El cambio climático aumentará la turbulencia en los vuelos
Un estudio científico halló un aumento de la cortante vertical de la corriente en chorro sobre el Atlántico Norte. Las turbulencias severas en vuelo serían más frecuentes en el mediano plazo, pudiendo triplicarse para 2050-2080.
De mantenerse el ritmo actual de calentamiento del planeta en no mucho tiempo los viajes en avión podrían empezar a ser menos placenteros ante la posibilidad de que la turbulencia sea más frecuente.
Así lo aseguran científicos de la Universidad de Reading tras encontrar un importante impacto del cambio climático sobre las corrientes en chorro, fuertes y estrechas corrientes de aire concentradas a lo largo de un eje casi horizontal en la alta tropósfera o estratósfera según define la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El trabajo liderado por Simon Lee, Paul Willilams y Thomas Frame establece que la cortante vertical (diferencia en la velocidad y dirección entre dos niveles determinados) de la corriente en chorro aumentó un 15% en la atmósfera superior sobre el Atlántico Norte desde que comenzó la era satelital en 1979.
El rol de la corriente en chorro
Debido a que la cortante de viento genera turbulencias, el nuevo estudio ofrece la primera evidencia basada en la observación para respaldar una investigación previa de que el cambio climático inducido por los humanos hará que las turbulencias severas hasta se tripliquen entre 2050 y 2080, lo que significa que los pasajeros de las aerolíneas tendrán un viaje mucho más accidentado en el futuro si el cambio climático continúa.
El nuevo estudio muestra por primera vez que si bien la diferencia de temperatura entre los polos de la Tierra y el ecuador se está reduciendo a nivel del suelo debido al cambio climático, sucede lo contrario alrededor de 34,000 pies, una altitud de crucero de avión típica.
La corriente en chorro es impulsada por estas diferencias de temperatura y la tendencia de fortalecimiento en las altitudes de crucero está causando un aumento en la cortante del viento que impulsa la turbulencia, que hasta ahora había pasado desapercibida, consideraron.
La palabra de uno de los autores
Según Simon Lee, uno de los autores del trabajo, “en las últimas cuatro décadas las temperaturas han aumentado más rápidamente sobre el Ártico, mientras que en la estratósfera, a unos 12 kilómetros sobre la superficie, se han enfriado. Esa situación ha creado un efecto de tira y afloja, donde los cambios de temperatura de la superficie actúan para desacelerar el chorro, mientras que los cambios de temperatura más altos actúan para acelerarlo”.
“Nuestro estudio muestra que estos efectos opuestos actualmente se equilibran, lo que significa que la velocidad de la corriente en chorro no ha cambiado. Sin embargo, buscamos por primera vez la cortante del viento, donde los cambios significativos habían pasado desapercibidos”, apuntó.
“Esto fortalece las proyecciones anteriores para aumentar la turbulencia en el aire despejado, ya que podemos ver un aumento en una de las fuerzas impulsoras que ya ha sucedido. Esto tiene serias implicaciones para las aerolíneas, ya que los pasajeros y la tripulación enfrentarían un mayor riesgo de lesiones”, puntualizó.
La corriente de chorro también afectaría a las aerolíneas al aumentar los tiempos de vuelo desde Europa hacia Estados Unidos y acelerar los vuelos hacia el otro lado, agregó.