Las condiciones climáticas favorecerían la siembra de trigo, pero aún hay dudas entre los productores
Las precipitaciones de abril impactaron de manera muy positiva en las reservas hídricas. Si bien dejaron complicaciones para la actual campaña, serían óptimas para la siembra de trigo y cebada.
Las lluvias de los últimos días le cambiaron la cara a varias zonas en las que faltaba humedad en suelo. Para poner blanco sobre negro: la media de todo abril para la región núcleo es de 90 mm, sin embargo hasta el 17 de este mes la media de la región era de 136 mm, un 50 % más que el promedio mensual. Es decir que se generaron las condiciones casi ideales para impulsar la siembra del trigo 2024/25 en la región núcleo y gran parte de la región pampeana.
Hace muchos años que no se obtenía un mapa de reservas para la región núcleo como el actual, con lo cual tranquilamente se podría repetir el boom triguero que se vivió en la campaña 2021/22. Sin embargo, es probable que esto no ocurra y no será por un tema climático, sino mas bien por definiciones de índole económica y de baja rentabilidad.
Los números para el trigo son ajustados, pero todavía no esta todo dicho. La Bolsa de Comercio de Rosario indicó en su último reporte que “las condiciones comerciales, que llevaron al productor a hacer una gran apuesta tecnológica en el 2021, mejoraron en las últimas dos semanas y ahora la relación urea/trigo se acercó notablemente a la de aquel entonces”.
Mejoraron los márgenes de rentabilidad y lo más importante es que el 90 % de la región núcleo tiene acumulados de más de 80 mm., con lo cual la parte climática, que es la que no se puede modificar con políticas económicas, por ahora juega a favor de la producción.
¿Cuánto trigo se sembraría con estas condiciones?
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires ubica el área probable en 5,9 millones de hectáreas, la misma que el año pasado. Esta cifra implica una baja del 6,9 % en comparación con el promedio de las últimas cinco campañas.
Sin dudas, tallan fuerte en la mente del productor todas las cuestiones de índole agronómica, como ser la necesidad de rotación de cultivos, la preservación del suelo, el control de adversidades biológicas y la economía del agua. Y por supuesto todo lo relacionado al negocio en si mismo, donde el trigo cobra un rol determinante ante la necesidad de obtener ingresos hacia fin de año que servirán para el financiamiento de la gruesa.
Lo que es bueno para algunos, puede no serlo para otros
El panorama con el que comienza a cerrarse la actual campaña es complejo. En el caso del maíz la cosecha maicera está estancada, la recolección de soja viene muy demorada y en general hay preocupación por un nuevo frente de tormentas que dejarían más agua en suelos que deberían secarse para permitir el ingreso de las máquinas.
Hasta ahora, el avance de la campaña reporta estos indicadores:
Cultivo | Avance de la campaña |
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Soja | Las precipitaciones demoran el avance de la cosecha y apenas se pudo avanzar un 13,9 %. El rinde medio nacional se ubica en 34,4 qq/Ha. Se mantiene por ahora la proyección de producción en 51 MTn. |
Maíz | Hasta el momento, se cosechó el 17,2 % del área estimada, reportando un rendimiento promedio de 87,9 qq/Ha. La proyección de producción es de 49,5 MTn, lo que significa una reducción en términos absolutos de 7 MTn respecto a la proyección inicial a causa de la enfermedad del spiroplasma. |
Girasol | Finaliza la recolección con un volumen total de producción de 3,6 MTn, -21,7 % respecto al ciclo 2022/23. El rinde promedio nacional se ubica en 20,2 qq/Ha. |
El cierre de la campaña quedará marcado por los excesos hídricos en varias zonas productivas. |
La Bolas de Cereales de Buenos Aires indicó en las últimas horas que en el caso de la soja existe una demora de 22 p.p. respecto al promedio de las últimas cinco campañas y que “la falta de piso demora las labores, principalmente sobre el centro-este de Entre Ríos y en toda la región núcleo norte. Por ahora la calidad de poroto es buena, aunque en el algunas regiones (sur de Santa Fe) hay lotes que estaban listos para cosecharse antes de las lluvias y ahora corren el riesgo de que se abran las chauchas y se deterioren los granos.
El maíz grano comercial “también se vio afectado por los abundantes acumulados de precipitaciones en gran parte del área agrícola y se evidencia una demora de 15 p.p. respecto al promedio 2018/22. La entidad porteña destacó en su informe semanal que en el caso del maíz tardío los reportes confirman caída de productividad en las zonas afectadas por la chicharrita (vector del spiroplasma), aunque las lluvias recientes asegurarían una culminación del llenado en las zonas con baja incidencia de la enfermedad.
Terminó la cosecha de girasol
Si bien quedan algunos lotes en pie en sectores del sudoeste del área agrícola, demorados por las lluvias de la última semana, no se alterarían los resultados finales, que se ubicarían en una producción total de 3,6 millones de toneladas. Lo paradójico de este cultivo es que le fue mejor en la campaña pasada durante el evento Niña en comparación con la actual, con un Niño que con sus precipitaciones potenció la productividad. En el ciclo 2023/24 se habían obtenido 3,9 millones de toneladas.