La corrosión y el salitre sobre el hormigón en zonas costeras, ¿pueden provocar el derrumbe de un edificio?
Luego del trágico derrumbe del edificio de 10 pisos en Villa Gesell, que mantiene un operativo de búsqueda y rescate por desaparecidos bajo los escombros, analizamos si la fuerte corrosión del aire marítimo en estructuras de hormigón sin mantenimiento puede generar este tipo de desastres.
El pasado martes 29 de octubre una enorme tragedia ocurrió en Villa Gesell, localidad costera de Buenos Aires. Se trata del trágico derrumbe de un edificio de 10 pisos de altura que mantiene en vilo a los argentinos porque es una noticia en desarrollo.
Bomberos y rescatistas especializados trabajan desde hace más de 24 horas sin parar, para intentar salvar a las personas que quedaron atrapadas bajo los escombros, se habla de entre siete a nueve personas desparecidas que al parecer se encontraban dentro del Hotel Dubrovnik, cuando la estructura cedió por completo.
Al momento de redactar este informe, solo lograron rescatar a una persona con vida, una mujer que fue trasladada de inmediato al centro de salud más cercano para recibir asistencia por heridas menores, y que fue detectada gracias a los perros de la brigada K9, mientras que un hombre de más de 80 años de edad, lamentablemente fue hallado muerto.
El derrumbe ocurrió en la madruga del martes 29, por lo que luego de 24 horas de trabajo la noche lógicamente ha vuelto a caer; sin embargo, la oscuridad no es un impedimento para seguir con las labores de búsqueda y rescate, se mantienen las tareas de manera interrumpida en el periodo nocturno con seguridad y buena visibilidad, dado que los responsables del operativo instalaron torres de iluminación.
Javier Alonso, ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, informó durante la noche del marte a todos los medios de la prensa, que se encuentran de guardia en el lugar, y que el operativo de rescate "va a durar lo que tenga que durar", y que mantiene la esperanza de encontrar sobrevivientes entre los escombros.
Lo primordial es encontrar con vida y lograr salvar a todos los que hayan quedado atrapados bajo los escombros, al mismo tiempo que se inician fuertes investigaciones para saber qué pasó, por qué se derrumbó el edificio, quiénes son los responsables de esta tragedia. y si podría volver a pasar con otras estructuras.
Mientras se maneja un sinfín de hipótesis alrededor de los motivos del derrumbe, y se esperan los resultados de las investigaciones, que seguramente llevará varios días, existe una de las ramas que plantea la importancia suprema en el tipo de mantenimiento y cuidados especiales a tener en cuenta en obras costeras, dado que estas estructuras necesitan ser construidas, monitoreadas y con un posterior mantenimiento especial, acorde al tipo de ambiente hostil al que estarán expuestas.
Corrosión y deterioro de estructuras de hormigón
El hormigón es uno de los materiales más utilizados en la construcción gracias a su durabilidad y versatilidad. Sin embargo, con el paso del tiempo y bajo ciertas condiciones, puede sufrir un proceso de deterioro que compromete su integridad estructural.
Entre las principales causas de la corrosión del hormigón se encuentran los factores químicos, en especial aquellos relacionados con la acción de la humedad, el salitre y otros agentes presentes en el entorno. Comprender estas causas es fundamental para prevenir y mitigar los daños que afectan tanto a la apariencia como a la seguridad de las construcciones.
La carbonatación es un proceso químico que ocurre cuando el dióxido de carbono (CO2), presente en el aire, penetra en el hormigón y reacciona con el hidróxido de calcio, uno de los componentes del material. Esta reacción forma carbonato de calcio, lo que provoca una disminución del pH del hormigón y, como consecuencia, la protección natural que ofrece a las armaduras de acero se ve seriamente comprometida.
Cuando las armaduras quedan expuestas, la humedad y el oxígeno pueden llegar a ellas, iniciando el proceso de corrosión. Esto da lugar a la expansión del acero, lo que genera tensiones internas que pueden causar grietas y fisuras en el hormigón. Si no se trata a tiempo, el daño estructural puede ser severo.
En el caso de edificaciones en áreas costeras expuestas al aire marítimo, la corrosión es mucho mayor, más acelerada y por ende más peligrosa que en ambientes mediterráneos. “La niebla marina es muy agresiva penetra en la armadura del edificio, cuando el acero se oxida se expande abruptamente, hasta en un 50 %, si esa corrosión crece puede generar que el hormigón estalle”, explicó para el canal de noticias argentino, Todo Noticias (TN), el ingeniero civil Jorge Bertolino.
Uno de los problemas más graves que afecta al hormigón es la corrosión de las armaduras de acero que se utiliza como refuerzo. La presencia de humedad y sales, como el cloruro sódico (conocido como salitre), acelera este proceso. El salitre es particularmente dañino en entornos costeros.
Cuando el acero en el interior del hormigón comienza a corroerse, se expande, generando fisuras en la estructura. Estas fisuras no solo debilitan el hormigón, sino que también permiten una mayor penetración de agentes externos, lo que agrava el problema. Con el tiempo, la estructura puede perder su capacidad portante, poniendo en riesgo la seguridad de la construcción.
La reacción álcali-árido (RAA)
Otro fenómeno que afecta al hormigón es la reacción álcali-árido (RAA), ocurre cuando ciertos minerales presentes en los áridos reaccionan con los álcalis del cemento en presencia de agua. Esta reacción genera un gel expansivo que provoca la aparición de grietas en la superficie del hormigón.
La RAA es más frecuente en climas húmedos y en estructuras expuestas a la lluvia o fuentes de agua como en nuestra costa atlántica. Aunque el daño puede tardar en aparecer, una vez que comienza el proceso, es difícil de detener sin una intervención adecuada.
Ataque por sulfatos
Los sulfatos, presentes en algunos suelos y aguas subterráneas, también pueden ser responsables del deterioro del hormigón. Cuando las sales de sulfato entran en contacto con el material, reaccionan con el hidróxido de calcio y otros componentes del cemento, generando compuestos expansivos que provocan la aparición de fisuras y debilitamiento de la estructura.
Este tipo de ataque es común en zonas donde hay problemas de capilaridad y filtraciones, especialmente en plantas bajas de viviendas y en construcciones subterráneas como sótanos y garajes. Las señales visibles incluyen grietas y desprendimientos en la superficie, lo que indica que el hormigón está perdiendo su cohesión interna.
Referencia de la noticia:
Causas quimicas de la corrosion del hormigon. Humesec.es