¿Cómo funciona una desaladora de agua de mar? ¿Cuál es su vida útil?
Todos sabemos qué es un desaladora, pero... ¿alguna vez te has preguntado cómo es el proceso que convierte el agua salada en agua apta para regar e incluso consumir? ¿Hasta cuántos años pueden funcionar?
El concepto de desalación se ha vuelto muy conocido en los últimos años gracias a la instalación de diversas plantas en aquellas zonas en las que los recursos hídricos son escasos, convirtiéndose en una fuente alternativa de vital importancia y no exenta de polémica. Pero tanto la reutilización, la depuración y la desalación irán ganando terreno rápidamente a corto y medio plazo.
En primer lugar, conviene recordar qué es una desaladora. Se trata de una instalación que convierte el agua salada del mar (o salobre) en agua apta para el consumo humano, así como para usos industriales y de regadío. Las plantas desalinizadoras se conocen por las siglas IDAM (Instalación Desaladora de Agua de Mar) o IDAS (Instalación Desaladora de Agua Salobre).
Mucha gente piensa que el proceso de desalación es muy sencillo, pero en absoluto lo es. A continuación, explicaremos todos los pasos centrándonos en las plantas desaladoras de ósmosis inversa, siendo España un referente en la implantación de este tipo de desalinizadoras.
Así funciona una desaladora por ósmosis inversa
Cada planta desaladora es única y su localización depende de factores locales como por ejemplo pueden ser el entorno geográfico y geológico, calidad de agua de entrada y de salida o la capacidad de producción. Pero todas tienen en común que necesitan una fuente de suministro de energía constante y sin interrupciones.
Estas plantas están conformadas por obras de toma y vertido, con sus correspondientes conducciones; un edificio de procesos, donde el principal es la ósmosis inversa para la producción de agua dulce; los depósitos de regulación y conducciones de distribución del agua desalada hasta los usuarios; y las obras de suministro eléctrico. A partir de aquí, entraría el proceso de desalación en sí mismo, que se dividiría en cuatro partes. Te los explicamos en orden.
Captación de agua
Como puedes imaginar, el primer paso es obtener el agua bruta desde el mar, que se impulsa por bombeo a través de tuberías que la transportan hasta la planta desaladora.
Fase 2: Pretratamiento
En este punto hay que aplicar un pretratamiento global que incluye distintos procesos físicos y químicos que son diferentes, dependiendo de la calidad del agua. Primero se aplica un proceso de decantación, y después se realiza un desinfección para eliminar la carga biológica del agua.
Después, pasa a distintas presiones por un conjunto de etapas de filtración y ultrafiltración para eliminar la materia en suspensión que se encuentra en el agua. A continuación, es preparada para que tenga las condiciones fisicoquímicas adecuadas para ser introducida en unas membranas semipermeables.
Las membranas que utilizan actualmente las plantas de ósmosis inversa modernas son muy sensibles a las variaciones en la calidad o temperatura del agua, por lo que para que no sufran daños es de gran importancia que la fase de pretratamiento del agua sea adecuada. En definitiva, el sistema de tratamiento previo es un factor clave para un adecuado funcionamiento de la planta desaladora.
Membranas
Posteriormente, el agua se impulsa hacia las membranas de ósmosis inversa, que están dispuestas en bastidores. A partir de aquí, se obtienen dos corrientes diferentes: una de agua desalada y otra de salmuera, con una mayor concentración de sales que el agua bruta. Esta última es enviada de nuevo al mar por emisarios con difusores y una dilución previa.
Aunque en principio se diluye rápidamente, todas las plantas desaladoras están sujetas a estudios iniciales y periódicos de viabilidad e impacto medioambiental para garantizar que su actividad no provoque grandes impactos en el ecosistema de la zona. Por otra parte, el agua ya desalada, dependiendo de su calidad o uso posterior, puede pasar por una segunda etapa de ósmosis inversa.
Postratamiento
Cuando el agua desalada tiene ya una calidad óptima, es conducida a un depósito donde es tratada de acuerdo al uso final que vaya a tener. En ocasiones puede ser remineralizada para mejorar su calidad para el consumo humano, cumpliendo siempre con las normativas sanitarias vigentes. Finalmente, el agua desalada ya está lista para ser conducida a la red de abastecimiento.
¿Cuál es la vida útil de una planta desalinizadora?
La construcción de una desalinizadora suele durar al menos unos seis meses debido a su complejidad, y en algunos casos pueden ser aún más. La vida útil de las membranas de desalación suele rondar los 10-15 años, renovándose continuamente. Pero tras este tiempo, pueden reutilizarse para otras labores. El mantenimiento por tanto es de gran importancia, y estas plantas pueden funcionar durante unas cuantas décadas.
Hay que tener en cuenta que una vida útil más larga de la membrana se traduce en un menor tiempo de inactividad de la planta, coste reducido del personal de mantenimiento, menos costes de reemplazo de membranas y un menor coste de eliminación de las membranas usadas.