Cómo entender este invierno frío a pesar del calentamiento global
En Argentina estamos viviendo uno de los años más fríos en mucho tiempo y no faltan los chistes sobre que nos robaron el calentamiento global. Pero, ¿es posible entender lo que estamos viviendo en un contexto de cambio climático?
Esta semana los titulares de los medios internacionales del hemisferio norte sólo hablan de la ola de calor extrema que están viviendo y cómo las temperaturas baten récords. Pero de este lado del planeta la historia es muy distinta. El sur de Sudamérica y Australia viven uno de los inviernos más fríos en años. ¿Cómo es esto posible si las temperaturas del planeta están en aumento?
Es algo instintivo restar importancia al cambio climático cuando experimentamos una temporada muy fría, por eso, cuando dudes de la idea de que el clima se está calentando la mejor idea es recurrir a la serie de datos históricos.
Mirar el clima y no el tiempo
El cambio climático hace referencia al comportamiento del clima, no del tiempo. El clima se refiere a cómo se comporta la atmósfera durante un largo periodo, mientras que el estado del tiempo describe lo que sucede en un plazo mucho más corto, de horas o días. De cierta forma, se puede considerar al clima como la suma de largos periodos del estado del tiempo.
Y mientras hoy, en un lugar específico como Argentina, se pueden estar experimentando condiciones muy frías, si consideramos las temperaturas predominantes de los últimos 30 años, los valores van en un constante aumento.
El contexto importa
Desde 1976 no vivíamos un otoño tan frío como el pasado en nuestro país, y el invierno va por el mismo camino. Los eventos fríos como este son posibles, pero cada vez menos probables en un mundo con temperaturas cada vez más elevadas.
Claramente el clima de Argentina es variable, por lo que todavía debemos esperar que cada cierto tiempo ocurran temporadas realmente frías. El clima debería calentarse extremadamente rápido para no volver a tener situaciones heladas cómo ésta. Mientras tanto, los récords de calor van a romperse mucho más seguido que los fríos, pero ambos extremos seguirán presentándose.
Las olas de frío y el cambio climático pueden convivir
El cambio climático es mucho más que el aumento de temperaturas global. Es un cambio en la circulación atmosférica que hace que las zonas de lluvias se trasladen hacia lugares lejanos, y que los vientos cambien su dirección.
Estos cambios también pueden favorecer, o no, que el aire frío invada regularmente una zona que antes casi no llegaba. Por ejemplo, las temperaturas cálidas del Ártico hacen que la corriente en chorro sufra oscilaciones pronunciadas y, cuando oscila más al sur, hace que el aire frío llegue más al sur. Por eso, se espera que Norteamérica tenga inviernos más crudos en el futuro, aún con cambio climático.
Frío acá, calor allá
Una de las características más destacadas del cambio climático es que es global. Es decir que hay que mirar al planeta como un conjunto. Mientras vemos derrumbarse las temperaturas en Argentina y la cordillera se pinta de blanco por la nieve, gran parte del hemisferio norte sufre una de las olas de calor más graves en décadas. Y no hablamos de un país, sino de continentes enteros.
En resumen, a nivel global la Tierra se está calentando desde hace décadas, y local y puntualmente, puede haber entradas de aire frío, especialmente en invierno. Estos episodios gélidos y olas de frío locales aún existirán en un mundo que se calienta, pero su aparición probablemente sea con menor intensidad, duración y extensión que las de calor. Y si bien vamos a seguir hablando de récords de frío, no son la regla, sino la excepción.
Si no lo creen, piensen en la ola de calor de 20 días de enero, dónde se rompieron más de 70 récords por calor en Argentina, una cantidad muy superior a los de este periodo invernal.