Docenas de sudaneses mueren en el desierto por el calor extremo, al intentar huir de la guerra hacia Egipto
La sangrienta guerra civil en Sudán hace que ciudadanos de ese país busquen escapar a Egipto. En medio de las temperaturas extremas, docenas de sudaneses murieron al intentar pasar la frontera. Muchos son abandonados en el desierto. El panorama es desolador.
En una noticia publicada ayer aquí en Meteored contábamos detalles de la ola de calor que azota a Egipto, con una máxima récord en Asuán de 50,9 ºC hace algunos días atrás. Ahora los pronósticos indican que hay una alta chance de que ese valor se pueda igualar o incluso superar el próximo domingo 16 de junio, y que al menos hasta fin de mes no se registre ningún día con máximas inferiores a los 42 ºC. Y todavía queda todo el verano por delante.
Y esta enorme ola de calor se extiende al vecino egipcio del sur, que es Sudán. Este es uno de los países más pobres del planeta inmerso en una grave crisis tras la separación de Sudán del Sur que fue reconocido como país independiente. En ese contexto es que el medio Dabanga Sudán dio a conocer una noticia que ha pasado casi desapercibida para los medios occidentales, que si están dedicando mucho espacio a las inundaciones en Florida.
En concreto, decenas de sudaneses que intentaban cruzar ilegalmente la frontera con Egipto han muerto en estos días, la mayoría de ellos a causa del calor abrasador en esa región. Los largos tiempos de espera en la frontera, agravados por las dificultades para obtener un visado, están empujando a más personas a tomar rutas ilegales hacia Egipto con la esperanza de alcanzar una vida más estable.
Una grave crisis humanitaria
El medio sudanés indicó que los hospitales de Asuán recibieron la semana pasada docenas de cadáveres de sudaneses que murieron de camino a la ciudad del sur de Egipto. No es el primer incidente de este tipo. Aunque no relacionado con el calor, varias personas que huían de la guerra en Sudán habían muerto a principios de año durante peligrosos viajes de contrabando por la carretera que atraviesa el desierto hacia Egipto. En el caso actual relacionado con el calor extremo, las muertes habrían totalizado unas 100 personas, familias enteras con niños. Ese número podría ser sensiblemente mayor.
Pero quienes han sobrevivido no tienen una situación fácil. Un familiar de algunos supervivientes fallecidos y heridos ha informado de que las autoridades les han comunicado que están bajo vigilancia policial hasta que sean deportados por la fuerza a Sudán. El cónsul general de Sudán en Asuán, Abdelgadir Abdallah, luego del dar el pésame a las familias y seres queridos de los fallecidos, señaló que algunos murieron "de sed, otros de insolación y algunos en accidentes de tráfico".
Muchos buscan una mejor vida en Egipto, y hay quienes tienen la esperanza de poder acceder de alguna forma a Europa. En todos los casos se tratan de traslados ilegales altamente peligrosos. El medio Mada Masr indicó, señalando a una fuente médica que "algunos de los cadáveres llegaron con la piel pelada y sufriendo deshidratación". Decenas de personas en el desierto no tienen agua y familias enteras murieron a causa de las altas temperaturas y fueron abandonadas allí.
El calor no tiene piedad
Un inspector de una empresa minera en Asuán, que trabaja en zonas que se cruzan con rutas de contrabando de personas, informó a Dabanga Sudan de un aumento de las personas encontradas muertas en el desierto desde el pasado martes. Todos los días se encuentran dos o tres coches en la carretera con gente muerta dentro. La mayoría de las muertes se deben al hambre, la sed y la insolación, incluidos niños y ancianos.
Lo complejo de la situación hace que muchos de los cadáveres sean enterrados o arrojados al desierto si no tienen un compañero vivo. En 2004, Egipto y Sudán firmaron el Convenio de las Cuatro Libertades, que permitía la libre circulación de ciudadanos entre ambos "países hermanos", así como trabajar y poseer propiedades sin ningún permiso especial. Sin embargo, pronto quedó claro que los hombres sudaneses de entre 18 y 50 años seguían necesitando un visado para poder entrar en Egipto. En 2018, las autoridades de El Cairo solicitaron oficialmente que se restringiera la entrada de sudaneses en Egipto.
El 10 de junio del año pasado, después de que más de 200.000 sudaneses buscaran refugio en Egipto huyendo de la guerra, El Cairo decidió obligar a todos los sudaneses a obtener un visado de entrada. Poco después de que estallara la guerra Jartum el 15 de abril del año pasado, muchos sudaneses huyeron de sus hogares, intentando buscar refugio en Egipto. El proceso resultó extremadamente difícil, con informes de largas esperas y falta de acceso a servicios básicos en el paso fronterizo de Argeen. El 27 de abril, más de 20 autobuses llegaban diariamente, una cifra que pronto se duplicó.