Desastres: 2024 ha sido el sexto año más costoso en pérdidas económicas a nivel global
En 2024 el planeta registró pérdidas económicas por 368.000 millones de dólares. El 60 % de esas pérdidas no estaban aseguradas, lo que compromete las chances de reconstruir y de adaptarse al clima del futuro.
En 2024, las pérdidas económicas por desastres fueron superiores a la media principalmente debido a los desastres meteorológicos. El impacto económico de los daños alcanzó al menos los 368.000 millones de dólares y fueron mayormente impulsados por ciclones tropicales, tormentas convectivas severas e inundaciones.
Aon Corporation, es una empresa británica proveedora de servicios de gestión de riesgo, seguros y gestión de reaseguros, recursos humanos y consultoría, fundada en 1982. Como resultado de investigaciones y conversaciones con clientes y gobiernos de todo el mundo, AON destaca cuatro megatendencias que impactan en la toma de decisiones empresariales: comercio, tecnología, fuerza laboral y el clima, y por esta última tendencia, ha publicado durante 20 años un reporte anual, el “Climate and Catastrophe Insight”, con foco en el tiempo y el clima.
Este informe de Aon cuenta dos historias muy importantes sobre la megatendencia meteorológica. En primer lugar, destaca que el clima, y en particular el riesgo climático, pueden afectar a casi todos los aspectos de las operaciones comerciales en las otras tres tendencias, como dónde ubicar una nueva instalación o cuál es la mejor manera de proteger a los empleados. En segundo lugar, para abordar el riesgo climático que cambia rápidamente, la industria de seguros (y reaseguros) debe acelerar la innovación y acceder a nuevas formas de capital para responder a los riesgos crecientes y cambiantes.
Los desastres más costosos de 2024
Según este estudio, el evento más devastador fue el huracán Helene, con pérdidas de aproximadamente 75.000 millones de dólares en daños directos, principalmente debido a inundaciones interiores y costeras. A nivel global, las pérdidas superaron los 300.000 millones de dólares por novena vez consecutiva y fueron un 14 % superiores al promedio 2000-2024.
Algunas regiones sufrieron un impacto desproporcionado en relación con su producción económica, como la isla de Mayotte como consecuencia del ciclón Chido.
Los eventos más costosos para las aseguradoras fueron dos huracanes en el Atlántico, Helene (septiembre) y Milton (noviembre), con pérdidas conjuntas de más de 100.000 millones de dólares. Si bien estas pérdidas fueron sustanciales, el sureste de los Estados Unidos evitó el peor escenario posible y el impacto fue manejable para la industria de (re)aseguradores.
Las tormentas convectivas severas (SCS por sus siglas en inglés), son señaladas como el peligro más costoso para las aseguradoras, ya que las pérdidas anuales totales superaron los $ 60 mil millones y fueron las segundas más altas registradas después de 2023.
Además, España, Brasil, Emiratos Árabes Unidos y Vietnam registraron sus eventos de seguros más costosos, en tanto que la brecha de protección global fue relativamente baja, del 60 %, siendo tan solo el 40 % de los daños cubiertos por el seguro. En 2023 la brecha era del 69 %, lo que implica una mejora global, aunque persisten diferencias notables entre regiones y riesgos, y brindar productos de seguros asequibles y sostenibles será crucial para mejorar la resiliencia financiera en el futuro.
El componente socioeconómico de los desastres
Los factores socioeconómicos siguen impulsando las pérdidas globales, ya que el aumento de la población, la distribución de la riqueza y la exposición general a los peligros naturales en áreas de alto riesgo sigue siendo un componente crucial de las crecientes pérdidas por desastres.
Se destaca el desarrollo escalonado costero en el estado de Florida, área muy propensa a huracanes, o el crecimiento espacial de las ciudades estadounidenses en áreas regularmente afectadas por la actividad de tormentas convectivas severas (SCS), aumentan la probabilidad de desastres de miles de millones de dólares.
Muchas regiones continuaron sufriendo los impactos de la inflación y otros factores económicos: el aumento en los costos de construcción de edificios observado en los últimos años en Canadá, junto con la escasez de mano de obra calificada y las interrupciones de la cadena de suministro, han elevado los costos de los procesos de reconstrucción post desastre.
Más pérdidas económicas, pero menos muertes
Un indicador de que los planes de reducción del riesgo de desastres y las alertas tempranas han sido efectivos en parte, para reducir las pérdidas de vidas a nivel global, es que las muertes mundiales estuvieron entre las más bajas en 30 años.
Las pérdidas aseguradas alcanzan los 145 mil millones de dólares en el sexto año más costoso registrado, ya que los eventos globales muestran que la adaptación y la preparación para desastres pueden mitigar los daños y la pérdida de vidas en el clima actual y futuro.
2024, el año más cálido registrado
Por primera vez en los registros, la anomalía de temperatura global anual superó en 1.5 °C los niveles preindustriales. Esto no solo se manifestó en olas de calor y temperaturas récord en todo el mundo, sino también en un impacto continuo en la gravedad y frecuencia de varios peligros.
Este hito subraya la necesidad de datos climáticos confiables y mejores previsiones para evaluar con precisión el impacto en las personas y las propiedades.
Los desastres de 2024 brindaron lecciones valiosas sobre cómo la construcción de infraestructura resiliente y las medidas de adaptación pueden ayudar a reducir los impactos materiales y financieros en el clima actual y futuro. Por ejemplo, el cumplimiento de los códigos de construcción en Florida ayudó a mitigar parcialmente los daños de Helene y Milton.
De manera similar, una mejor preparación a través de mejores sistemas de alerta, pronósticos meteorológicos o planificación de evacuación es crucial para reducir el riesgo para las vidas humanas, como se demostró durante las inundaciones en Europa central o los efectos de los tifones en Filipinas.