Celebramos este 23 de marzo el Día Meteorológico Mundial, bajo el lema "A la vanguardia de la acción climática"
El Día Meteorológico Mundial tiene como objetivo concientizar sobre la importancia de la meteorología para la seguridad, el bienestar y el desarrollo sostenible de la humanidad. El discurso de la argentina Celeste Saulo, Secretaria General de la OMM.
El 23 de marzo celebramos el Día Meteorologico Mundial, conmemorando la entrada en vigor del Convenio por el que se estableció la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 1950. La OMM es una agencia especializada de las Naciones Unidas que se dedica a la observación, el pronóstico y la investigación del tiempo, el clima y los fenómenos relacionados.
El Día Meteorológico Mundial busca concientizar al público sobre el papel fundamental que tiene la meteorología para la seguridad, el bienestar y el desarrollo sostenible de la humanidad. Cada año, Este día tiene un lema diferente, relacionado con los desafíos y oportunidades que plantea el tiempo y el clima en el siglo XXI. Este año, el tema elegido es "A la vanguardia de la acción climática".
Debemos remar todos en la misma dirección, afirma Celeste Saulo
De acuerdo la OMM, el cambio climático es una amenaza real e innegable para toda nuestra civilización. Sus efectos ya son patentes y serán catastróficos a menos que actuemos de inmediato.
El Día Meteorológico Mundial se relaciona con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, en particular con el ODS 13: Acción por el clima. Este objetivo busca adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, mediante la reducción de las emisiones, el fortalecimiento de la adaptación, la mejora de la educación y la cooperación internacional.
La meteorología juega un papel clave en la consecución de este objetivo, ya que proporciona información vital para la toma de decisiones basadas en la evidencia científica, el monitoreo de los impactos climáticos y la alerta temprana de los riesgos asociados.
El trabajo de la comunidad de la OMM es indispensable para adoptar medidas relacionadas con el clima y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en todos los ámbitos. Se trata de una labor de enorme importancia social, puesto que contribuye a reducir el hambre y la pobreza; mejorar la salud y el bienestar; garantizar agua limpia y energía asequible y no contaminante; proteger la vida submarina y la vida de ecosistemas terrestres; y lograr que nuestras ciudades y comunidades sean más resilientes al cambio climático.
Las predicciones climáticas y meteorológicas ayudan a impulsar la producción alimentaria y nos acercan al hambre cero. La integración de la epidemiología y la información climática ayuda a comprender y gestionar las enfermedades sensibles al clima. Asimismo, los sistemas de alerta temprana contribuyen a reducir la pobreza porque dan a la población la oportunidad de prepararse y limitar el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos.
La OMM, sus Miembros y asociados impulsan el ciclo de valor completo, desde la ciencia hasta los servicios y las medidas en beneficio de la sociedad. La Organización promueve el conocimiento del sistema Tierra, monitorea el estado del clima y de los recursos hídricos, proporciona información científica para fundamentar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, presta servicios climáticos y emite alertas tempranas para favorecer la adaptación al clima.
Los 4 grandes desafíos
Se plantean diversos desafíos para el futuro de la lucha contra el cambio climático. Uno de ellos es aumentar la ambición y el compromiso de los países para cumplir con el Acuerdo de París, que busca limitar el aumento de la temperatura media global a 1.5 °C con respecto a los niveles preindustriales.
Otro desafío es impulsar la transición hacia una economía baja en carbono, que aproveche las oportunidades de las energías renovables, la eficiencia energética y la innovación tecnológica. Un tercer desafío es fortalecer la cooperación internacional y la solidaridad, especialmente con los países más pobres y vulnerables, que sufren los mayores impactos del cambio climático y tienen menos recursos para adaptarse.
Finalmente, un cuarto desafío es involucrar a todos los actores sociales, desde los gobiernos y las empresas hasta la sociedad civil y los individuos, en la acción climática, fomentando la educación, la concientización y la participación ciudadana.