Caos en Dubái por el equivalente a un año y medio de lluvias en 24 horas. ¿Tiene algo que ver la lluvia artificial?
Un intenso temporal de lluvia y viento ha golpeado gran parte de la península arábiga, ensañándose sobre los Emiratos Árabes Unidos. Dubái recibió la mayor lluvia de su historia.
Es difícil hacerse la idea de una inundación de gran magnitud en el desierto. Sin embargo, suelen ocurrir… y con más frecuencia de lo que suponemos.
Es que, como sucede en la mayor parte de las zonas desérticas del planeta, en la península arábiga, las precipitaciones anuales son escasas: alrededor de 70 mm en Qatar, 60 mm en Arabia Saudita, 80 mm en Bahréin, 120 mm en Omán, y cerca de 80 mm en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
De hecho, los EAU tienen en marcha un Programa de Investigación para la Ciencia de Mejora de la Lluvia, que premia ideas creativas y pioneras sobre la predicción de nubes y la modificación, el modelado y el uso de agentes avanzados de siembra de nubes. El premio: $ 5 millones de dólares para ser compartido entre un máximo de cinco propuestas ganadoras por un período de tres años.
Pero las recientes lluvias torrenciales tienen poco o nada que ver con los intentos de forzar de manera artificial el proceso de precipitación, y mucho que ver con la natural variabilidad del tiempo y del clima.
Lluvia récord
Las precipitaciones comenzaron el lunes por la noche, dejando acumulados de hasta 20 milímetros, conforme a los registros obtenidos por la estación meteorológica del Aeropuerto Internacional de Dubái. Luego las precipitaciones continuaron en forma intermitente, pero a partir del martes a las 9 AM se desarrollaron una serie de tormentas, acompañadas por intensos chaparrones y ráfagas de viento, que continuaron durante el resto del día, en ocasiones con granizo, colapsando el normal funcionamiento del emirato de Dubái.
Al finalizar el día se habían registrado 142 mm de precipitación acumulada en 24 horas. Si consideramos los 94.7 mm de precipitación media anual en el Aeropuerto Internacional de Dubái, esta precipitación en 24 horas equivale a aproximadamente la precipitación de un año y medio de lluvias.
Sin embargo las precipitaciones en otros puntos de los EAU han sido muy superiores. El Centro Meteorológico Nacional (NMC) ha anunciado que “los EAU han sido testigos de la mayor cantidad de precipitaciones de los últimos 75 años, con 254,8 mm caídos en menos de 24 horas en la zona de Khatam Al Shikla (120 km al sur de Dubái). Los EAU han logrado así un acontecimiento excepcional en su historia climática”.
Secuelas del temporal
Carreteras transformadas en ríos torrentosos, casas y negocios inundados, son algunas de las consecuencias de este violento temporal en Dubái. Información oficial indica que un hombre de 70 años fue arrastrado por las aguas en su automóvil en uno de los siete emiratos del país.
El Aeropuerto Internacional de Dubái (DXB según el código de IATA), colapsó y dejó de operar en forma temporaria en los momentos de mayor diluvio.
Irónicamente, hace pocos días que el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI por sus siglas en inglés), coronó al DXB como el segundo aeropuerto más transitado del mundo, con 87 millones de pasajeros en 2023.
Parte de sus instalaciones estaban bajo el agua, por lo que las aeronaves veían limitados sus desplazamientos por las calles de rodaje. Y los accesos al aeropuerto también estaban colapsados por las inundaciones. Todas las operaciones aéreas estaban afectadas por este evento.
Los principales centros comerciales de Dubái sufrieron inundaciones, al igual que en algunas estaciones del metro de Dubái. A pesar del impacto generalizado, las autoridades mantienen reservas al informar sobre la real magnitud de los daños.
También se registraron precipitaciones importantes en Qatar, Bahréin, Arabia Saudita y Omán, pero mucho menores a las registradas en los Emiratos Árabes Unidos. Pese a tener menor magnitud, en Omán la Policía Real rescató 75 personas entre el lunes y martes, y este evento dejó 18 muertos, entre ellos 10 escolares cuyo vehículo fue arrastrado por la corriente.
¿Lluvia “artificial” o “natural”?
Algunos medios sugirieron que la siembra de nubes, proceso por el cual, y bajo ciertas condiciones se puede forzar el desarrollo de precipitaciones, podría haber empeorado estas lluvias. La siembra de nubes es una práctica común en los EAU, para favorecer el proceso de precipitaciones mediante la liberación de ciertas partículas en el aire. Estas partículas sirven como núcleos de condensación para favorecer que el vapor de agua -que se encuentra naturalmente en la atmósfera- formen gotas alrededor de cada núcleo, lo que favorece y acelera el proceso natural de la precipitación.
Sin embargo, el Centro Nacional de Meteorología (NCM), que supervisa las operaciones de siembra de nubes en los EAU, afirma que no se realizaron misiones de siembra antes o durante este evento adverso.
La siembra de nubes es un proceso que fuerza el inicio del proceso que origina las precipitaciones, y de hecho se aplica en un estadio previo al del momento de la lluvia. Y generalmente se aplica sobre nubes que en condiciones naturales no producen lluvias. Hacerlo cuando las condiciones son favorables para la lluvia (como en este caso) o mientras está lloviendo, es inútil. Y no hay evidencia científica de que sembrar nubes con potencial de lluvias pueda hacer que el proceso produzca tormentas severas.
De hecho, los resultados de la modificación artificial del tiempo son muy inciertos, aunque hay estudios que sugieren que puede incrementar modestamente la precipitación (entre un 10 % y un 20 %), reducir el tamaño del granizo y dispersar de manera local la niebla.
Cambio climático… ¿estás ahí?
Una de las consecuencias de este calentamiento global antropogénico, es el cambio en los patrones de precipitación y de temperatura. Las precipitaciones extremas son cada vez más frecuentes e intensas, ya que el aire más cálido puede contener más vapor de agua. Y más vapor de agua en la atmósfera significa mayor potencial para generar lluvias. Y es muy probable que, como resultado de ello, las inundaciones locales estén aumentando en frecuencia, intensidad, gravedad y extensión territorial.
Esta crisis climática se ha transformado en uno de los actores principales que favorece la ocurrencia de desastres cada vez más frecuentes y mortales. Muchas de las olas de calor, incendios forestales e inundaciones repentinas no serían posibles en la actualidad sin la presión que le imprime al clima actual el calentamiento global causado por el hombre.