Coronavirus en el aire y sobre superficies: nuevo estudio
Un reciente estudio científico sobre el COVID-19, revela que el virus permanece viable y contagioso en el aire por horas, y en determinadas superficies por días. En esta nota encontrarás el detalle del nuevo análisis.
El nuevo coronavirus (COVID-19), es una enfermedad respiratoria que surgió en China en diciembre de 2019. El 11 de marzo de 2020 fue declarada pandemia globalpor la Organización Mundial de la Salud (OMS), por ser una enfermedad altamente contagiosa, que al día de la fecha ya está presente en 186 países alrededor de todo el mundo.
De esta gran problemática que nos toca atravesar como especie, se desprenden distintos trabajos de investigación realizados por científicos en diferentes áreas. Abordan desde la necesidad de encontrar: una vacuna, tratamientos, métodos de testeo, y estudios para conocer y comprender en detalle cómo es y cómo actúa este nuevo virus.
Los científicos del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), parte de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., simularon el virus depositado de una persona infectada en las superficies cotidianas de un hogar u hospital, (al toser, estornudar o tocar objetos). Utilizaron un dispositivo para dispensar microgotas simulando las creadas por un enfermo, similares a las observadas en muestras obtenidas del tracto respiratorio superior e inferior en humanos. Este análisis se llevó a cabo con la finalidad de ofrecer orientación, para que las personas eviten contraer la enfermedad respiratoria.
¿Coronavirus en el aire?
Según el estudio publicado en el New England Journal of Medicine, el pasado martes 17 de marzo, un grupo de científicos investigaron cuánto tiempo el virus permanece infeccioso fuera del cuerpo humano. Allí describen cómo puede permanecer viable y contagioso en gotas suspendidas en el aire durante horas.
Las pruebas muestran que cuando el virus es transportado por las gotas liberadas cuando alguien enfermo tose o estornuda, sigue siendo viable en aerosoles (o puede infectar a las personas) durante al menos tres horas.
El equipo de investigación descubrió que en promedio se necesitan aproximadamente 1.1 horas (o sea 66 minutos), para que las tres cuartas partes de las partículas del virus queden inactivas, pero el 25% seguirá siendo viable. Recién al finalizar la tercera hora después de que las partículas fueron liberadas, la cantidad de virus viable se reduce a 12.5%, según la investigación dirigida por Neeltje van Doremalen de las instalaciones de NIAID en Montana en los Laboratorios Rocky Mountain.
En superficies
Además del estudio en aerosoles, estos profesionales realizaron pruebas del tiempo de vida del virus sobre cuatro tipos de superficies diferentes: plástico, acero inoxidable, cobre y cartón. Del experimento deducen que: el SARS-CoV-2 fue más estable en plástico y acero inoxidable que en cobre y cartón.
Se detectó un virus viable hasta 72 horas después de la aplicación en el plástico y hasta 48 horas en acero inoxidable. En el cobre se midió el SARS-CoV-2 viable hasta 4 horas, mientras que en el cartón permaneció hasta 24 horas después de la prueba.
En términos de vida media del virus, los investigadores encontraron que el menor tiempo de supervivencia fue sobre el cobre, donde la mitad del virus quedó inactivo en 46 minutos. Por el contrario, sobre el plástico la vida media resultó de 6 horas y 49 minutos. En el acero inoxidable le tomó 5 horas y 38 minutos para que la mitad de las partículas de virus se vuelvan inactivas; y sobre el cartón en promedio fue de aproximadamente 3 horas y 30 minutos, (aunque los investigadores en el caso de este material aconsejaron tomar con precaución ese número, porque había mucha variabilidad en los resultados).
Buscando respuestas
Las conclusiones expuestas de esta investigación fueron detalladas por los científicos en el portal citado anteriormente, en dónde distintos profesionales comparten de manera rápida sus trabajos antes de publicarlos; pero aún no han sido revisados y validados por otros colegas.
Estas mismas pruebas sobre aerosoles y materiales se realizaron también con el SARS-CoV-1 (el que causó el brote de SARS en el 2003), con el fin de comparar y cronometrar su supervivencia fuera de una célula humana en ambos tipos de coronavirus; buscando una explicación a la amplia diseminación del COVID-19.
Encontraron que la estabilidad del SARS-CoV-1 era similar a la del nuevo SARS-CoV-2 en las circunstancias experimentales probadas. Esto indica que las diferencias en las características epidemiológicas de estos virus probablemente surgen de otros factores, incluidas las altas cargas virales en el tracto respiratorio superior, y la posibilidad de que las personas infectadas con el nuevo COVID-19 eliminen y transmitan el virus mientras están asintomáticos.