El huracán Sally amenaza con más de 300 milímetros de lluvia
Sally llegará a la costa de Louisiana como huracán de categoria 2. Pero su peor efecto estará dado por su lento desplazamiento que amenaza con afectar la zona con importantes inundaciones y lluvias por encima de los 300 milímetros.
Luego de comenzar su desarrollo como depresión tropical en cercanías de las Bermudas, Sally se transformó en tormenta tropical mientras avanzaba al oeste y pasaba sobre el extremo sur de la península de Florida en los Estados Unidos. Al ingresar en las aguas más cálidas del Golfo de México, Sally se encontró con mejores condiciones para su desarrollo que estaban acompañadas por un buen perfil de vientos en altura.
Finalmente durante este lunes 14 de septiembre de 2020 Sally se convirtió en huracán al superar la barrera de 118 km/h de viento sostenido, que es el valor que lo transforma en huracán de categoría uno. Su trayectoria es hacia el oeste noroeste y es probable que para el momento que toque tierra tenga la energía suficiente para alcanzar la categoría 2 con vientos sostenidos por encima de los 154 km/h.
El punto más probable de contacto con el continente estará cerca de la desembocadura del río Mississippi en Louisiana. La peligrosidad de Sally no está dada fundamentalmente por la intensidad de los vientos sino porque se trata de un ciclón tropical de lento desplazamiento. Esto hace que los acumulados de lluvias puedan ser mucho mayores en zonas de la costa y que el oleaje de tormenta resulte mucho más destructivo.
Su peor amenaza está en su lento desplazamiento
Los modelos utilizados por el National Hurricane Center de Estados Unidos prevén que los acumulados de lluvia superen los 300 milímetros en la costa de Louisiana y el oleaje de tormenta supere los 3 metros entre Louisiana y Alabama. Una vez que toque tierra Sally perderá progresivamente intensidad pero el efecto de la lluvia y el potencial de inundaciones será muy alto.
Por delante, un frente frío casi estacionario hará que su trayectoria vire hacia el noreste para terminar afectando a Georgia y South Carolina como depresión tropical para el viernes. Sally también, más allá de su intensidad, forma parte de una temporada histórica. Es la primera vez que se llega a la letra S tan temprano en septiembre. Esto indica el alto grado de actividad en el océano Atlántico.
Tomando el promedio de los últimos 70 años, se alcanzaba la letra S en los primeros 10 días de octubre, y nunca una tormenta tropical había alcanzado esa letra antes del 15 de septiembre. Esto da cuenta de una temporada que se había anticipado muy activa con un buen perfil de viento en altura que ayuda a su desarrollo. En las zonas tropicales, para el desarrollo de ciclones de este tipo se necesita que no haya intensificación de viento con la altura, lo que los meteorólogos llaman cortante o cizalladura.
El Atlántico en ebullición
El Atlántico se encuentra en ebullición. En el mapa que acompaña la nota algo más abajo se pueden observar todos los huracanes, tormentas tropicales, depresiones y perturbaciones entre la costa de África y América. De hecho ya existe la tormenta tropical Vicky que se prevé comience a desplazarse hacia el oeste, por lo que habrá que seguirlo muy de cerca ya que podría afectar a zonas habitadas del Caribe.
Por su parte el huracán Paulette avanza hacia el noreste en el océano Atlántico y a medida que penetra en aguas más frías puede transformarse en una depresión extratropical. Si bien su pronóstico a más de 5 días es muy errático, desde los centros de meteorología de Europa lo está siguiendo muy de cerca.
Mientras, queda por delante el resto de septiembre y octubre, que es cuando se da el pico de huracanes y no se puede descartar que alguno de mayor categoría pueda desarrollarse. Ya en 2005 el listado de nombres se acabó y hubo que recurrir al alfabeto griego para seguir nombrando a los ciclones que se fueron desarrollando sobre el final de la temporada. Habrá que esperar para ver si este año ocurre lo mismo, cosa que es altamente probable.