El mortal tifón Kammuri arrasó en Filipinas
El tifón Kammuri azotó con gran violencia el norte de Filipinas, el contador de víctimas fatales sigue subiendo, y los destrozos son millonarios. Te contamos lo qué pasó y como sigue la situación.
El tifón Kammuri llegó a ser un supertifón (categoría 4), con vientos superiores a los 230Km/h sobre el Mar de Filipinas. Avanzó en dirección oeste, tocó tierra esta semana en la isla de Luzón (la más poblada de Filipinas), y arrasó el norte y parte del centro del archipiélago. Dejó a su paso lluvias torrenciales, varias víctimas fatales, graves problemas en estructuras y unas 345 mil personas continúan evacuadas en refugios,y esperan volver a sus casas (o a lo que queda de ellas).
La agencia meteorológica había alertado de que el tifón podría provocar inundaciones, deslaves y olas de hasta tres metros de altura. Las autoridades decidieron suspender las clases en 20 provincias del este y el norte del país, declarar alerta en al menos 50 provincias y suspender las actividades en el aeropuerto de Manila (la capital) por 12 horas, con decenas de vuelos cancelados que afectaron a unas 23 aerolíneas.
La historia de Kammuri
Durante los últimos días de noviembre se desarrolló un sistema de baja presión al sudeste de la isla de Guam, que comenzó a mostrar una circulación definida. En 48 horas se convirtió en una depresión tropical, comenzando a desarrollar las características bandas al noreste de su centro. Se intensificó aún más y fue bautizada como la tormenta Kammuri. Después de pasar por el sur de Guam, la tormenta tropical se convirtió el 28 de noviembre en tifón, mantuvo un movimiento cuasi estacionario combinado con una cortante de viento moderada, que en principio inhibió una intensificación significativa del sistema.
Los días siguientes el sistema se mantuvo en el mar de Filipinas, y comenzó a mostrar signos de intensificación rápida nuevamente; es así como Kammuri fue bautizada por los locales, o sea por la Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas (por sus siglas en inglés, PAGASA), con el nombre de Tisoy. El sistema ya era un super tifón y el 1 de diciembre llegó a su máxima potencia (el equivalente a una tormenta de categoría 4 en el Atlántico, para la escala de Saffir Simpson), con vientos de 235 km/h. La ruta de Kammuri pronosticada tenía dirección oeste hacia Filipinas y se esperaba que la tormenta toque tierra en el centro y norte de Filipinas.
Según el boletín de PAGASA, el 2 de diciembre a las 23 horas (hora estándar local), el tifón tocó tierra cerca de Gubat, Sorsogon, que se encuentra en el extremo sudeste de Luzón. La imagen satelital (infraroja) de esa noche, mostraba una banda ancha y gruesa de poderosas tormentas que rodeaba todo el ojo, allí los topes nubosos eran muy fríos (entre -63 y -83°C), lo que indica una gran capacidad para generar fuertes lluvias.
El 3 de diciembre PAGASA mantuvo varias advertencias y alertas hacia la población, en toda la región amenazada por paso de Kammuri sobre tierra. Evacuaron a centenares miles de personas por el peligro de lluvias abundantes, marejadas ciclónicas, oleaje importante, vientos muy violentos, aludes y deslaves que amenazaban la vida. Mientras el tifón arrasaba la parte norte de Filipinas, se iba debilitando a medida que emergía por los bordes occidentales del archipiélago, alejándose.
Al momento de redactar la nota, Kammuri está degradado a tormenta tropical con vientos de 65 km/h, se espera que se desplace en el próximo día o dos en dirección sur sobre las aguas del Sur del Mar de China, a medida que se sigue degradando.
Las consecuencias
Cerca de medio millón de personas debieron desplazarse, en su mayoría hacia el sur de Filipinas por la llegada del tifón. Ayer miércoles, las autoridades informaron que seguían solicitando tomar precauciones y estar alerta a los avisos de evacuación, dadas las inundaciones repentinas y los posibles deslizamientos de tierra, como consecuencia de las fuertes lluvias ciclónicas.
El día posterior al impacto de Kammuri las cifras del desastre no paraban de crecer, en principio el número de víctimas fatales fue 11, pero luego aumento a 17 muertos (al momento de redactar esta nota), y esta cifra aún no es definitiva dado que hay heridos y desaparecidos. Entre las personas que perdieron la vida, se encuentran aquellas que intentaban cruzar un río en las provincias de Sorsogón, Camarines Sur y Quezón; mientras que otras fallecieron por la caída de árboles en las provincias de Quezón, Marinduque y Leyte, debido a las fuertes ráfagas del tifón. Otras terribles causas de muerte por el paso de Kammuri fueron: electrocución, hipotermia, infarto y caída de rayos.
El tifón ha dejado importantísimos daños, miles de árboles arrancados de raíz, techos destrozados y casas totalmente derribadas, incluso algunas infraestructuras gubernamentales se han visto afectadas. Números preliminares hablan de la destrucción de 132 escuelas y más de 1200 viviendas. Lamentablemente cada año cerca de una veintena de tormentas fuertes y tifones afectan a este país, que empobrecen cada vez más a las poblaciones vulnerables; cientos de ellos pierden sus hogares y a sus seres queridos cada año, al enfrentarse cara a cara con estos fenómenos extremos de la naturaleza.