Corrientes en llamas: los incendios forestales arrasan la provincia y provocaron la muerte de una maestra rural

El fuego ya consumió más de 7.500 hectáreas y las condiciones meteorológicas complican su control. La víctima era docente y estaba a cargo de la Escuela 919 del paraje Alem Cué.

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Las llamas avanzan sin control en Corrientes, consumiendo más de 7.500 hectáreas y poniendo en riesgo la producción ganadera y forestal. Gentileza: Gustavo Valdes, Gobernador de Corrientes en X

Desde hace días, Corrientes arde. Las llamas avanzan sin control sobre vastas extensiones de terreno, consumiendo bosques, pastizales y explotaciones agrícolas, dejando a su paso un paisaje de devastación.

Más de 7.500 hectáreas fueron devoradas por el fuego y, pese a los esfuerzos de bomberos y brigadistas, la situación sigue siendo crítica en varios puntos de la provincia.

El fuego no distingue, arrasa campos, afecta a la producción ganadera y pone en jaque la economía local. Pero, sobre todo, golpea con crudeza a las comunidades rurales, cuyos habitantes ven cómo sus medios de vida y sus hogares quedan reducidos a cenizas.

En este contexto, la tragedia ya se cobró ya una vida: la de Cindia Alejandra Mendoza (30), quien se desempeñaba como directora de una escuela rural y murió el lunes por la noche después de intentar apagar un foco cerca de la vivienda en la que se encontraba su padre en la localidad de Mariano Indalecio Loza.

Un enemigo voraz e imparable

Las llamas encontraron en la provincia del litoral un escenario propicio para expandirse rápidamente. La combinación de temperaturas extremas, fuertes vientos y una sequía prolongada creó las condiciones ideales para la propagación del fuego.

Los focos más preocupantes se localizan en las zonas de La Cruz, Estación Solari y Mantilla, donde se reportó la mayor cantidad de hectáreas afectadas.

En Loma Alta y Tres Cerros, las llamas devoraron extensas plantaciones de pinos, un recurso clave para la industria maderera local. En Mantilla, la afectación es similar, con el fuego arrasando eucaliptos y poniendo en peligro la continuidad de la actividad forestal.

Bomberos voluntarios, brigadistas y aviones hidrantes trabajan sin descanso para frenar el avance del fuego. Sin embargo, los expertos advierten que las condiciones climáticas no ayudan, porque las altas temperaturas y la falta de lluvias generan un panorama desalentador.

Antecedentes alarmantes: los incendios de 2022

La actual crisis no es un hecho aislado en la historia reciente de Corrientes. En 2022, la provincia sufrió una serie de incendios forestales que dejaron consecuencias devastadoras y que aún resuenan en la memoria colectiva.

En aquel año, más de 1.042.514 hectáreas fueron arrasadas por el fuego, lo que representó aproximadamente el 12 % de la superficie total de la provincia. Las pérdidas económicas se estimaron en más de $82.000 millones, afectando gravemente a sectores clave como la ganadería, la agricultura y la industria forestal.

Consecuencias devastadoras

El impacto de los incendios no se mide solo en hectáreas calcinadas. La catástrofe tiene múltiples aristas con impacto social, económico y ambiental.

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Brigadistas y bomberos luchan contra el fuego en condiciones extremas, mientras el calor y el viento complican las tareas de contención. Gentileza: Gustavo Valdes, Gobernador de Corrientes en X

La recuperación de las zonas afectadas demandará tiempo, recursos y un trabajo coordinado entre el Estado, el sector privado y las comunidades locales. Lo cierto es que mientras se planifican estrategias, las llamas siguen avanzando sobre los bosques y tanto productores como pobladores esperan respuestas y soluciones.

El drama de las comunidades afectadas

Las familias que habitan en las zonas rurales de Corrientes son las más golpeadas por la tragedia. Muchas tuvieron que abandonar sus hogares y refugiarse en centros comunitarios improvisados.

Hay zonas donde existen pobladores que lo perdieron todo: sus viviendas, sus cultivos y sus animales.

Organizaciones sociales y voluntarios trabajan para asistir a los damnificados, proveyéndoles agua, alimentos y ropa. Sin embargo, la necesidad es inmensa y la recuperación será larga y difícil.

Ganadería y agricultura en jaque

La pérdida de pastizales y la muerte de animales representan un duro golpe para el sector ganadero, uno de los pilares de la economía provincial. La destrucción de los campos complica la alimentación del ganado, lo que podría traducirse en una caída en la producción y un aumento en los costos.

Además, la afectación de cultivos y plantaciones forestales pone en riesgo miles de empleos. La industria maderera, clave en regiones como La Cruz y Mantilla, enfrenta pérdidas millonarias que impactarán en toda la cadena productiva.

Un desastre ambiental

Los incendios también representan una catástrofe ambiental de gran magnitud. La destrucción de bosques y pastizales afecta la biodiversidad de la región, poniendo en peligro especies autóctonas y alterando los ecosistemas locales.

La emisión de grandes cantidades de dióxido de carbono agrava la crisis climática y contribuye al calentamiento global. Además, la deforestación generada por los incendios aumenta la vulnerabilidad de la provincia ante futuras catástrofes naturales, como inundaciones y sequías.

¿Cómo prevenir futuros incendios?

La crisis de Corrientes no es un hecho aislado. En los últimos años, la provincia sufrió múltiples incendios forestales de gran magnitud, poniendo en evidencia la necesidad de políticas de prevención más efectivas.

Los expertos coinciden en que es clave implementar planes de manejo del fuego, que incluyan medidas como la creación de cortafuegos, la capacitación de productores y brigadistas, y el uso responsable del suelo. Además, el cambio climático también juega un papel determinante, donde las condiciones de sequía y calor extremo son cada vez más frecuentes, lo que hace que los incendios sean más intensos y difíciles de controlar.