Catástrofes como la de Libia son 50 veces más probables en un mundo cada vez más caliente
Un estudio reciente logra demostrar que eventos extremos como el de Grecia o Libia estarán seriamente potenciados en un planeta más caliente. El verano del hemisferio norte que ha terminado ha sido el más cálido desde que se tienen registros.
Un reciente estudio realizado por World Weather Attribution ha apuntado que el aumento de la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera está exacerbando la intensidad de las tormentas, y que las inundaciones como las recientes ocurridas en Libia tienen 50 veces más de probabilidades de ocurrir, y las de Grecia 10 veces más de probabilidades. El aumento en la concentración de CO2 está llevando al planeta a temperaturas promedio más altas, que permiten una mayor cantidad de vapor de agua disponible en la atmósfera.
Según relata The Guardian, a ese cuadro de situación se suma que los fenómenos meteorológicos extremos hace que más personas sean vulnerables debido a factores como la construcción de viviendas en llanuras aluviales, la tala de árboles y la falta de mantenimiento de las presas.
"Friederike Otto, climatóloga del Imperial College de Londres y coautora del informe, es concreta al indicar que "el Mediterráneo es un punto caliente de riesgos provocados por el cambio climático”. Este año las temperaturas superficiales del Mediterráneo alcanzaron máximos históricos lo que revela una mayor cantidad de energía disponible en el sistema. Desde España, pasando por Italia, y hasta Grecia y Libia, los estragos generados por violentas sistemas asociados a tormentas han dejado un sello inconfundible al verano que se ha ido.
A mayores temperaturas, precipitaciones más abundantes
Parte de informe, también relevado por Yorkshire By Lines indica que “el aumento de las temperaturas provoca precipitaciones más abundantes y los estudios prevén lluvias más abundantes en la región a medida que aumentan las temperaturas". No pudieron encontrar pruebas de factores que pudieran estar reduciendo la probabilidad de lluvias abundantes y equilibrando la influencia del cambio climático; y los datos de las estaciones meteorológicas de la región muestran una tendencia hacia lluvias más abundantes”.
Al mismo tiempo, un estudio reciente publicado en el Bulletin of the American Meteorological Society, ha logrado probar que el calentamiento antropogénico desempeñó un papel crucial en el desencadenamiento del histórico y destructivo derecho mediterráneo del verano de 2022 que azotó a Córcega con ráfagas de 225 km/h y del que oportunamente te contamos los detalles en Meteored.
A las lluvias e inundaciones de Grecia y Libia, este año se sumaron tormentas extremas sobre España, Bulgaria y Turquía, más el granizo enorme y reiterado que golpeó varias veces al norte de Italia arruinando cosechas y generando graves daños. Al analizar desde la estadística climática cada evento, se concluyó que la tasa de recurrencia de lo ocurrido en Grecia es de 1 en 80 años a 1 en 250 años, las tormentas de España de 1 en 10 a 1 en 40 años, y las lluvia en Libia de 1 en 300 a 1 en 600 años.
Fenómenos cada vez más extremos
La investigación señala que por teoría se sabe que cabría esperar un aumento de la intensidad de las precipitaciones de alrededor del 10%, dados los actuales niveles de calentamiento, por lo que sólo se puede afirmar que no ha habido ningún cambio si hubiera un proceso dinámico bien conocido que contrarrestara este efecto, lo que no es el caso.
Los estudios centrados en las precipitaciones extremas con el calentamiento futuro también muestran un aumento de las precipitaciones intensas, lo que hace probable que el aumento observado de las precipitaciones intensas sea realmente una tendencia debida al cambio climático.
En las conclusiones avanzan en el sentido de que "no cabe la menor duda de que reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia ante todo tipo de fenómenos meteorológicos extremos es primordial para salvar vidas en el futuro". A ellos se suma en forma paralela la posibilidad de mejorar los sistemas de alerta en países con servicios meteorológicos menos desarrollados y con sistemas de información casi nulos.
Según el informe de World Weather Attribution, la cantidad de lluvia caída en Libia fue "muy superior a la de los fenómenos registrados anteriormente". Según los datos, llovió hasta un 50% más de lo que habría llovido en un mundo en el que el hombre no hubiera cambiado el clima, aunque los investigadores advirtieron que el nivel de incertidumbre era alto para poder acotar aún más ese resultado y poder conocer escenarios posibles en el futuro.