¿Deberíamos preocuparnos por el impacto de la basura espacial en los aviones?
La basura espacial ya no es solo un problema para los satélites. Cada vez hay más cohetes despegando y más aviones surcando el cielo, y el riesgo de que un fragmento de chatarra espacial impacte contra una aeronave está aumentando.
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Desde que comenzó la era espacial, los seres humanos han enviado más de 6.740 cohetes al espacio. Como resultado, la órbita terrestre se ha convertido en un vertedero de proporciones astronómicas: actualmente, se estima que hay más de 56.450 objetos flotando alrededor de nuestro planeta. De ellos, unos 10.200 todavía funcionan, pero el resto son restos de cohetes gastados, satélites inactivos y fragmentos generados por colisiones y explosiones.
Y la situación no parece mejorar. Cada año, las agencias espaciales y empresas privadas superan sus propios récords de lanzamientos. En 2023, por ejemplo, se llevaron a cabo 263 despegues, con Estados Unidos (158) y China (68) liderando la carrera. Con más actividad en el espacio, también hay más objetos que eventualmente caerán de vuelta a la Tierra, lo que incrementa el riesgo de impactos.
Según un nuevo estudio realizado por un equipo de la Universidad de Columbia Británica (UBC), esto también significa que los desechos que caen a la Tierra tendrán una probabilidad de 1 en 4 por año de ingresar en el espacio aéreo concurrido.
¿Puede un avión ser alcanzado por basura espacial?
La respuesta corta es sí, y aunque hasta ahora no ha ocurrido, la probabilidad de que esto suceda está en aumento. Un estudio reciente de la Universidad de Columbia Británica señala que cada año hay un 25 % de probabilidades de que un fragmento de chatarra espacial ingrese en una zona aérea concurrida.
Musk dumping his Space X trash all over the planet, luckily no civilian airliners were hit but did have to emergency divert. pic.twitter.com/c0MlPMRXAk
— Anonymous (@YourAnonCentral) January 17, 2025
Los investigadores analizaron los datos de vuelos comerciales y los compararon con registros de reingresos no controlados de cohetes y satélites. Sus conclusiones son preocupantes: las áreas con mayor densidad de tráfico aéreo, como el noreste de Estados Unidos, el norte de Europa y la región Asia-Pacífico, tienen hasta un 26 % de probabilidades de sufrir una reentrada peligrosa.
El riesgo creciente también se debe en parte al despliegue masivo de satélites, como el Starlink de SpaceX, que eventualmente volverá a ingresar a nuestro espacio aéreo. Los investigadores descubrieron que, a medida que se envían más satélites y cohetes a la órbita y más aviones surcan los cielos, aumentan las probabilidades de que se produzca un impacto. Aunque disponemos de la tecnología necesaria para rastrear hasta cierto punto los desechos espaciales que caen, continúa siendo una preocupación importante.
"Las regiones de mayor densidad, alrededor de los principales aeropuertos, tienen un 0,8 % de posibilidades al año de verse afectadas por una reentrada descontrolada", escriben los investigadores en su artículo publicado. "Esta tasa aumenta al 26 % para áreas de espacio aéreo más grandes pero aún concurridas, como las que se encuentran en el noreste de Estados Unidos, el norte de Europa o alrededor de las principales ciudades de la región Asia-Pacífico".
Un peligro para todos
Los especialistas remarcan que incluso el trozo más pequeño de un cohete o satélite en llamas podría derribar un avión, lo que dificultará garantizar la seguridad de los pasajeros. Estiman que algo tan pequeño como un gramo de basura podría causar daños si entrara en contacto con el parabrisas o el motor del avión.
La amenaza no solo pone en riesgo a los pasajeros, sino que también podría afectar el tráfico aéreo en general. Si un objeto grande entra en la atmósfera de manera descontrolada, las autoridades pueden verse obligadas a cerrar temporalmente ciertas zonas del espacio aéreo. Esto ya ha ocurrido en el pasado, como cuando la caída de un cuerpo de cohete Long March 5B en 2022 obligó a cerrar partes del cielo por precaución. Estos cierres generan retrasos, cancelaciones y congestión en otras rutas, lo que tiene un impacto económico muy importante.
Basura espacial orbitando alrededor de la Tierra. : Technical University Braunschweig pic.twitter.com/Ai4azWoWEb
— Enrique Coperías (@CienciaDelCope) December 2, 2019
Los investigadores afirman que existe una solución: quienes coloquen los objetos en órbita podrían invertir en un sistema de reentrada controlada de cohetes. Si bien la tecnología para ello ya existe, menos del 35 % de los lanzamientos la utilizan actualmente. Esto deja la responsabilidad de la seguridad en manos de la industria aeronáutica y las autoridades espaciales, que deben decidir entre cerrar el espacio aéreo o asumir el riesgo.
El problema de la basura espacial no desaparecerá pronto. Con más de 2.300 cuerpos de cohetes aún en órbita y con reingresos descontrolados previstos para las próximas décadas, las autoridades deberán encontrar soluciones para gestionar esta amenaza emergente. Si no se toman medidas urgentes, podríamos estar acercándonos a un punto en el que el cielo se vuelva tan caótico como el espacio exterior.
Referencia de la noticia:
Wright, E., Boley, A. & Byers, M. Airspace closures due to reentering space objects. Sci Rep 15, 2966 (2025).