Desastre ambiental: la paradisíaca Isla Mauricio se tiñe de negro

Playas blancas, océanos coralinos y un interior selvático forman esta isla paradisíaca. Pero el turquesa de sus playas está a punto de cambiar, y los habitantes corren contra el reloj para frenar el derrame de 3.800 toneladas de petróleo.

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El barco japonés MV Wakashio, que navegaba con bandera panameña, se dirigía de China a Brasil cargado con 3.800 toneladas de petróleo y 200 de diesel. (GEORGES DE LA TREMOILLE / AP)

El 25 de julio, un buque cisterna japonés encalló en un arrecife de coral frente a Pointe d'Esny, una reserva marina protegida cerca del Parque Marino Blue Bay, en la Isla de Mauricio. Unas 1000 toneladas de petróleo ya afectan unos 15 km de costa de la isla, y los habitantes luchan desesperadamente por frenar el avance de la marea negra, mientras que la posibilidad de que el casco del barco se parta amenaza con verter las 2800 toneladas restantes.

Luego de varios días de pasividad por parte de las autoridades y los responsables del barco, la situación se complicó el jueves pasado con la aparición de grandes manchas de hidrocarburos en el agua y la zona costeras. El primer ministro de Mauricio, Pravind Jugnauth, solicitó la ayuda de Francia y las Naciones Unidas, y declaró el "estado de emergencia ambiental". Debido a la imposibilidad de reflotar y remolcar el barco, y con la ayuda de un equipo de expertos japoneses, la estrategia de las autoridades ahora pasa por intentar recoger la mayor parte del vertido lo antes posible y evitar su expansión. El suceso podría resultar en la peor catástrofe ecológica jamás sufrida en la zona.

El sábado, un barco de la Armada francesa y un avión con expertos a bordo partieron hacia Mauricio desde Reunión. Japón anunció el envío de un equipo de seis expertos para trabajar junto a la ayuda francesa y local. El domingo, miles de personas acudieron en masa a las costas para tomar el asunto en sus manos y tratar de limitar lo mejor posible la mancha de petróleo que se expandía hacia la costa.

Los voluntarios trabajan en la construcción de barreras flotantes improvisadas de cáñamo, tela y hasta cabello humano para contener la mancha de combustible. Otros, con máscaras y guantes de goma, intentan recoger los productos del barco en recipientes de todo tipo. Pero hasta ahora, las aguas turbulentas y los fuertes vientos dificultaron las operaciones para limitar el petróleo.

Mauricio tiene los arrecifes de coral más bellos del mundo y es un santuario de fauna rara y endémica. Es un verdadero paraíso en medio del océano Índico. Sus 1,3 millones de habitantes dependen de sus aguas para el turismo, la alimentación y la economía. El oceanógrafo y experto medioambiental local Vassen Kauppaymuthoo dijo en una entrevista que estima que se necesitarán “unos diez años para que el ecosistema marino se parezca a lo que era”.