Cuarentena evita muertes relacionadas con la contaminación del aire
Un estudio afirma que el periodo de confinamiento para frenar la propagación del Coronavirus en China y Europa al comienzo de la pandemia mejoró la calidad del aire, evitando miles de perdidas humanas en regiones donde la contaminación del aire tiene un impacto nocivo en la mortalidad.
Una de las principales causas que relaciona la pérdida de vidas humanas con el medio ambiente, es la contaminación del aire. Desde el 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS), en coordinación con la Organización Meteorológica Mundial (0MM), atribuyeron que la contaminación del aire causa 4.2 millones de muertes prematuras en todo el mundo.
La exposición a contaminantes en el aire largo plazo es peligroso para la salud. Muerte prematura asociada al cáncer de pulmón, cardiopatía isquémica, deficiencia cerebrovascular y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, todas están relacionadas principalmente con la emisión de partículas de polvo contaminantes. Se dice que los más susceptibles a daños principalmente en los pulmones gracias a la presencia de polvo microfino son los niños y los ancianos.
Las partículas de polvo microfino (PM2.5), llamado así porque tiene sólo 2.5 micrómetros de diámetro, proviene de diversas fuentes relacionadas con la combustión, incluidas las emisiones industriales, el transporte, los incendios forestales y las reacciones químicas de los contaminantes en la atmósfera.
Una investigación publicada en The Lancet Planetary Health, por científicos de la Universidad de Notre Dame, encontró que las concentraciones de partículas en China se redujeron en un casi en un 30 %, sin precedentes, y en un 17 % en partes de Europa, especialmente durante el periodo de confinamiento del 1 de febrero al 31 de marzo en China y el del 21 de febrero al 17 de mayo en Europa.
El estudio y las investigaciones
"Consideramos el confinamiento como primer experimento global ante escenarios de bajas emisiones forzadas", dijo la investigadora Paola Crippa, profesora en el Departamento de Ingeniería Civil, Ambiental y Ciencias de la Tierra en Notre Dame, autora correspondiente del estudio.
"La parte más sorprendente de este trabajo está relacionada con el impacto en la salud humana de las mejoras en la calidad del aire", dijo Crippa. "Fue algo inesperado ver que la cantidad de muertes evitadas a largo plazo debido a las mejoras en la calidad del aire es similar a las muertes relacionadas con COVID-19, al menos en China, donde se reportó una pequeña cantidad de víctimas". Estos resultados subrayan la gravedad de los problemas de calidad del aire en algunas áreas del mundo y la necesidad de una acción inmediata.
Metodología de la investigación
Se integraron simulaciones por computadora con concentraciones medidas de material contaminante de más de 2,500 regiones a lo largo de Europa y China, entre el 1 de enero de 2016 y el 30 de junio de 2020, en ambas regiones se consideraron las fechas en las que iniciaron las cuarentenas y confinamientos, días en los los que el COVID-19 comenzó a extenderse rápidamente.
El equipo estimó las tasas de muerte prematura frente a cuatro escenarios diferentes de recuperación económica: una reanudación inmediata de la actividad normal y las emisiones posteriores, una reanudación gradual con un aumento proporcional de las emisiones de tres meses, el potencial de un segundo brote de COVID-19 entre octubre y Diciembre en cada región, y un confinamiento permanente para el resto de 2020 en el caso de estrategias de control ineficaces.
Resultados
De febrero a marzo, el estudio encontró que se estima se evitaron aproximadamente 24,200 muertes prematuras asociadas con material particulado y contaminante, en comparación con las 3,309 muertes reportadas por COVID-19 en China.
Por otro lado, los resultados en Europa fueron diferentes. Si bien las muertes relacionadas con COVID-19 fueron más altas en dicha región en comparación con lo que se informó en China, en Europa se evitaron unas 2,190 muertes durante el período de confinamiento en comparación con los promedios entre 2016 y 2019.
"Es claro que existe la necesidad de desarrollar políticas de control para lograr mejoras efectivas en la calidad del aire'', dijo Crippa, y destaca el tema de la percepción del riesgo entre la actual crisis inmediata de la pandemia de Coronavirus y la actual crisis de contaminantes peligrosos en la atmósfera.