El primer aeropuerto del mundo en anunciar “suspensión indefinida de operaciones” recupera su conectividad internacional
Se trata de la terminal aeroportuaria que, debido a un evento climático, permaneció mayor tiempo sin actividad aérea ni comercial: la historia de resiliencia del Aeropuerto Internacional Salgado Filho.
Porto Alegre se muestra alegre de novo y no es para menos: la ciudad capital del estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil, recupera poco a poco su normalidad y parece dejar en el pasado el triste evento climático que afectó material y emocionalmente a su población durante este 2024.
Desafortunadamente, aquello no es un acontecimiento más en el calendario. Se trató, de hecho, de un fenómeno que reportó a 478 de los 497 municipios bajo agua (es decir más del 95 % del estado afectado, que en proporciones geográficas es una zona comparable al territorio de Reino Unido) y de la que es considerada la peor inundación del país en más de 80 años.
De la misma forma, este jueves 19 de diciembre tampoco es un día más en el calendario: el Aeropuerto Internacional Salgado Filho, la terminal aeroportuaria que sirve a Porto Alegre y que quedará en la historia como la primera en el mundo en llevar a cabo una “suspensión indefinida de operaciones” debido a esta circunstancia, reanuda sus vuelos internacionales volviendo a abrir las puertas de la ciudad al mundo.
¿Qué fue lo que pasó en Río Grande do Sul?
Durante los últimos días de abril y los primeros días de mayo de este año, abundantes precipitaciones provocaron inundaciones extraordinarias del Río Guaíba, lago que baña a Porto Alegre: según cifras oficiales en menos de 24 horas alcanzó unos 5,22 metros y, en consecuencia, la capital del estado terminó con aguas anegadas.
Según reportes, el mal tiempo comenzó en el norte del estado el día domingo 28 de abril con fuertes lluvias y viento, y para el lunes 29 la situación se había extendido por casi todo el estado.
Casi 48 horas después, el martes 30 y hacia las 14:00 horas, se actualizó un aviso meteorológico alertando de un “alto riesgo de perturbaciones por tormentas aisladas, y lluvias intensas y persistentes, provocando rápidas subidas de niveles con desbordamiento de la cuneta hacia arroyos, arroyos, pequeños arroyos y zonas ribereñas, así como elevación de los principales ríos alcanzando niveles de crecida, además de inundaciones en perímetros urbanos y deslizamientos de tierra”.
En varias ciudades del estado de Río Grande do Sul, entre el día 26 de abril y el 2 de mayo, se registraron precipitaciones de entre 500 a 700 mm, correspondiendo a un tercio de la media histórica de precipitaciones para todo un año. Los relatos de los vecinos sobre lo ocurrido empiezan, irónicamente, como la mayoría de los testimonios en ubicaciones que se ven afectadas de semejante manera: “La gente amaneció con un día normal y, conforme iban pasando las horas y el agua iba subiendo, la angustia empezaba a aumentar de sobremanera”.
En términos técnicos, se argumenta sobre lo ocurrido explicando que un bloqueo atmosférico provocado por un sistema de alta presión en el centro-sur de Brasil impidió el desplazamiento de los sistemas meteorológicos típicos (ciclón extratropical, frente frío, vaguada) que provocan precipitaciones. Las temperaturas donde actuó el anticiclón estuvieron entre 5 y 10 °C por encima de lo que históricamente registra el Instituto Nacional de Meteorología (INMET) y las zonas de inestabilidad quedaron confinadas al estado de Río Grande do Sul.
En la capital Porto Alegre, el Centro Histórico y varios otros barrios sufrieron un extenso anegamiento, resultando en calles bloqueadas y personas aisladas. Centenares de muertes, deslizamientos de tierra generalizados y el colapso de una presa están entre las consecuencias de este fenómeno.
Los puentes ubicados sobre el río Guaíba y las avenidas Castelo Branco y Assis Brasil debieron ser cerrados, interrumpiendo así también las principales conexiones de la capital con el resto del estado.
Porto Alegre se eleva de nuevo: el Aeropuerto Internacional reabre sus puertas al mundo
En respuesta a la situación de crisis que atravesaba el estado en aquel momento, el Aeropuerto Internacional Salgado Filho anunció responsablemente el viernes 3 de mayo un cierre por "tiempo indeterminado", suspendiendo posteriormente todas sus operaciones tanto aéreas como comerciales.
El último vuelo llegó a las 20:14 horas de ese día recuerdan las autoridades de Fraport Brasil; luego, el domingo 5 de mayo el agua ya comenzaba a ingresar por el frente del Aeropuerto, lugar de trabajo de al menos unas 4.000 personas.
A mediados de octubre y tras cinco meses sin actividad, el aeropuerto de Porto Alegre, que es nada más y nada menos que uno de los de mayor actividad del país con alrededor de 120 vuelos por día provenientes de once diferentes destinos nacionales, volvió a operar vuelos domésticos.
El pasado lunes 16 de diciembre, el Aeropuerto Internacional Salgado Filho celebró la habilitación de la totalidad de su pista principal de 3.200 metros y el regreso a la operatividad 24 horas, permitiendo nuevamente aterrizajes y despegues a plena capacidad. Con mucha alegría, unos días más tarde, a partir de este jueves 19 de diciembre, reanuda sus vuelos internacionales directos por primera vez tras la recuperación de esos daños ocasionados por las inundaciones que afectaron gran parte del estado en mayo.
Primero será el turno de la aerolínea Copa Airlines, con cuatro frecuencias semanales con Ciudad de Panamá. Luego, le seguirán vuelos directos con LATAM desde Lima a partir del próximo jueves 2 de enero; y de Santiago de Chile a partir del viernes 3 de enero. Por su parte, Argentina deberá esperar recién al martes 4 de marzo para recuperar su conectividad desde Buenos Aires con Aerolíneas Argentinas y en las últimas horas se confirmó que TAP Air Portugal reanudará los vuelos entre Lisboa y Porto Alegre a partir del próximo 1 de abril.
Ahora sí, entonces, Porto Alegre vuelve a estar alegre de novo: considerado un importante polo turístico del país tanto para vacaciones y placer como para negocios, Rio Grande do Sul es un estado sumamente atractivo que ofrece una gran diversidad de paisajes y experiencias.
La ciudad es, además, el mejor punto de llegada para descubrir un rincón bautizado como la “Serra Gaúcha” de Brasil, famosa por sus encantadoras ciudades, como Gramado y Canela. Se trata de destinos tipo boutique conocidos principalmente por su arquitectura europea, su clima templado y sus festivales que nada tienen que envidiarle a la producción de los grandes parques temáticos estadounidenses.
Para quienes prefieren destinos de naturaleza, la costa de Rio Grande do Sul tiene playas como la ciudad de Torres, mientras que la región pampeana ofrece turismo rural, con cultura tradicional.