El pueblo de Italia donde el Sol no sale por meses... ¿por qué?
Hay un pequeño pueblo situado en los Alpes italianos donde el Sol no sale durante casi tres meses, desde mediados de noviembre hasta principios de febrero. ¡Te contamos cuál es y qué solución encontraron para sacarlo de la penumbra invernal!
En los Alpes Peninos, en Italia, se encuentra la localidad de Viganella, un pequeño pueblo de la provincia de Verbano-Cusio-Ossola, en el Piamonte. Este centro del valle de Antrona, un valle lateral del valle de Ossola no lejos del lago Maggiore, tiene hoy menos de doscientos habitantes, habiendo sufrido la pérdida demográfica común a muchas otras zonas montañosas de Italia, tanto en los Alpes como en los Apeninos.
A pesar de ello, este pueblo ha aparecido en periódicos de todo el mundo en los últimos años por una característica muy particular...
Viganella: un pueblo sin sol durante casi tres meses
El pueblo de Viganella está rodeado de altas montañas que, en los meses de finales de otoño e invierno, bloquean los rayos del sol desde la mañana hasta la tarde. Desde el 11 de noviembre, día de San Martino, hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria (dos coincidencias verdaderamente singulares, las veremos en luego), la loma alpina impide que el sol llegue a las calles y plazas del pueblo.
En los valles montañosos el sol sale más tarde y se pone antes que en las zonas bajas. En algunos casos la orientación geográfica y la profundidad del valle amplifican esta reducción de las horas de luz, que cobra aún más importancia en los meses de otoño e invierno, cuando el Sol está más bajo en el horizonte. Sin embargo, el caso de Viganella es particular, dado que el Sol desaparece durante más de 80 días, casi tres meses.
Un detalle curioso es que el Sol ilumina por última vez el pueblo el día de San Martino, el 11 de noviembre, una fiesta milenaria celebrada en toda Europa en la que se prepara para el largo invierno con el “verano de San Martino”.
Más curiosa aún es la fecha del final de este período sin Sol:el 2 de febrero, día de la Candelaria, festividad en la que se celebraba con velas el evidente alargamiento de las horas de luz. Una curiosa coincidencia. No es casualidad que esta fiesta todavía se celebre mucho en el país hoy en día, ya que coincide con el regreso de los rayos del sol después de casi tres meses.
La solución para que el Sol no desaparezca del pueblo
En 2006, el ex alcalde de la ciudad Pier Franco Midali, junto con el arquitecto Giacomo Bonzani y el ingeniero Emilio Barlocco, tuvieron la idea de colocar un gran espejo giratorio en la montaña sobre el centro habitado para reflejar los rayos del sol e iluminar el campo, dando luz y un poco de calor en esos largos meses de penumbra.
El proyecto se hizo realidad ese mismo año, cuando se colocó un espejo de 8 metros de ancho y 5 metros de alto en la montaña sobre Viganella, Alpe Scagiola, al norte de la ciudad, dirigiendo los rayos del sol hacia la plaza del pueblo.
El espejo, de cuarenta metros cuadrados de acero translúcido, se mueve durante todo el día gracias a un sistema mecánico informatizado, comportándose como un girasol. De esta forma, siguiendo el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, es capaz de garantizar unas 6 horas de luz solar en la plaza de Viganella, en los tres meses de penumbra. Además de aportar un poco de calor, también ahorra energía. Esta solución ha tenido mucho éxito y ha sido reportada por los medios de todo el mundo en los últimos años.