El hielo antártico desaparece por el carbono negro de sus visitantes
La concentración del carbono negro, también conocido como hollín, es de 2 a 4 veces mayor en los alrededores de las Bases Científicas y los sitios turísticos antárticos, según una nueva investigación. Como consecuencia, la nieve se oscurece y se derrite más rápido.
En los últimos años, la Antártida se convirtió en uno de los grandes atractivos turísticos y el número de visitantes anuales va en incremento, pero no es lo único que aumenta en el continente blanco. Es probable que la contaminación por carbono negro del turismo y las actividades de investigación en la Antártida aumente el deshielo en el continente en unas 83 toneladas por cada visitante, según una nueva investigación de la Universidad de Santiago de Chile.
El carbono negro se produce a partir de la combustión de combustibles fósiles, y prácticamente todas, o casi todas, las actividades humanas son altamente dependiente de este tipo de quema para producir energías. El coautor del estudio, el Dr. Raúl Cordero, de la Universidad de Santiago de Chile, dijo que la nieve antártica era “la más limpia de la Tierra”, pero que los niveles de carbono negro en los sitios de la península antártica eran entre dos y cuatro veces más elevados que en otras partes del continente.
Los científicos estimaron que el hollín producto de barcos, aviones y generadores diésel produce cada verano alrededor de 23 mm de nieve derretida adicional en las áreas más visitadas de ese continente. Además, el estudio estima que el derretimiento prematuro de la nieve debido a la huella del turismo es del orden de docenas a cientos de toneladas por visitante. Mientras que el uso intensivo de equipos que funcionan con combustible en las estaciones científicas hace que las pérdidas de nieve promedio atribuibles a cada investigador sean al menos 10 veces más altas que las del turista.
Cordero también dijo que si bien la cantidad de nieve derretida inducida por la contaminación es mucho menor que el hielo y la nieve perdidos por el calentamiento global, era necesario una transición a fuentes de energía renovable. “Todos los investigadores usan embarcaciones, aviones, helicópteros, generadores, y todos usan diésel para impulsarlos. Existen alternativas técnicas al diésel que podrían usarse en la Antártida”, dijo, citando a la estación de investigación belga Princess Elisabeth Antárctica, que funciona principalmente con energía eólica.
Según los últimos datos, más de 74.000 turistas viajaron al continente blanco en la temporada 2019-2020, casi el doble de las cifras de hace una década atrás, y un 95% de ellos fueron a la Península.