Cómo los tiburones están ayudando a las costas australianas a mitigar las consecuencias del calentamiento global

Los investigadores han demostrado que ciertas especies de tiburón podrían contribuir a reducir la población de erizos de mar de púas largas en la costa sureste de Australia.

Tiburón
Las aguas del sudeste de Australia están repletas de tiburones, algunos de los cuales podrían ayudar a los científicos que intentan reducir la población de erizos de mar en la región.

Las aguas del sureste de Australia están siendo invadidas por erizos de mar de largas espinas debido al calentamiento acelerado. Sin embargo, un estudio reciente demostró que una especie de tiburón podría ayudar a regular estos equinodermos.

El vínculo entre los erizos de mar y el calentamiento global

Si los océanos se están calentando en todo el mundo, las aguas del sudeste de Australia se ven especialmente afectadas por este aumento de las temperaturas. De hecho, se están calentando casi cuatro veces más rápido que el promedio mundial en este sector.

Las consecuencias de estas temperaturas cada vez más altas son numerosas, especialmente a nivel de ecosistemas. Por ejemplo, los corales de la región sufren desde hace varios años un blanqueamiento masivo. Este fenómeno de disminución resulta en una decoloración causada por un aumento de un grado o más en la temperatura del agua, lo que lleva a la expulsión de algas simbióticas que dan al coral su color brillante.

Otra consecuencia destacable sobre los ecosistemas es la proliferación de erizos de mar, originarios de las aguas de Nueva Gales del Sur. De hecho, estos erizos de mar de espinas largas (Centrostephanus rodgersii) se han extendido hacia el sudeste de Australia, alimentándose sobre todo de bosques de Kelm y grandes algas pardas.

Por lo tanto, se introdujeron en un nuevo ecosistema, atacándolo simplemente para alimentarse, pero dejando hábitats destruidos a su paso. De hecho, estos erizos de mar pueden consumir hasta 30 veces su peso en algas por día, lo que tiene consecuencias devastadoras para los ecosistemas marinos de la región.

¿Tiburones para contrarrestar esta invasión?

Ante este desafío, los científicos australianos han intentado frenar la expansión cada vez mayor de los erizos de mar de espinas largas. Para no perturbar el resto del ecosistema, los investigadores optaron por una solución ecológica: la introducción de langostas, supuestos principales depredadores de estos erizos de mar.

Al filmar la interacción entre las langostas y los erizos de mar, los investigadores descubrieron que, en realidad, las langostas no eran la especie que más atacaba a los erizos de la zona. De hecho, los tiburones dormilones crestados (Heterodontusgaleatus) y los tiburones de Port-Jackson (Heterodontus portusjacksonni) son mucho más voraces.

Los científicos descubrieron que estos tiburones habían devorado hasta el 45 % de los erizos de mar durante las noches de observación, frente a sólo el 4 % de las langostas. Así pues, los tiburones podrían estar desempeñando un papel hasta ahora insospechado en este ecosistema marino, pero también en la lucha contra la invasión de erizos de mar.

Así pues, técnicamente, las langostas no tienen nada que envidiar a la abundancia y robustez de los tiburones, pero queda por ver si esto será suficiente para frenar la proliferación de erizos de mar en el futuro.

Por el momento, las observaciones se realizaron en un contexto natural controlado (los erizos de mar se habían colocado como cebo para el experimento) y es normal que un depredador se sienta atraído por este tipo de técnica. No obstante, el descubrimiento de este recurso natural insospechado sigue siendo un gran paso adelante.