El Niño y el calentamiento global han hecho de marzo 2024, el marzo más húmedo desde 1940
El último marzo ha sido el mes de los paraguas en varias regiones del planeta, con precipitaciones que han sido récord en numerosos países. Desastres, a la orden del día.
El planeta experimentó el mes de marzo más cálido en los registros, en una racha de 10 meses consecutivos en los que cada mes se estableció un récord de temperatura, según un informe del Programa Copernicus de la UE (C3S). Cada uno de los últimos 10 meses fue el más caluroso jamás registrado en el mundo, en comparación con el mes correspondiente de años anteriores.
Y el aire, al estar más caliente puede contener mayor cantidad de vapor de agua. Este es el motivo por el cual se esperan más precipitaciones, más eventos de tiempo severo como consecuencia del calentamiento global. De hecho, por cada grado centígrado de calentamiento se añade un 7 % más de humedad al aire. En consecuencia, el vapor de agua atmosférico aumenta entre 1 y 2 % por década.
El vapor de agua es un eficaz gas de efecto invernadero y como está vinculado al ciclo del agua, en esencia siempre hay la misma cantidad en circulación. Pero un mayor calentamiento evapora más agua, y al estar el aire más caliente, aumenta su concentración en la atmósfera, con lo que tenemos un ciclo de retroalimentación climática.
El Niño implica mayor disponibilidad de humedad
Si bien los efectos de cada iteración del fenómeno El Niño varían en función de su intensidad, la época del año, su duración y su interacción con otras formas de variabilidad climática, no todas las regiones del planeta se ven afectadas de manera similar. Los patrones de precipitación suelen variar, evidenciando las teleconexiones de este fenómeno en diferentes partes del planeta, pero su principal contribución es el aumento de las temperaturas medias globales.
Es por ello por lo que, ante el pronóstico de un evento El Niño y, en el marco del cambio climático actual, en mayo de 2023 la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió que "Hay un 98 % de probabilidades de que al menos uno de los próximos cinco años, y el quinquenio en su conjunto, sea el más caluroso jamás registrado". En enero de 2024, la OMM confirmó que 2023 fue, por un amplio margen, el año más cálido jamás registrado.
Y como continuamos rompiendo los récords mensuales de temperatura media global, y los océanos registraron temperaturas extremadamente calurosas, una de las consecuencias directas es que el aire pueda contener mayor humedad. Y a mayor humedad (y temperaturas), más combustible para formar nubes de lluvia y de tormentas.
El mes más húmedo en los registros
De todas partes del planeta, llegaron noticias relacionadas con eventos extremos de precipitación. En Argentina, marzo fue un mes muy lluvioso, superando ampliamente los valores normales de precipitación en el centro y norte del país. En Brasil, las fuertes lluvias provocaron deslizamientos e inundaciones, afectando la porción sudeste del territorio. En Indonesia, varios días de precipitaciones intensas generaron inundaciones y deslizamientos. El sudeste de Francia registró hasta 4 veces las precipitaciones medias del mes. En el Reino Unido, las precipitaciones superaron ampliamente los valores mensuales, en particular en el sur, siendo el más lluvioso en 40 años en Inglaterra. Para Irlanda, marzo de 2024 fue el marzo más lluvioso en los registros, y en Australia, el tercero.
Ben Noll, meteorólogo del National Institute of Water & Atmospheric Research de Nueva Zelandia, indicó en X que “El mes de marzo de 2024 fue el más húmedo jamás registrado en el planeta, continuando una racha de meses húmedos récord que se remonta al año pasado.”
Según Noll, “el 67% del planeta tuvo un contenido de humedad superior al normal durante el mes, impulsado por mares muy cálidos y el efecto remanente de El Niño, por el que la corriente en chorro transporta calor y humedad desde los trópicos hacia los polos”.
Para Noll, “esta tendencia a la humedad es tan importante como la tendencia al calentamiento en lo que se refiere al posible aumento de la frecuencia y/o intensidad de las inundaciones en el futuro”.