Después del avispón asiático, la hormiga roja de fuego llega a Europa
Es posible que el continente europeo tenga que hacer frente a una nueva especie invasora, pero ¿cuáles serán sus consecuencias y qué se puede hacer para minimizar su impacto en los ecosistemas establecidos?
La hormiga roja de fuego, de nombre científico Solenopsis invicta, es una especie invasora de hormigas que se ha establecido en Italia en los últimos meses y pronto podría llegar a otras partes de Europa, en particular a la Península Ibérica y al Reino Unido, como consecuencia del cambio climático.
Portadora de un potente aguijón, esta hormiga tiene la capacidad de dañar cultivos e infestar componentes y equipos electrónicos, en automóviles y ordenadores, por ejemplo.
La comunidad científica ya la considera una de las especies invasoras más destructivas y dañinas de la historia, ya que tiene la capacidad de crear colonias densamente pobladas en poco tiempo, al tiempo que ataca a invertebrados, vertebrados de mayor tamaño y plantas.
Esta "audacia" acaba provocando la destrucción de plantas autóctonas y una competencia directa (y desleal) con otras especies de hormigas, insectos y herbívoros autóctonos.
Esta especie invasora se propaga a través del comercio humano desde Sudamérica (de donde es originaria) a diversos países, regiones y continentes, como México, el Caribe, Australia, Estados Unidos de América e incluso China, causando unas pérdidas medias de 6.000 millones de dólares cada año en estos países.
Amenaza en nuevos espacios geográficos
Llegada por primera vez a Italia desde China o Estados Unidos, ahora son nuevas zonas geográficas de Europa las que se ven amenazadas por la presencia de la hormiga roja de fuego. Los casos más flagrantes son el Reino Unido y España, que están registrando las primeras colonias de esta especie invasora, con consecuencias aún no bien cuantificadas. También existe una preocupación generalizada por la aparición de esta y otras especies de hormigas que podrían interferir en el funcionamiento normal de los ecosistemas autóctonos del continente europeo.
La hormiga roja de fuego figura en una lista de la Unión Europea (UE) como una de las especies más preocupantes y, una vez que se establezca en el continente, será muy difícil erradicarla (sólo Nueva Zelanda lo ha conseguido), según los expertos. La UE ha ido más allá y ha prohibido la exportación de tierra del Reino Unido, pero este país no ha hecho caso de estas preocupaciones y sigue importando tierra agrícola de Europa y otros continentes, lo que supone una puerta abierta a la entrada de especies invasoras en la naturaleza.
Con el aumento de la temperatura media que se ha registrado en gran parte de Europa, y en particular en la Europa mediterránea, es natural que España y Portugal sean los próximos países afectados por esta "plaga". Grandes ciudades como Barcelona, Roma, Londres y París podrían sufrir la llegada de un gran número de esta hormiga.