Con la ayuda de "El Niño", el maíz va por un nuevo récord productivo en Argentina
El cereal proyecta una campaña para la historia, con potencialidad de concretar grandes volúmenes de exportación, que podrían generar ingresos por U$S 8.177 millones en 2024.
Luego de transitar un 2023 sumamente complejo, no sólo por ser un año de “transición” desde el punto de vista climático, sino también por las implicancias que tuvo el factor político - económico en la producción, la cadena de maíz comienza a ver la luz al final del camino en el último tramo de la campaña gruesa.
El punto de partida del actual ciclo agrícola no fue fácil. Al padecimiento de la sequía se sumó el peregrinar de dirigentes del sector productivo por distintas oficinas gubernamentales para mendigar por divisas para adquirir insumos determinantes para el agro, que en definitiva son la materia prima para generar los dólares que el país tanto necesita.
A esta altura de la campaña, ya se pueden hacer estimaciones con total certeza: por un lado habrá maíz suficiente como para transitar con tranquilidad el empalme entre una campaña marcada por la sequía y otra donde los altos rendimientos serían una constante. Esto es muy importante para el mercado interno y para la economía, ya que el cereal es un insumo clave para la conversión de granos en carnes y tiene un impacto directo en la estructura de costos de la generación de proteína animal.
Según datos de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se estima una producción de maíz 2023/24 que podría llegar a las 59 millones de toneladas, una cifra impensada al inicio de la campaña. Esto se sumaría a un “carry” de aproximadamente 4,3 millones de toneladas, con lo cual la oferta del grano se ubicaría en torno a los 63,3 Mt, un volumen récord que supera en un 50 % la oferta del año anterior.
Avance de la campaña
El último reporte de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indica que hasta la semana pasada se sembraron cerca de 6 millones de hectáreas, lo que representa una cobertura del 84,6 % si se tiene en cuenta la estimación inicial que anhela llegar a las 7,1 MHa. Según la entidad porteña, “la condición del cultivo es normal a excelente”, con un avance de campaña que se ubica 1,6 p.p. por sobre el promedio de las últimas cinco campañas.
En tanto, en su último informe semanal, la BCR detalló que la mayoría de los planteos de maíz temprano se vieron afectados por la falta de lluvias, por lo tanto las fechas de siembra no fueron las mas adecuadas. Algo similar ocurrió con las siembras de los maíces tardíos.
Según la entidad rosarina, “la siembra de maíz temprano cubrió 3 millones de hectáreas, 300.000 más que el año anterior pero aún por debajo de los 3,7 M ha promedio de los 5 años previos. Este maíz es el que será cosechado entre fines de febrero y abril de 2024, en tanto que el pico de la cosecha tardía (que corresponde al maíz sembrado en torno a diciembre de 2023) se espera para julio de 2024”.
La comercialización de la campaña de maíz será la que aporte los dólares a la economía en la segunda mitad del año, ya que los meses más fuertes para la exportación serían los del segundo y el tercer trimestre, cuando nuestro país embarque 11,5 y 15,6 millones de toneladas, respectivamente.
Con estas previsiones y tomando en cuenta los precios vigentes en el mercado de granos, sólo el maíz aportaría un ingreso de dólares por exportaciones de US$ 8.177 millones, un 31% por encima del año anterior.
El reto logístico para mover los granos
Sin dudas que no será simple movilizar unos 60 millones de toneladas de maíz. Para hacerlo, el país cuenta con infraestructura vial, ferroviaria, fluvial, portuaria e industrial, que deberá tensar su músculo al máximo para procesar la mayor cantidad de granos de maíz de la historia.
Aquí, los productores también tendrán un gran desafío por delante, ya que deberán observar no sólo la baja de precios internacionales de los granos ante un escenario global de superproducción, sino también la incidencia de los costos del flete -especialmente quienes producen lejos de los puertos- a los que el transporte les consume más de un 36 % del valor del grano.