China orbitará la Tierra con su nueva Estación Espacial
Tiangong es la Estación Espacial Modular China de tercera generación, el pasado 29 de abril de 2021 lanzaron el primer módulo y estará operativa en 2022. Repasamos cómo será y cuáles son las diferencias frente a la actual Estación Espacial Internacional.
Si hablamos de carrera espacial y ciencia sin dudas China está trabajando y haciendo grandes méritos para formar parte de las naciones más preponderantes en el área. Su último gran avance en este campo ocurrió el pasado 29 de abril de 2021, luego del lanzamiento del primer módulo de lo que será su estación espacial bautizada "Tiangong", que significa “palacio celestial”.
Este módulo central llamado “Tianhe” que significa “armonía celestial”, fue lanzado exitosamente al espacio a bordo de un cohete Long March 5B desde el Centro de Lanzamiento de Wenchang, en la isla sureña de Hainan. Tianhe mide 16.6 metros de largo, un diámetro máximo de 4.2 metros, y un espacio habitable de 50 metros cúbicos, según la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC).
Las estaciones espaciales modulares como esta (de tercera generación), son puestas en órbita a partir de piezas lanzadas por separado. Los métodos de diseño modular pueden mejorar considerablemente la confiabilidad, reducir los costos, acortar el ciclo de desarrollo y cumplir con los requisitos de diversas tareas.
La primera misión tripulada se lanzará en junio de 2021, en la cual se enviarán a tres astronautas a la órbita durante aproximadamente tres meses para probar el sistema de soporte vital y el mantenimiento. En los próximos dos años tienen previstos once lanzamientos, entre ellos cuatro misiones con tripulación y cuatro de carga. Se espera que esté plenamente operativa para finales del año 2022, con una vida útil de 10 años que podrían extenderse a 15. Al menos 12 astronautas se están entrenando para volar y vivir en esta estación.
Cuando se complete su ensamble a fines de 2022, se espera que Tianhe pese alrededor de 66 toneladas, una quinta parte del tamaño de la Estación Espacial Internacional (ISS). Tianhe tendrá un puerto de atraque y también podrá conectarse con un poderoso satélite espacial chino y en teoría podría ampliarse con más módulos. Las operaciones serán controladas desde el Centro de Control y Comando Aeroespacial de Beijing en China.
¿Qué pasará con la actual ISS?
La primera pieza de la ISS se lanzó allá por noviembre de 1998, los países que colaboraron en la construcción son: Estados Unidos, Canadá, Japón, Rusia, Brasil, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, España, Suecia, Suiza y Reino Unido. A pesar de que en un principio la ISS fue concebida como un proyecto con 30 años de vida útil, la NASA consideró en 2018 que la ISS seguirá en funciones después del 2028.
En la actualidad la ISS se compone de tres módulos principales: Destiny, que es el laboratorio estadounidense; Columbus, que es el laboratorio de investigación de la Agencia Espacial Europea; y Kibo (palabra japonesa que significa “esperanza”), que es el módulo de experimentación de Japón; pero sin dudas la NASA de Estados Unidos tiene un papel clave en esta estación, con un gasto anual para su operación en 2021 de US$ 1.321 millones.
El competitivo programa chino
El programa chino logró hace pocas semanas que una sonda propia llegue a Marte, convirtiéndolo en el segundo país en lograrlo con éxito después de EE.UU. La sonda espacial Tianwen-1 ha estado orbitando el planeta rojo desde febrero mientras recopila datos. Su rover Zhurong buscará pruebas de vida.
Otro programa chino tiene como objetivo recolectar tierra de un asteroide, un foco clave del programa espacial de Japón. Y además, China planea otra misión en 2024 para traer de regreso muestras lunares y ha dicho que quiere llevar gente a nuestro satélite natural, y posiblemente construir una base científica allí.
Si bien el programa de China ha avanzado de manera constante y cautelosa en un cronograma cuidadosamente diseñado, evitando en gran medida los fracasos observados por parte de los gigantes como EE.UU. y Rusia, es verdad que este programa espacial ha reproducido con éxito los logros de esos dos países, pero sin abrir nuevos caminos.
La creciente destreza tecnológica del país puede poner fin a esa situación en los próximos años, porque es probable que China necesite una mayor participación del sector privado para impulsar la innovación, (como lo ha hecho Estados Unidos con SpaceX y Blue Origin, y para aplicar nuevas tecnologías como los cohetes reutilizables).