El torneo de tenis US Open de Nueva York se adapta a los nuevos retos que plantea el cambio climático
La ciudad de Nueva York ha estado sufriendo el aumento de las temperaturas y fenómenos meteorológicos extremos. Ahora, el torneo de tenis US Open afronta cierta preocupación debido al calor extremo y a la necesidad de tomar medidas adicionales.
El evento deportivo US Open, que comenzó este lunes y atrae a miles de espectadores y a algunos de los mejores deportistas del mundo, se está adaptando rápidamente a una nueva realidad climática, reforzando el papel de la sombra como recurso, tanto para los jugadores como para el público.
Adaptación climática: techos retráctiles y nuevos horarios para afrontar el calor extremo
Históricamente, las condiciones climáticas siempre han sido una incógnita en los eventos deportivos al aire libre. Sin embargo, el calentamiento global está obligando a los dirigentes del torneo a implementar cambios estructurales para protegerse.
La ola de calor del año pasado obligó a los organizadores del torneo a repensar el uso de techos retráctiles en los principales estadios Arthur Ashe y Louis Armstrong. Inicialmente diseñadas para evitar retrasos debido a la lluvia, las marquesinas se utilizaron por primera vez para crear sombra y proteger a los jugadores y espectadores del calor intenso. Este año, esta medida temporal se convirtió en política oficial.
El US Open utiliza el WetBulb Globe Temperature, un método que mide el estrés térmico bajo la luz solar directa, combinando factores como la velocidad del viento y la humedad del aire. Cuando esta temperatura supera los 30 ºC, los techos del estadio se cierran parcialmente. Además, también se introduce un descanso de 10 minutos para los jugadores durante los partidos.
Este enfoque es cada vez más común en el mundo del deporte.
Madeleine Orr, profesora de ecología del deporte en la Universidad de Toronto y autora del libro “Warming Up: How Climate Change is Changing Sport”, destaca que la clave para afrontar estos desafíos pasará también por la reprogramación de los eventos deportivos. Esta adaptación puede no sólo implicar cambiar las temporadas deportivas a periodos del año con temperaturas más bajas o cambiar el horario de los juegos y entrenamientos. Un ejemplo de ello fue el Mundial de Fútbol de Qatar 2022, que se pospuso hasta noviembre para evitar el período de mayores temperaturas del aire.
La preparación para el calor extremo garantiza la seguridad de jugadores y espectadores
Estas adaptaciones podrían ser positivas para las populares sesiones nocturnas del US Open, que comienzan este lunes. Los partidos diurnos, que comienzan alrededor de las 11 de la mañana y se desarrollan durante la tarde, son particularmente vulnerables, especialmente en campos al aire libre, que carecen de sombra. Durante un partido de clasificación en un día templado de 24 °C, muchos aficionados utilizaron sus propios sombreros y sombrillas para protegerse del sol.
Desde 2018, cuando una ola de calor obligó a cinco jugadores masculinos a abandonar los juegos debido a problemas de salud causados por las altas temperaturas, los funcionarios del torneo han realizado mejoras continuas. Además de contratar a la empresa de tecnología meteorológica Tomorrow.io para predecir el impacto del clima en cada campo, también introdujeron salas de refrigeración junto a ellos. Además, comenzaron a proporcionar toallas con hielo y aparatos que soplan aire frío a los jugadores.
Para los espectadores, se plantaron más árboles entre los estadios principales, añadiendo más sombra. Además, el número de estaciones de agua se ha duplicado en los últimos dos años y en algunas zonas del complejo se distribuyen de forma gratuita máquinas de refrigeración portátiles y ventiladores.
Como advierte Melissa Leber, directora de servicios médicos del torneo, tanto los jugadores como los espectadores deben tomar en serio las precauciones contra el calor. Para evitar problemas de salud, es importante que los espectadores se muevan, busquen sombra y se mantengan hidratados.
Estas medidas reflejan un esfuerzo concertado para adaptar uno de los eventos deportivos más importantes del mundo a las nuevas realidades impuestas por el cambio climático, demostrando que, para sobrevivir al calor, tanto el público como los jugadores deben estar preparados.