un reciente trabajo científico publicado en marzo en la revista de la Unión Geofísica Estadounidense (AGU, por sus siglas en inglés), concluye que el cambio climático ha estado detrás de una serie de desplazamientos que han tenido lugar desde la década de 1990 en el eje de rotación de la Tierra.
En las últimas décadas, el eje del planeta -la línea imaginaria alrededor de la cual gira el planeta en su movimiento sobre sí mismo- ha experimentado un desplazamiento acelerado. Desde 1980, la posición de los polos -que son el punto donde el eje de rotación de la Tierra se cruza con la superficie- se ha movido unos cuatro metros en dirección este, según indica el estudio.
La llamada deriva polar -que indica cómo ha ido variando la posición de los polos a lo largo de la historia- cambió de dirección por completo en 1995, y entre ese año y 2020, la velocidad del movimiento de los polos aumentó unas 17 veces en comparación con lo que sucedió entre 1981 y 1995.
¿Cómo influye el cambio climático?
Tal como indica BBC News, el movimiento del eje de la Tierra es normal. Los cambios en la distribución de la masa del planeta hacen que el eje se mueva, y por tanto, hace que también se desplacen los polos. Su movimiento generalmente ocurre de forma natural, ya sea por cambios en la atmósfera, los océanos o en la parte sólida de la Tierra.
Pero la nueva investigación sugiere que el tipo de desplazamiento que se ha reportado desde la década de 1990 tiene a la acción humana como responsable. Los investigadores se plantearon realizar observaciones del agua en sí misma, mediciones de la pérdida de hielo y estadísticas del agua subterránea bombeada para uso humano para ver cuál podría ser su impacto sobre el cambio en el eje.
"El derretimiento más rápido del hielo bajo el calentamiento global fue la causa más probable del cambio de dirección de la deriva polar en la década de 1990", explica el investigador principal Shanshan Deng del Instituto de Ciencias Geográficas e Investigación de Recursos Naturales en China.
Se estima que más de un tercio de los glaciares que aún quedan en el mundo se derretirán antes del año 2100. Los científicos estiman que si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando sin control, el Ártico podría quedar sin hielo durante los veranos a partir del año 2035.
Uso del agua subterránea
El estudio también señala cómo, en menor medida, la acción de bombear el agua para el consumo humano o la agricultura también tuvo un impacto en ese sentido.
Y es que el agua subterránea se almacena, como su nombre indica, debajo de la tierra; pero, una vez que se bombea, gran parte de ella fluye al mar, redistribuyendo su peso en el planeta.
Los expertos calculan que en los últimos 50 años, la humanidad ha extraído 18 billones de toneladas de agua de depósitos subterráneos profundos, que no ha sido reemplazada.