“El Niño” finalizó: ¿qué debemos esperar?
Se decretó oficialmente el retorno a condiciones neutrales, las cuales persistirían hasta el próximo otoño. Las nuevas condiciones podrían afectar la actual temporada de huracanes en el Atlántico.
En los últimos días se decretó oficialmente la finalización de la fase cálida del patrón climático ENOS (El Niño –Oscilación del Sur), más conocida simplemente como “El Niño”. Los datos compartidos por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) dan cuenta del retorno a una fase neutral.
El índice principal para monitorear la actividad de esta oscilación climática es la temperatura de superficie de mar en una región ubicada sobre el Océano Pacifico Ecuatorial y denominada región 3.4. En el último mes de julio este indicador mostró una anomalía positiva de 0,4°C, cayendo por primera vez desde septiembre por debajo del umbral de 0,5°C necesario para decretar el fenómeno Niño.
Si bien este es el indicador principal de monitoreo, existen otras variables atmosféricas en los trópicos que indican a través de su comportamiento qué está sucediendo con este fenómeno climático. Entre ellas se destacan la nubosidad y las precipitaciones sobre el Pacifico, las cuales estuvieron cerca del promedio durante el último mes. Otro factor a tener en cuenta son los vientos alisios del este en el trópico, los cuales han mostrado también signos de normalización.
¿Qué esperar a futuro?
El pronóstico oficial por consenso llevado a cabo por pronosticadores de distintos centros de monitoreo indica que la neutralidad de este fenómeno llegó para quedarse por un buen tiempo, con un alto grado de confianza. La probabilidad de que se mantengan estas condiciones hasta el próximo otoño se ubican por encima del 50%.
Con mucha menor probabilidad de ocurrencia podría volver a darse en este periodo alguna de las dos fases de esta oscilación. Lo más típico es que luego de una etapa de transición se tienda a una fase de signo contrario a la última (en este caso un evento Niña), sin embargo es curioso que en esta ocasión es más probable retornar a condiciones de Niño (cerca del 30% de probabilidad) para comienzos del próximo año que de tener condiciones Niña (en torno al 15%).
Si bien la influencia de esta oscilación es marcada en algunos sectores del planeta, hay que tener en cuenta que no es la única que existe. El regreso a la neutralidad en este patrón en particular no implica que volverán a prevalecer condiciones climáticas promedio en todo el mundo. El retorno a la neutralidad significa que no tendremos la influencia predecible y conocida de El Niño o la Niña y que el arte de pronosticar en la escala estacional se volverá un poco más difícil e incierto para los especialistas.
Según indica la NOAA, uno de los cambios más importantes que podría notarse en los próximos meses en el planeta es un fortalecimiento de la temporada de huracanes en el Atlántico norte. La temporada ya comenzó y suele alcanzar su pico máximo entre principios y mediados de septiembre. La temporada actual de huracanes no ha sido muy activa hasta el momento y en gran parte eso se explica por el fenómeno Niño que estaba en vigencia. Con el cambio hacia condiciones neutras podría volver a beneficiarse el desarrollo de ciclones tropicales.