El portal al inframundo existe en la Tierra: emite extraños sonidos y no para de crecer
Este cráter visible desde el espacio, es cada vez más grande y emite 'ruidos siniestros' según los lugareños. ¿Cuál es su origen? ¿Por qué le interesa a la ciencia?
La actividad humana deja huellas que, en algunos casos, son indelebles.
Cuando en la década de 1990, unos excursionistas que visitaban la región de Yakutsk en Siberia se sorprendieron al descubrir un extraño y enorme cráter que tenía una estructura inédita. Y la sorpresa fue mayor cuando, además de la rara formación geológica, encontraron que desde ese cráter provenían una serie de extraños sonidos.
Por la rareza del hallazgo, la ciencia le puso el ojo a esta formación geológica que es conocida como la “puerta al inframundo” o la “puerta del infierno” que no ha dejado de crecer desde mediados del siglo pasado, y que nos puede dar muchas respuestas no sólo sobre el pasado, sino también sobre el futuro.
El origen
La historia de este cráter viene de unas décadas atrás e involucra a la mano del hombre.
Al igual que en otras regiones del planeta, la tala indiscriminada de árboles en la región provocó daños, la mayoría de las veces de manera permanente. En este caso, la deforestación aceleró la degradación del suelo que provocó un hundimiento progresivo de las tierras que disparó, favorecida por las altas temperaturas en la región de Siberia como consecuencia del calentamiento global, una disolución del permafrost que fue la causa final de la formación de esta grieta.
Ruidos siniestros
Con una profundidad de cien metros, una longitud de más de un kilómetro y una silueta que asemeja a una mantarraya, el Cráter de Batagaika, tal su nombre geológico, es conocido por los lugareños como la “puerta del inframundo”. Es que los habitantes de la región informaban de haber escuchado ruidos siniestros de origen desconocido, y aducen haber visto figuras fantasmagóricas en la zona.
Sin embargo, la ciencia ha hallado las respuestas a esta quimera: los ruidos siniestros tienen su origen en la geología, ya que la rápida expansión de este cráter provoca esos “sobrenaturales” ruidos de los que dan cuenta los habitantes de la zona. Y en cuanto a las figuras fantasmagóricas, la liberación repentina del metano puede provocar cambios en la densidad del aire que se pueden visualizar como figuras fuera de este mundo.
El cambio climático está involucrado
El terreno en esta zona está dominado por el permafrost, una capa de suelo permanentemente congelado que, como sucede en este caso, se encuentra debajo de la vegetación.
Desde 1971, el calentamiento en el Ártico ha sido tres veces más rápido que en otras partes del planeta, y eso derrite el suelo helado favoreciendo la liberación de gases de efecto invernadero almacenados en él.
Según un estudio realizado por la Universidad de Sussex (Reino Unido), la grieta está creciendo a un ritmo alarmante como consecuencia del cambio climático: diez metros más profunda cada año. Y si el verano ha sido muy caluroso, podría hacerse hasta 30 metros más honda. Y si bien es poco probable que crezca indefinidamente como para llegar al centro de la Tierra, si se descongela todo el permafrost se podría liberar una increíble cantidad de gases de efecto invernadero, equivalente a la que hay en la atmósfera en la actualidad, con lo que se agravaría la crisis climática actual.
El pasado en lo profundo
Una investigación científica publicada en Quaternary Reseach realizada en base a muestras del interior del cráter, determinó que la capa de permafrost más antigua data de hace 650.000 años, lo que entusiasma a los geólogos y arqueólogos por la posibilidad de estudiar una de las épocas glaciares de la Tierra. El hundimiento está exhumando sedimentos con restos prehistóricos inéditos hasta ahora, lo que permite reconstruir el ambiente siberiano de entonces.
Se estima que la aparición de estas formaciones geológicas será más frecuente en el futuro, por el calentamiento global y por una mayor presión antropogénica que harán que en algún momento desaparezca todo el permafrost.
Y si eso llegara a suceder, habremos abierto realmente un portal al infierno.