Cómo combatir el frío en casa y en la calle con estos sencillos consejos

Con la llegada del invierno hay que preparar nuestro hogar para conseguir el mayor confort con el menor gasto posible. Lo mismo debemos hacer cada día antes de salir de casa.

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El dilema de muchos: abrigarse o no para estar cómodos en nuestros hogares.

A principios del mes de mayo, el Servicio Meteorológico Nacional informó sobre las condiciones de temperatura y precipitación que tienen mayor probabilidad de ocurrir durante los siguientes 90 días. Dentro de ese reporte se pronosticó que el invierno será frío, algo muy distinto a lo que ocurrió en los últimos años, donde los inviernos fueron sumamente benévolos.

Esto mismo fue analizado en un artículo por Meteored Argentina, donde se explicó que “el cambio de fase de El Niño hacia la neutralidad, e incluso una futura y no tan lejana Niña, incidirá en las condiciones climáticas del país en los próximos meses, hacia probablemente rasgos más fríos y secos que lo normal, si hablamos en términos medios a nivel país”.

Lo cierto es que el inverno será frío -de hecho ya tuvimos un anticipo con lo que ocurrió en el mes de mayo- que finalmente fue el que mostró temperaturas promedio mas bajas en toda la historia desde que se tiene registro. El mayo de 2024, quedará por ahora en la memoria de muchos amantes del “team invierno” porque dentro del otoño les permitió disfrutar de bajas temperaturas.

Si el invierno va a ser crudo, nada mejor que repasar algunos consejos para mantener caliente nuestro hogar o para salir a la calle y disfrutar del invierno.

Recomendaciones en el hogar

Una forma de evitar la pérdida innecesaria de calor de los calefactores o radiadores, en particular de los que están anexos a muros exteriores, es utilizar el calor de reflexión del papel de aluminio detrás del sistema. Esto evita que el calor desaparezca a través de la pared al reflectarlo de vuelta a la habitación. Si bien se puede utilizar el papel de aluminio que se utiliza para la cocina, hay algunos diseñados exclusivamente para este uso.

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Un clásico de cada invierno: supervisar el funcionamiento de los sistemas de calefacción con un adecuado mantenimiento.

Las cortinas gruesas son una de las principales formas de proteger la casa de la pérdida de calor a través de las ventanas. Mientras mas gruesas mejor, incluso sería excelente si las mismas contuvieran forro térmico.

La luz natural es gratis, por lo tanto no la podemos desperdiciar. Es muy importante utilizar la mayor cantidad de calor natural. Para eso, las cortinas y ventanas deben abrirse durante el día hasta que el sol se pone.

El clásico “chiflete” es un problema, por lo tanto es imperioso tapar todos los lugares por los que puedan ingresar pequeñas corrientes de aire. El buzón de cartas o las cerraduras suelen ser lugares difíciles de controlar, pero tienen un poder de enfriamiento muchas veces subestimado.

Lo mejor es no ubicar muebles u objetos frente a los sistemas de calefacción, ya que absorben el calor. Lo que sí es aconsejable es que se ubiquen encima de los mismos, ya que ayudarían a canalizar el calor y evitaría las pérdidas, especialmente si los radiadores se instalaron debajo de una ventana con cortinas, donde el aire caliente quedará atrapado entre ambas.

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Se recomienda en la medida de lo posible mantener la temperatura del hogar entre los 21 y los 23 ºC

Es importante recordar que el aislamiento desde la propia fachada es clave para que el hogar se mantenga con la temperatura deseada. Potenciar el aislamiento de las paredes es una opción y a modo de ejemplo una manera de hacerlo implica forrar las paredes más frías con distintas estanterías de libros o elementos semejantes que pueden actuar como aislante, para evitar que el frío penetre en el interior de la vivienda.

¿Y cómo nos cuidamos del frío al salir a la calle?

A nadie le gusta salir de su casa cuando afuera hay bajas temperaturas. Esa situación de pereza se potencia si además se la asocia con cuestiones laborales o matinales. Por eso te recomendamos tener en cuenta estos consejos.

Vestir la ropa adecuada es la mejor forma de no pasar frío. Los pies y las manos son una parte del cuerpo que tienden a enfriarse rápidamente, por eso los guantes de lana no deben faltar, además de bufandas, gorros, etcétera.

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Es muy importante vestirse con ropa de abrigo adecuada: guantes, botas, bufandas y gorros.

El método de vestirse por capas es el más eficaz para combatir el frío. La idea es simple: ponerse varias capas de ropa que puedas ir quitando o añadiendo según la necesidad. La primera capa debería ser una prenda térmica ajustada que absorba el sudor; la intermedia, de lana o fibra sintética, para aislarte; y la última capa, resistente al viento y al agua.

Otro punto importante es tener presente que el calor corporal se pierde a través de la cabeza, las manos y los pies. Los guantes deben ser de un material que no permita el paso del frío y las medias deberían ser de lana.

El calzado adecuado es crucial en invierno. Debe ser impermeable y aislante, con suelas que proporcionen una buena sujeción para prevenir resbalones en hielo o nieve.

Mantener el calor "desde adentro"

Bebidas calientes como el té, el café o incluso el caldo pueden proporcionar calor interno y mantener elevada la temperatura corporal. Además, las comidas ricas en grasas saludables y carbohidratos complejos proporcionan la energía necesaria para generar calor.

Infusiones, caldos y sopas calientes son la mejor opción para amortiguar el impacto del frío en nuestro cuerpo.

Es que la alimentación es fundamental, por eso se deben consumir bebidas y alimentos calientes que ayuden a que la temperatura corporal aumente. Las sopas, los guisos, los te, el café, nos pueden ayudar a no tener sensación de frío, así sea por un rato.

En esta época preparamos nuestros hogares para “pasar el invierno” y con la llegada de nuevos aumentos en las tarifas de la luz y el gas, cada vez son más las personas que se encuentran inquietas ante el gasto energético. Por eso es determinante hacer un uso responsable de la energía eléctrica. y recordar que no hay nada menos eficiente que calefaccionar un ambiente utilizando energía eléctrica.