Contaminación: abejas construyen sus nidos enteramente de plástico

El uso del plástico genera un gran problema a nivel global. Y Argentina no está exenta de esto. Envases y bolsas plásticas quedan en el ambiente luego de su uso en la actividad agrícola, y su presencia pueden modificar la diversidad y el comportamiento de la fauna silvestre. Estos residuos se van integrando al ecosistema.

De acuerdo al informe publicado por Sobre la Tierra, por primera vez en el mundo se encontró un nido de abejas construido enteramente de dos tipos de desechos plásticos en un campo de producción de semillas en la provincia de San Juan. Sebastián Tamashiro, autor de la nota, da cuenta de que los resultados se obtuvieron luego de un investigación de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) en colaboración con el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar de la Región de Cuyo (INTA).

Juan Pablo Torretta, docente de la cátedra de Botánica General de la FAUBA expresó que “fue un hallazgo casual. Nuestro equipo de trabajo se especializa en estudiar cómo los insectos silvestres influyen en la polinización de los cultivos agrícolas. Ocurrió mientras relevábamos qué polinizadores había en la zona”. Las abejas más conocidas viven en comunidad y construyen panales de cera donde viven en comunidad. Otras son solitarias y construyen nidos a partir de restos vegetales del entorno.

Alto impacto de las actividades humanas

El grupo de investigación colocó bloques de madera con agujero para estudiar el comportamiento de las abejas del segundo grupo. En uno de los bloques registraron el primer nido de abeja del mundo compuesto totalmente de piezas plásticas. Además, comprobamos que el insecto usó dos tipos diferentes de este material derivado del petróleo para construir las tres celdillas que componen el nido.

Los resultados de este hallazgo fueron publicados en la revista científica Apidologie. Allí se detalla que las abejas cortaron más de 20 piezas de bolsas de residuos y las colocaron una por una en forma de barril dentro de la madera. Torretta señaló a Sobre la Tierra que “no se sabe si la abeja reemplazó las hojas y los pétalos que normalmente usa para construir su nido debido a la falta de vegetación disponible o si prefirió construirlo de plástico por alguna razón aún desconocida.

El registro muestra el impacto de las actividades humanas sobre la diversidad y el comportamiento de los insectos. También muestra el alto nivel de contaminación por residuos de la actividad agrícola en los campos. El investigador consigna que ellos se centran en las abejas silvestres y en otros artrópodos — como arañas o moscas—, porque brindan importantes servicios ecosistémicos tales como la polinización, el control de plagas y la descomposición de materia orgánica.

Alto riesgo para abejas

Las abejas silvestres se encuentran en un estado de riesgo ya que para alimentar a sus crías deben recolectar polen y, por lo tanto, necesitan abundancia y diversidad de flores. Torretta advirtió que “el actual modelo de agricultura, además de homogeneizar la disponibilidad de flores de especies vegetales y limitarlas a un cierto momento del año, también quiere tener alambrados limpios y brillantes. Sin malezas, se reduce el número y la diversidad de flores, y las abejas siguen la misma tendencia”.

Este tipo de noticias hace prestar atención a cómo los humanos estamos interfiriendo en la diversidad de los ecosistemas. Si bien es necesaria la utilización de la tierra para la producción, también es cierto que ciertos aspectos parecen estar lejos de ser correctamente administrados y controlados.

Los plásticos sin su debido tratamiento contaminan el entorno, en algunos casos arrastrados por el efecto del viento, o alterando el equilibrio de la vida. Es necesario establecer usos de la tierra que minimicen su impacto en el entorno, y permitan sostener le diversidad tan necesaria.