Día de los Asteroides: ¿cómo es la primera misión de defensa global?
El 30 de junio se celebra este día para aumentar la conciencia sobre el peligro de impacto que representan los asteroides. Avanza el proyecto DART que planea impactar en 2022 el asteroide Dimorphos.
El 30 de junio de cada año se celebra el Día Internacional de los Asteroides, una jornada para aumentar la conciencia pública sobre el peligro de impacto que representan. La Asamblea General de las Naciones Unidas fue quien aprobó la resolución A/RES/71/90 el 6 de diciembre de 2016, eligiendo esta fecha para celebrar cada año el aniversario del impacto de Tunguska, en Siberia (Federación de Rusia), ocurrido el 30 de junio de 1908.
El Día Internacional permite sensibilizar al público sobre los riesgos del impacto de asteroides e informar sobre las medidas de comunicación en caso de crisis que se adoptarían en todo el mundo si hubiera una amenaza verosímil de impacto de un objeto cercano a la Tierra.
El evento de Tunguska fue el de mayor impacto registrado en la historia. El segundo episodio más destacado sucedió hace poco tiempo, el 15 de febrero de 2013, cuando una inmensa bola de fuego (técnicamente llamada "superbólido"), que se desplazaba a una velocidad de 18,6 km por segundo, entró en la atmósfera y se desintegró en el cielo de Chelyabinsk (Federación Rusa). Según la NASA, el asteroide medía 18 metros de diámetro y pesaba 11.000 toneladas. La energía liberada en el impacto fue aproximadamente de 440 kilotones (es decir el equivalente a la energía explosiva de 440.000 toneladas de TNT).
La oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas se ocupa de los objetos próximos a la Tierra y considera necesaria una respuesta internacional ante esta amenaza. Abordar esta cuestión, incluida la identificación de los objetos que podrían colisionar con nuestro planeta y la preparación de medidas para mitigar los efectos, requiere una acción coordinada de la comunidad internacional para salvaguardar la seguridad pública.
El Centro para el estudio de objetos cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA es el encargado de calcular órbitas de asteroides y cometas y sus probabilidades de impacto en el planeta. A la actualidad más de 23 mil asteroides se han descubierto cercanos a la Tierra, de los cuales poco más de 9 mil superan los 140 de diámetro, y 901 superan el kilómetro de dimensión.
Planes de defensa ante un posible impacto
La NASA deja claro que no se conoce ningún asteroide que represente un riesgo de impacto en la Tierra en los próximos 100 años. Hasta ahora, el asteroide más peligroso es el 2009FD, que tiene menos de 0,2% de probabilidades de chocar contra la Tierra en el año 2185.
Sin embargo, el avance en el conocimiento de estos objetos y de los planes de defensa ante un posible impacto no se detiene. Actualmente la NASA en conjunto con la Agencia Espacial Europea (ESA), preparan lo que será la primera misión de defensa planetaria, que intentará impactar un asteroide para desviar su órbita.
La misión se llama DART, que en inglés significa dardo y en este caso son las iniciales de "Prueba de Doble Redirección de Asteroide".
La Misión DART planea impactar un asteroide en 2022
Esta misión histórica está planeada para algún momento entre julio y septiembre de 2022, y el blanco será un asteroide recientemente bautizado Dimorphos que significa "dos formas", ya que se sería el primer objeto cósmico que cambie la forma de su órbita debido a la intervención humana.
El operativo consistirá en lanzar la nave DART para que viaje a través del espacio y, deliberadamente, se estrelle contra Dimorphos, logrando cambiar su trayectoria. "Lo que queremos lograr es cambiar la velocidad del objeto en quizás un centímetro por segundo", explica el astrónomo Andy Rivkin, uno de los líderes de la misión.
El asteroide Dimorphos es parte de un sistema binario, ya que gira en torno a otro asteroide de mayor tamaño llamado Didymos. La nave DART impactará a Dimorphos casi de frente, acortando en varios minutos el tiempo que tarda este pequeño asteroide en orbitar Didymos.
El plan en 2022 es que tras el impacto, los telescopios desde la Tierra puedan registrar las variaciones en el brillo del sistema binario para medir qué tanto cambió la órbita de Dimorphos. Posteriormente, en 2024, la nave espacial Hera de la ESA partirá para realizar una investigación cercana al único objeto del Sistema Solar que la humanidad haya logrado desplazar su órbita de una manera mensurable.