De París a Bombay, ¿cómo el cambio climático está transformando nuestras ciudades?
Informe de impacto de WaterAid: algunas ciudades bajo el agua, otras secas. Las proyecciones no son nada tranquilizadoras. ¿Podrán nuestras ciudades hacer frente a estos descalabros?

Nuestras ciudades ya no son las mismas. Entre inundaciones récord y sequías prolongadas, sufren las consecuencias directas de un clima alterado.
Según un estudio reciente de WaterAid, el 52 % de las grandes ciudades, como Kuala Lumpur, están viendo aumentar sus precipitaciones, mientras que el 44 %, incluida Riad, la capital de Arabia Saudí, se están secando peligrosamente.
La paradoja del agua: ¿demasiada o muy poca?
Las megaciudades actuales se debaten entre dos extremos. Por un lado, ciudades indias como Bombay se enfrentan a monzones cada vez más intensos, que destruyen infraestructuras y ponen en peligro a las poblaciones más vulnerables. India ha registrado un aumento del 20 % de las precipitaciones extremas en 40 años, y esta tendencia no parece frenarse.
Por otra parte, grandes ciudades como París y Madrid están viendo menguar sus reservas de agua, lo que hace cada vez más incierto el acceso a un recurso vital.
Este desequilibrio repercute directamente en la economía. Las empresas deben replantearse sus cadenas de suministro y su gestión de los recursos hídricos si quieren seguir siendo competitivas, advierte un informe de WaterAid. El fantasma del "Día Cero", en el que una ciudad podría quedarse sin agua, amenaza cada vez a más zonas urbanas.
Infraestructura desbordada por la emergencia climática
Nuestras ciudades no están preparadas para estos cambios.
Las envejecidas infraestructuras de muchas metrópolis no están adaptadas a las nuevas realidades hídricas. Nuestros sistemas de distribución, drenaje y evacuación del agua no se diseñaron para estos extremos. En Europa, algunas tuberías tienen siglos de antigüedad.
Además, las megaciudades asiáticas, aunque dinámicas, se esfuerzan por gestionar una urbanización galopante, que aumenta la vulnerabilidad de las poblaciones a las inundaciones y las sequías.
Algunas ciudades incluso oscilan entre estos dos extremos, pasando bruscamente de una sequía extrema a una inundación masiva. Este fenómeno de "latigazo climático" afecta ya a más de 250 millones de habitantes de las ciudades y complica la planificación urbana.
Según WaterAid, es esencial que las grandes ciudades inviertan en infraestructuras resistentes a los riesgos climáticos. Esto incluye sistemas de recolección de agua de lluvia, redes de alcantarillado modernizadas y una mejor gestión de los recursos hídricos.
Predicciones preocupantes para el futuro urbano
En 2050, dos tercios de la población mundial vivirán en ciudades, lo que aumentará la presión sobre los recursos hídricos. Sin una acción rápida, algunas ciudades podrían llegar al temido Día Cero, el día en que el agua corriente deja de salir del grifo. El caso de Ciudad del Cabo en 2018, donde la ciudad estuvo a punto de quedarse sin agua potable, bien podría repetirse en otros lugares.
Para evitar lo peor, los expertos piden una revisión de las políticas urbanas:
- Planes de adaptación sólidos, con el agua en el centro de la resiliencia climática de las ciudades.
- Mayor financiación para infraestructuras sostenibles y una gestión más eficiente de los recursos.
- Prioridad a las poblaciones vulnerables, que son las que más sufren las consecuencias de estos cambios.
El desarrollo de tecnologías de reciclado de aguas residuales, la construcción de embalses y sistemas de drenaje adaptados a las nuevas realidades climáticas, así como una gestión cotidiana del agua más eficaz para limitar el despilfarro, son soluciones esenciales para adaptar nuestras ciudades al cambio climático.
No podemos prevenir todos los riesgos climáticos, pero podemos mitigar sus efectos. El acceso fiable a agua limpia y resistente al clima es esencial para que las comunidades puedan reconstruirse tras las catástrofes y afrontar el futuro.
Referencia de la noticia:
WaterAid. (2025, March 12). Water and climate: Rising risks for urban populations.