El 2020 empató con 2016 como el año más cálido en la historia
El pasado 2020, aún con el efecto recesivo del COVID-19, se transformó en el año más cálido desde que hay registros, junto a 2016. Todo indica que 2021 seguirá en la misma línea.
A pesar del confinamiento al que nos obligó el COVID-19, el calentamiento global del planeta parece no detenerse, en gran parte debido a los efectos acumulados de las décadas pasadas. Y la crisis climática no se detuvo durante 2020, que terminó con las temperaturas globales más altas registradas y empatando los valores de 2016. El año que terminó fue un año de récords muy relacionados con ese calentamiento que le brindan a la atmósfera mucha más energía.
Según consignó The Guardian, la cantidad de incendios forestales fueron un récord a nivel mundial, especialmente con los desatados en el oeste de Estados Unidos y en el norte de Rusia. Esos incendios liberaron cantidades siderales de dióxido de carbono a la atmósfera. Por otro lado, las 29 tormentas tropicales desarrolladas en el Atlántico marcaron un valor nunca alcanzado.
Si bien hubo datos alentadores como la disminución del 7% en la quema de combustibles fósiles en gran parte asociados a la baja de actividad por el coronavirus, los niveles de dióxido de carbono siguieron creciendo superando valores de años anteriores. Como resultado, la temperatura media global en 2020 fue 1,25 ºC más alta que en el período pre-industrial 1850 a 1900, peligrosamente cercana al objetivo de 1,5 ºC establecido por las naciones del mundo para evitar los peores impactos.
Sigue en aumento el calentamiento global
El dato del empate con 2016 como el año más caluroso registrado fue anunciado la semana anterior por investigadores climáticos europeos, y de acuerdo a lo informado por The New York Times, las temperaturas globales continuaban su implacable aumento provocado por la emisión de gases de efecto invernadero que atrapan el calor.
Esta temperatura récord, que es una medida de la energía en el sistema atmosférico, es el combustible para que las olas de calor sean cada vez más mortales, sequías más profundas, intensos incendios forestales y otros desastres ambientales en todo el mundo en 2020.
La gran diferencia de 2020, es que este máximo de temperatura se dio en un año en el que se desarrolló La Niña, a diferencia de 2016 que vio impulsada las temperaturas por El Niño de esa temporada. Todo hubiera indicado que La Niña ayudaría a que los valores promedio sean menores, cosa que finalmente no ocurrió. Y aunque el año 2020 puede igualar el récord, los últimos seis años están entre los más calurosos de la historia, según dijo Freja Vamborg, científica principal del Servicio de Cambio Climático del sistema europeo Copérnicus. El efecto de La Niña sí ayudó a algunas zonas del hemisferio sur que terminaron el año con temperaturas por debajo de los promedios.
El Ártico encabeza el calentamiento
Si se buscan detalles de esta información, se encuentra que hay regiones que registraron calentamientos excepcionales. Por segundo año consecutivo, Europa tuvo el año más cálido de su historia, y sufrió olas de calor mortales. Pero la diferencia de temperatura entre 2020 y 2019 fue sorprendente: 2020 fue 0,4 grados centígrados más cálido, un salto muy relevante.
América del Norte también registró temperaturas por encima de la media. El calentamiento desempeñó un papel fundamental en la sequía generalizada que afectó a la mayor parte de la mitad occidental de los Estados Unidos y en los intensos incendios forestales que asolaron California y Colorado durante una buena parte del año.
Un capítulo extremo fue para el Ártico, que sigue calentándose mucho más rápido que en otros lugares, una característica que se reflejó en los números de 2020. En algunas partes del Ártico las temperaturas medias se ubicaron más de 6 grados centígrados por encima del promedio de referencia que abarca desde 1981 a 2010. Si se tomara una serie más larga, ese calentamiento sería mucho mayor. Europa, por su parte, fue 1,6 grados centígrados más alta el año pasado que la misma línea de base.
En el Ártico, y especialmente en partes de Siberia, las condiciones anormalmente cálidas persistieron durante la mayor parte del año. El calor provocó la desecación de la vegetación que en Siberia alimentó una de las temporadas de incendios forestales más intensas de la historia. En verano algunas zonas tuvieron temperaturas cercanas a los 40 ºC. Si La Niña tuvo algún efecto que evitó un mayor calentamiento, el año 2021 podría alcanzar valores anuales récord.