Día Internacional de los osos polares: nuevo estudio basado en el ADN revela cómo protegerlos del cambio climático
El 27 de febrero es el "Día Internacional de los Osos Polares". Un nuevo estudio basado en el ADN de sus huellas en la nieve revela cómo usar esos datos para protegerlos del cambio climático.
El oso polar fue la primera especie animal en estar en peligro de extinción. Cada año, el 27 de febrero se conmemora su día internacional, para incrementar la conciencia social sobre el impacto negativo que el acelerado deshielo le provoca a su hábitat natural, producto del calentamiento global de origen antropogénico.
Desde la organización Polar Bears International eligieron esta fecha, para que la concientización coincida con el período en el que las mamás y los cachorros de osos polares están cómodos en sus guaridas del Ártico.
Este día en particular se anima a las personas a encontrar fórmulas para reducir su producción de carbono, como: bajar la temperatura del termostato y/o utilizar el aire acondicionado en no menos de 24 °C, utilizar menos trasporte privado y más bicicletas, apagar las luces que no se necesitan, etc.
Este día también ha servido para promocionar la instalación de energía renovable en los hogares, alentando el cambio extremadamente necesario de la matriz energética.
Estudian el ADN de los osos polares para protegerlos del cambio climático
El seguimiento minucioso de las poblaciones de osos polares es crucial para su conservación, pero son muy difícil de rastrear en sus cuevas del Ártico para obtener los datos necesarios.
Los científicos acaban de desarrollado una nueva herramienta para ayudar a cubrir esta ausencia de datos, fundamental para ayudar en la preservación de esta frágil especie en tiempos de crisis climática. Se trata del análisis del ADN de los osos, utilizando células de la piel desprendidas de sus huellas en la nieve.
Esta reciente investigación publicada en Frontiers in Conservation Science, revela que los científicos se inspiraron en técnicas forenses, la idea es conseguir muestras del ADN de estos osos, para poder rastrearlos y comprender su comportamiento. Esto es en reemplazo del monitoreo físico directo de los animales, ya que no deja de ser peligroso para los humanos, como aseguran las comunidades indígenas en la zona del Ártico, muy costoso y de una logística dificultosa.
Eligieron el ADN que se encuentra en las huellas de los animales, porque contienen células frescas y el ADN está intacto, debido a la conservación natural sobre la nieve se preserva en estado óptimo por las bajas temperaturas. A diferencia del ADN que se puede encontrar en la defecación del animal, el cual ha pasado por el intestino y esta degradado, “es más difícil trabajar con él”, expresa Micaela Hellström de MIX Research Suecia AB, autora principal del trabajo.
Método de la huella del oso polar
En este estudio los autores explican cómo recogieron muestras de nieve de 24 huellas individuales que dejaron los osos polares de Alaska. También recogieron elementos como cabello, moco y saliva de estos animales salvajes y en cautiverio.
El proceso de derretimiento y filtrado de la nieve llevó a los científicos a quedarse con ADN ambiental que necesitan para avanzar en sus estudios. Aunque resultó en una concentración muy bajas, de todas formas lograron recuperar ADN nuclear del 87,5 % de las huellas de osos polares salvajes. Lograron genotipificar 13 de las muestras de osos polares salvajes, identificando a 12 individuos diferentes.
Y aunque este muestreo no invasivo tiene una tasa de éxito menor, la facilidad de recolección es tal que permite ampliar significativamente el tamaño de las muestras y llegar más rápido a buenos resultados, para proteger del cambio climático a esta especie. Este proceso hecho con osos polares fue desarrollado por estos mismos científicos para otras dos especies animales: linces suecos de Eurasia y leopardos de las nieves.