¿Cuándo llega La Niña? Evolución, intensidad e impactos esperados en Argentina

El más conocido de los índices climáticos, el ENSO, está evolucionando tímidamente a La Niña. Junto al análisis de otros indicadores, podemos entender cómo afectará a la agroindustria.

Campo argentino
Los escenarios climáticos para el inicio de la campaña gruesa han mejorado un poco respecto de lo que se esperaba hace unos pocos meses atrás. No es la mejor situación, pero tampoco es como la de las campañas anteriores.

Cuando en 1891, el presidente de la Sociedad Geográfica de Lima, doctor Luis Carranza, publicó un corto artículo en el boletín de esa sociedad, no pudo haber imaginado que esa contra-corriente que detectó en el puerto de Paita (Perú) y que “indudablemente influye mucho sobre las condiciones climatológicas en esa parte del mundo”, sería uno de los más estudiados y reconocidos índices climáticos.

El ENSO (El Niño –Southern Oscillation), es un patrón climático estacional compuesto por un indicador oceánico llamado ONI (Oceanic Niño Index), que toma como base la temperatura superficial del mar en el Océano Pacífico ecuatorial, y otro indicador atmosférico llamado SOI (Southern Oscilation Index).

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El ONI puede presentarse como una fase cálida llamada El Niño, y una fase fría llamada La Niña. Pueden ocurrir aproximadamente cada 3 o 7 años y si bien no tienen una periodicidad regular, duran entre 12 y 18 meses. Sus efectos se pueden percibir en diferentes partes del planeta, generando sequías e inundaciones, más o menos huracanes, y períodos cálidos o fríos en todo el globo a través de "teleconexiones".

¿Llega o no llega?

Durante los últimos 4 meses, las diferentes previsiones sobre la evolución de las condiciones ENSO han ido variando de una situación La Niña de moderada a leve intensidad, a una situación La Niña débil o incluso, de neutralidad (lo que significa que puede no formarse).

Zonas ONI
En estas zonas del Pacífico tropical, se hace el seguimiento de la temperatura de la superficie del mar (SST). La SST en la región Niño3.4, (120˚W a 170˚W ), se promedia durante un período de 3 meses para, formar el Índice Niño Oceánico oficial de la NOAA (el ONI).

Además, la fecha de inicio de la fase fría del ENSO se ha ido modificando, marcando condiciones La Niña cada vez más tarde y con menor duración. Esto se debe a que el enfriamiento de las temperaturas de superficie del océano (SST, por sus siglas en inglés), ha sido más lento de lo esperado.

ENSO IRI
En el pronóstico de agosto del Instituto IRI de la Columbia University, la SST del Océano Pacífico ecuatorial apenas se encuentra por debajo del umbral de -0.5 ºC como para dar lugar a un evento La Niña de débil intensidad y corta duración.

Pese a que las demás condiciones que se consideran para este indicador, permanecen relativamente favorables para el desarrollo de un evento La Niña a partir del mes de octubre, más de la mitad de los modelos analizados por el BoM, el servicio meteorológico australiano, concluyen que la situación del ENSO será neutral.

ENSO BoM
El Pronóstico del BoM de Australia, indica que 3 de los 7 modelos sugieren la baja chance de La Niña (por debajo de -0,8 °C) a partir de octubre, y un cuarto alcanza brevemente el umbral; los 3 modelos restantes sugieren que es probable que las TSM se mantengan en valores neutrales de ENSO.

Dentro de la incertidumbre, hay un cierto consenso entre los principales pronósticos globales: el IRI de la Universidad de Columbia, el del BoM, el del ECMWF, UKMet y otros que se toman como referencia, en una baja chance de un evento La Niña de débil intensidad y corta duración (finalizando en diciembre o enero), o incluso de que no se llegue a formar.

La Niña "débil" de 2017 y la peor sequía en 44 años

Desde junio de 2017, los pronósticos indicaban la chance alta de un evento La Niña de débil intensidad para la primavera, y que finalmente se declaró en octubre. Las previsiones iniciales, no indicaban un déficit de precipitaciones tan importante como el que finalmente se registró. Ese evento La Niña, fue responsable de la peor sequía en 44 años en Argentina, uno de los 10 mayores desastres hidrometeorológicos a nivel global, y fue catalogada como un "cisne negro" para el gobierno del presidente Mauricio Macri. Las pérdidas de ingresos en dólares para el país superaron los USD 6.500 millones

Terra Modis
El sensor MODIS del satélite Terra de la NASA, captó estas imágenes en color natural de las tierras fértiles de Argentina. El centro del país lucía exuberante y verde en abril de 2017 (izquierda) en contraste con los paisajes más marrones (derecha) visibles un año después.

En esa ocasión, sucedió que La Niña se dio en coincidencia con la fase fría del Dipolo del Océano Índico (IOD), otro de los patrones climáticos globales. Al igual que con el ENSO, el IOD tiene una fase cálida -llamada El Niño Indio-, y una fría a la que se la denomina La Niña India. Pues bien, cuando ocurre La Niña India, se potencia el déficit de precipitaciones en el este del país en último cuatrimestre del año, amplificando los eventos de La Niña (del Pacífico), haciendo que la sequía sea más intensa. También puede ocurrir que el IOD neutralice parte o todo el ENSO (en el caso de ocurrir El Niño con La Niña India).

Dipolo Océano Índico
El dipolo del océano Índico (IOD) es neutral, y continuará así hasta principios de 2025.

Afortunadamente, la situación para los próximos meses es totalmente diferente. La última previsión del Servicio Meteorológico Australiano (BoM), indica que continuaremos en una situación de neutralidad, con lo que las chances de que lo que suceda en el Océano Indico pueda amplificar la falta de lluvias en el este del país son mínimas.

Impacto en Argentina

En estos meses, la confiabilidad de los pronósticos ENSO es la mayor. Sin embargo, aún hay incertidumbre sobre si efectivamente se formará un evento La Niña de débil intensidad a partir del mes de octubre o continuará la neutralidad. Afortunadamente no habrá otros factores que potencien la inhibición de precipitaciones en el este de Argentina.

Anomalia de precipitaciones
El mapa de anomalías de precipitaciones de Meteored para el mes de octubre, indica una situación bastante aceptable -en cuanto a las precipitaciones-, para el inicio de la campaña gruesa.

Para el sector agro, la información sobre reservas de agua en el suelo en el arranque de la campaña gruesa es fundamental, ya que los meses de octubre y noviembre son los meses con mayor déficit de precipitaciones en el centro y este de Argentina en eventos La Niña.

Si se cuenta con niveles de humedad aceptables en la siembra, la chance de tener rindes aceptables aumenta, ya que para la floración y el llenado del grano, las precipitaciones no suelen ser tan deficitarias como al inicio de la campaña con un evento La Niña en curso. Y si continúa la neutralidad, las perspectivas son mucho mejores, ya que las precipitaciones suelen ser un poco mayores al promedio climatológico.

Y en cuanto al riesgo de heladas, hay que prestarle especial atención: en años La Niña, el riesgo de heladas tardías suele estirarse hasta 20 días después de la fecha habitual de la última helada, especialmente en el centro este del país.