El Mar Argentino frente a las costas de Buenos Aires no deja de calentarse y logra temperaturas de las playas de Brasil
Los 24,7 ºC que registró en enero el mar frente a Mar del Plata es el valor más alto en una década. Se alcanzaron temperaturas del mar similares a las de Brasil. El océano sigue calentándose como ya ocurre desde hace 40 años.
La temperatura del agua de los océanos viene mostrando valores récord en los últimos años. Si lo que vimos en 2023 a lo largo de la mayor parte del mundo parecía insuperable, los valores de los primeros meses de 2024 están aún por encima. Y a esa realidad no escapan los mares de nuestra región. Tal como indica Nex Ciencia, el pasado mes de enero se registró en Mar del Plata la temperatura del agua más alta de la última década. Los 24,7°C medidos en la superficie el lunes 29 de enero, son similares a los que pueden encontrarse en las playas de Brasil.
Si analizamos este escenario a nivel global, vemos que en los últimos 30 años, los océanos se han estado calentando más que en los 60 años previos. Este cambio en la temperatura de los océanos conlleva consecuencias graves para la fauna y la flora marina y retroalimentan el cambio climático ya que hay más energía con potencial de liberarse a la atmósfera. A la altura de la provincia de Buenos Aires, el océano incrementa su tasa de calentamiento desde hace cuarenta años.
Un reciente informe del Gabinete de Oceanografía Física del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) indica que “toda esta región del Atlántico sudoeste está aumentando su temperatura no solo en la superficie, sino en casi todos los sitios donde hay equipamiento para detectarla. Esto es lo que indica el oceanógrafo Alberto Piola, profesor emérito de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien ha estudiado datos registrados por sensores ubicados a profundidades que van desde los 1.300 a casi 5.000 metros.
No es una tendencia homogénea
En diálogo con Nex Ciencia, Alberto Piola indica que las tendencias a largo plazo siguen esta estela de alza de calor en todos los mares del globo. Pero aclara que “no es una tendencia homogénea. Hay algunos lugares donde se calienta más que otros. Dependen de patrones de vientos, de las corrientes subsuperficiales, entre otros”. Hay períodos de aumento de temperatura más rápido en relación a otros un poco más lento. Pero Piola aclara que, “si uno toma las series de datos más largas muestran que la tasa de calentamiento está aumentando en todo el mundo”.
Claramente, en los últimos 30 años, las aguas se han calentado más que en los 60 años anteriores. Y los máximos valores se registran en la última década. Utilizando todos los datos que se disponen, imágenes satelitales y los anteriores a ellos, se observa que la tasa de aumento de la temperatura en la superficie es del orden de medio grado Celsius en los últimos 40 años. Visto este valor en solitario, puede parecer una diferencia de temperatura puede parecer baja en valores absolutos. Pero no lo es.
A la hora de tener e cuenta los efectos en los océanos, que absorben alrededor del 90 por ciento del exceso de calor asociado al calentamiento global por el cambio climático, ese valor toma otra dimensión. Por ejemplo, esa diferencia limita la cantidad de nutrientes que llegan a la zona donde hay luz, e impactan sobre el crecimiento de las plantas. Piola aclara que también tienen efecto sobre la solubilidad de los gases, y eso hace que el océano, por ejemplo, posea menor capacidad de absorber dióxido de carbono u oxígeno.
Algunas excepciones
Pero el efecto no es solamente en las plantas. Los animales marinos no escapan a sufrir problemas. “Algunas especies son buenas nadadoras y se pueden adaptar, irán desplazándose; pero, tal vez, haya otras que no tengan tanta movilidad para acudir a otros sectores, donde puedan seguir desarrollándose”, grafica Piola a Nex Ciencia.
Hay registros de estados climáticos como los actuales, pero la tasa de concentración de gases invernadero en la atmósfera no se ha visto en los últimos millones de años.
Por todo ello, se está ante una situación única. Y el calentamiento del mar es una respuesta directa a ese desbalance energético en la Tierra. Pero también hay zonas que muestran efectos contrarios. “El sudoeste del Pacífico, al norte del pasaje de Drake, la parte sur de la plataforma continental patagónica y una parte de la corriente de Malvinas han estado enfriándose en los últimos cuarenta años, mientras en la mayor parte del planeta ha estado calentándose”, compara Piola.
Esa contrafase aún no se ha podido explicar correctamente. Pero desde las costas bonaerenses, hacia el este, se avizora un panorama similar al que ocurre en gran parte del planeta. “En las latitudes de Buenos Aires del paralelo 30 al 40 hay un aumento de temperatura en el Atlántico. Esto lo vienen registrando de hace 40 años, que es desde que se posee información satelital.