Cultivos en Argentina: las lluvias recuperan parte del trigo pero crece la incertidumbre para la próxima campaña de maíz

Las lluvias fueron determinantes para la recuperación de algunos cultivos, especialmente el trigo en la zona sur y este de la región centro. Sin embargo se necesitan precipitaciones adicionales en las zonas centro y norte del país.

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El 50 % de la región núcleo recibió más de 10 mm y el sigue en carrera para lograr una buena campaña.

La situación actual de los granos en Argentina refleja un escenario complejo y desafiante, marcado por variaciones climáticas significativas con consecuencias en la producción agrícola. El desarrollo de la campaña 2024/25 es mucho mas lento de lo que todos esperaban y las demoras no sólo se deben a cuestiones climáticas, sino también a variables de índole económica donde gravitan problemas domésticos que se suman a la baja de precios a nivel internacional que actúa como un desmotivador absoluto.

Desde lo climático, las recientes lluvias trajeron alivio a algunas zonas, pero las condiciones siguen siendo dispares según la región en la que se ponga el ojo. El trigo, uno de los cultivos más afectados por la falta de agua y las bajas temperaturas, mostró signos de recuperación en ciertas áreas gracias a las lluvias de los últimos días, especialmente las del fin de semana pasado.

El trigo sigue en carrera

Según el Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), el 90 % de las 6,3 millones de hectáreas presenta una condición entre normal y buena y el 42 % mantiene condiciones hídricas entre adecuadas y óptimas. Este avance fue realmente notable en regiones como Pergamino y el sudeste de Santa Fe, donde los trigos mejoraron significativamente.

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Lote con trigo en desarrollo vegetativo, en muy buen estado en el sureste del departamento San Martín (Gentileza Bolsa de Cereales de Santa Fe)

Como contrapartida, en el oeste de la región núcleo las lluvias fueron insuficientes y allí los primeros lotes sembrados en zonas como Corral de Bustos necesitaron más agua a medida que avanzaron hacia etapas de mayor demanda hídrica. Si no se registran precipitaciones en las próximas dos semanas, se podría comprometer seriamente el desarrollo del cultivo, afectando la producción y reduciendo los rendimientos esperados.

La cebada mantiene expectantes a los productores

El cereal finalizó su siembra aunque existen algunas zonas puntuales del centro bonaerense por completar, pero que no modifican el porcentaje total. El problema que tiene la cebada es que el desarrollo del cultivo se encuentra limitado por las bajas temperaturas y la escasez de lluvias en regiones clave como el sur de La Pampa y Buenos Aires.

Estos factores provocaron un estancamiento en el crecimiento del cultivo, con lotes que muestran síntomas de estrés hídrico, daños en hojas y emergencias desparejas. A pesar de esto, informes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) señalaron que las lluvias recientes en el sudeste del área agrícola generaron expectativas de mejoras en la condición del cultivo en los próximos días.

El maíz cierra una campaña que deja muchas dudas

La cosecha de cereal con destino a grano comercial avanzó significativamente, alcanzando el 96,3 % del total estimado. Este progreso fue más acelerado en el centro-norte del área agrícola, donde el estrés sufrido durante el ciclo del cultivo adelantó la cosecha en más del 98 %.

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En una campaña de decisiones demoradas, la gran incógnita que tienen los productores se centra en si se arriesgan o no para sembrar el cereal.

A pesar de estos avances, los rendimientos resultaron variables, con un promedio de 65 quintales por hectárea, pero con resultados inferiores en algunas zonas. Datos del Ministerio de Agricultura mostraron que en el sur de Córdoba los rendimientos estuvieron dentro de los promedios históricos, mientras que en otras áreas fueron más bajos.

¿Quién se animará a sembrar maíz?

El panorama es incierto para la próxima campaña y según el último reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la intención de siembra disminuyó en un 30 % en la zona núcleo.

Hay muchos productores indecisos debido a la falta de lluvias suficientes y la inseguridad sobre el comportamiento de plagas como la chicharrita.

Las bajas temperaturas registradas en julio y agosto incrementaron las horas de frío, pero aún se espera conocer si esto será suficiente para controlar la presencia del vector asociado al spiroplasma. El temor radica en que esta plaga que podría afectar seriamente la producción (una vez más) si las condiciones ambientales favorecen su proliferación.

Con el ojo puesto en el ciclo 2024/25

Los productores deberán tomar decisiones críticas en las próximas semanas, donde la continuidad de las lluvias será determinante para el éxito de la campaña triguera y la definición de la nueva siembra de maíz. En regiones como el sudeste de Córdoba y el noroeste de Buenos Aires, la falta de agua podría limitar el desarrollo de los cultivos y afectar la productividad general.

Además, la evolución de plagas como la chicharrita es otro factor de incertidumbre que preocupa a los agricultores. El monitoreo constante y la evaluación de las condiciones climáticas serán esenciales para tomar decisiones, porque la inversión es enorme y nadie quiere arriesgar después de varias campañas con sequía.