Conocé los nuevos colores para separar y tratar los residuos domésticos
El Gobierno reglamentó la nueva Ley de Gestión Integral de Residuos Domiciliarios que crea un código unificado de siete colores para la clasificación de residuos en la fuente de origen y el hogar. También amplió la definición de residuo domiciliario.
Según los datos del Banco Mundial, cada persona de América Latina y el Caribe genera casi 1 kilo de basura por día, algo así como unos 231 millones de toneladas de desperdicios al año, y se estima que más de la mitad son alimentos. Y es que la basura no solo termina en grandes vertederos de mal olor: tiene un impacto devastador sobre el planeta y podría ser aún peor en el futuro.
La economía circular tiene como objetivo satisfacer las necesidades humanas de manera sostenible. Promueve el consumo y la fabricación responsable, así como la transformación del residuo en otra materia prima que servirá en la cadena de producción de otros nuevos productos. Dicho de otra manera, pone su foco en que los residuos puedan ser utilizados como recursos para reingresar de nuevo al sistema productivo. De esta manera, reducimos nuestros desechos y extraemos menos bienes naturales del planeta.
Pero la implementación de este estilo de consumo solo es posible si cada uno de nosotros tomamos la responsabilidad de separar los residuos según sus características para que permanezcan el mayor tiempo posible en el ciclo económico, y se aproveche al máximo su materia prima.
Argentina refuerza su economía circular con una nueva Ley
Esta semana, el Gobierno reglamentó la Ley de Gestión Integral de Residuos Domiciliarios N.º 25.916, que crea un código unificado de siete colores para la clasificación de residuos en la fuente de origen e incorpora el principio de responsabilidad extendida al productor. Su objetivo es el de "fomentar la cultura ciudadana y facilitar la valorización de residuos en todo el país". La normativa, publicada en el Boletín Oficial a través del decreto 779/2022 reglamenta la Ley de Gestión Integral de Residuos Domiciliarios que había sido sancionada en 2004.
La Ley recomienda a las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires adoptar un sistema de gestión integral que contemple siete fracciones de residuos con sus respectivos colores:
- Verde: residuos secos valorizables
- Negro: considerados basura
- Marrón: residuos orgánicos valorizables
- Amarillo: plásticos
- Azul: papeles y cartón
- Blanco: residuos de vidrios
- Gris: metales
Los residuos deberán ser colocados en contenedores para cada clase de residuo y, preferentemente, las bolsas tendrán que ser del mismo color que el contenedor o transparentes para identificar el contenido.
"La reglamentación viene a subsanar falencias que tenía la ley, a mejorar herramientas para que el Estado pueda trabajar en la recuperación de materiales en las diversas corrientes de residuos", explicó Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación. "Si bien en su momento fue importante porque implicaba un avance conceptual en la normativa, está claro que no permitió aplicar políticas que favorecieran la eliminación de los 5.000 basurales a cielo abierto que todavía tenemos en la Argentina", aseguró.
Entre las actualizaciones de la ley que establece la reglamentación, se destaca el principio de responsabilidad extendida al productor, que implica que los fabricantes e importadores deben financiar la gestión integral de productos que luego de consumidos devienen en residuos domiciliarios."En todas las corrientes de residuos es posible identificar la responsabilidad extendida de aquel que coloca en el mercado un producto que sabe que se va a convertir en residuo y, por lo tanto, debe hacerse responsable de ese tratamiento y de esa recuperación cuando ese producto se convierte en residuo", dijo el Secretario.
Nueva definición
Con el decreto también se amplió la definición de residuos domiciliarios. Ahora incluye aquellos elementos, objetos o sustancias, que se generan y desechan como consecuencia de actividades domésticas realizadas en los núcleos urbanos y rurales, comprendiendo aquellos de características similares que sean de origen comercial, institucional, asistencial e industrial.
En Argentina se genera un promedio de 45.000 toneladas diarias de residuos sólidos urbanos, lo que equivale a una tonelada de basura cada dos segundos. Esto tiene un impacto negativo en el ambiente. Los rellenos sanitarios utilizados en centros urbanos para la disposición de los residuos domiciliarios son grandes fuentes de gases de efecto invernadero (GEI), principalmente metano, un gas 21 veces más reactivo que el CO2 en relación al cambio climático.