Dramática racha de récords: el hielo antártico alcanza un mínimo anual sin precedentes
La extensión del hielo marino en la Antártida alcanzó un mínimo anual nunca visto. La pérdida de hielo es comparable con la superficie de toda la Patagonia. La pérdida de hielo se acrecentó desde 2016.
El hielo marino de la Antártida alcanzó su extensión máxima anual más baja registrada el 10 de septiembre pasado, en un momento en que la capa de hielo debería haber crecido a un ritmo mucho más rápido durante los meses más oscuros y fríos. Tal como informa EarthObservatory, el hielo marino alrededor de la Antártida alcanzó su extensión máxima invernal más baja con 16,96 millones de kilómetros cuadrados. Estos datos fueron logrados con información de la NASA y del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo (NSIDC).
Para poner en contexto esta cifra, se trata de 1,03 millones de kilómetros cuadrados por debajo del récord anterior, alcanzado en 1986, una diferencia que equivale aproximadamente a toda la Patagonia junta. La extensión máxima media entre 1981 y 2010 fue de 18,71 millones de kilómetros cuadrados.
Walt Meier, científico especializado en hielo marino del NSIDC indicó que "el crecimiento del hielo marino parece bajo alrededor de casi todo el continente a diferencia de cualquier región". Los científicos trabajan para comprender la causa del escaso crecimiento del hielo marino antártico, que podría incluir una combinación de factores como El Niño, los patrones de viento y el calentamiento de las temperaturas oceánicas. Nuevas investigaciones han demostrado que el calor oceánico desempeña probablemente un papel importante en la ralentización del crecimiento del hielo en la estación fría y en el aumento del deshielo en la estación cálida.
Un mínimo histórico que se veía venir
En Meteored te habíamos contado a principios de julio que la superficie de hielo invernal ya había alcanzado un valor mínimo histórico. Ahora, este mínimo anual es el último de una serie de récords en el hielo marino del continente, ya que los científicos temen que el calentamiento global haya llevado a la región a una nueva era de desaparición del hielo, con consecuencias de gran alcance para el clima y el nivel del mar, tal como indica The Guardian.
Esta extensión récord en lo que va de 2023 es la continuación de una tendencia a la baja del hielo marino antártico que comenzó tras un máximo histórico en 2014. Antes de 2014, el hielo que rodeaba el continente aumentaba ligeramente en torno a un 1% por década. El derretimiento del hielo marino en ambos polos refuerza el calentamiento debido a un ciclo llamado "retroalimentación hielo-albedo".
Mientras que el hielo marino brillante refleja la mayor parte de la energía del Sol de vuelta al espacio, el agua abierta del océano absorbe el 90% de la misma. Con mayores áreas del océano expuestas a la energía solar, se puede absorber más calor, lo que calienta las aguas oceánicas y retrasa aún más el crecimiento del hielo marino.
El Doctor. Will Hobbs, científico especializado en hielo marino de la Universidad de Tasmania, afirmó que desde abril el ritmo de crecimiento del hielo marino de la Antártida había sido "muy, muy lento". "No se trata sólo de un gran cambio con respecto a la media, sino también con respecto al récord anterior", explicó. "En mayo era bastante obvio que nos esperaba algo espectacular". Dijo que las pérdidas de hielo marino en la región del Mar de Ross se debían probablemente a los vientos que habían empujado el hielo contra el continente, trayendo aire caliente. Pero el clima no podía explicar por qué se había perdido hielo en el resto del continente.
Dudas sobre el futuro
Para entender el proceso, hay que indicar que el hielo marino de la Antártida atraviesa un ciclo anual que alcanza su extensión más baja cada febrero y sus niveles más altos en septiembre. Los científicos aclaran que el hielo marino de la Antártida se había mantenido relativamente estable hasta que en 2016 se batió un nuevo récord de mínimos estivales. Desde entonces, se han registrado nuevos mínimos históricos, incluido este mes de febrero, que batió el récord del mínimo estival más bajo.
Aunque el calentamiento global aparece como una explicación potencial a este proceso, los científicos todavía están tratando de desentrañar las razones de la dramática racha de récords, con la variabilidad natural jugando un papel importante sumado al cambio climático. Se piensa que aún no se ha superado la "barrera científica" que permita afirmar con seguridad que los récords se deben al calentamiento global. Sin embargo, la pérdida de hielo marino es coherente con las previsiones sobre el cambio climático.
El NSIDC dijo que las pérdidas de hielo marino desde 2016 estaban muy probablemente relacionadas con el calentamiento de la capa superior del océano. "Existe cierta preocupación de que esto pueda ser el comienzo de una tendencia a largo plazo de disminución del hielo marino antártico, ya que los océanos se están calentando a nivel global, y la mezcla de agua caliente en la capa polar del Océano Austral podría continuar", dijo el centro en una de sus últimas actualizaciones.