El 90 % de los seres humanos respiran aire contaminado
La contaminación del aire es un asesino invisible y silencioso. Los números son alarmantes, pero mucho países comienzan a tomar medidas.
El informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es contundente: nueve de cada diez personas en el mundo entero respiran aire altamente contaminado. Cada año siete millones de personas mueren por causas relacionadas con la calidad del aire externo o doméstico.
Si bien las causas finales de las muertes pueden parecer ajenas al problema, la contaminación atmosférica es la causa del 25 % de las muertes por cardiopatías, el 34 % de las muertes generadas por accidentes cerebrovasculares y el 36 % de las muertes por cáncer de pulmón.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS fue claro al indicar que “es inadmisible que más de 3000 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, sigan respirando todos los días el humo letal emitido por cocinas y combustibles contaminantes en sus hogares”.
La contaminación es sinónimo de muerte
La OMS establece que al menos siete millones de personas mueren cada año por causas asociadas a la contaminación, debido en gran medida a que las partículas más finas penetran mediante el sistema respiratorio a los pulmones y al sistema cardiovascular.
Además de los datos estadísticos que mencionamos más arriba en la nota, podemos agregar que la neumonía es otra de las enfermedades asociadas a este problema, que en muchos casos ante complicaciones puede conducir a la muerte.
Tomando el año 2016, sólo por contaminación directa del aire se presume que la cantidad de muertes alcanzaron a 4,2 millones de personas. A eso se suma la contaminación del aire doméstico con más de 3,8 millones de muertes.
Es hora de tomar medidas concretas
En uno de sus informes, la OMS establece que alrededor de 3000 millones de personas (más del 40 % de la población) no tiene acceso a tecnologías seguras en sus hogares por lo que respiran aire de mala calidad.
Muchas megaciudades han comenzado a tomar medidas concretas. Por ejemplo, la ciudad de México se comprometió a aplicar normas para favorecer vehículos menos contaminantes, tendiendo a autobuses que no emitan hollín, y prohibiendo desde 2025 autos particulares que funcionan a diésel.
Lo importante como mensaje, es que la mayoría de los países han tomado nota de esta realidad. Si bien el camino es largo, muchos países se van comprometiendo con la aplicación de políticas que puedan mejorar la realidad de millones de personas para que todos podamos respirar aire más limpio.