Emergencia en África ante la peor plaga de langostas en décadas
Un pequeño enjambre de un kilómetro cuadrado de extensión puede comer la misma cantidad de alimentos en un día que 35.000 personas. Desde la FAO aseguran que la situación es catastrófica. ¿Cuáles son las causas y qué acciones se están llevando a cabo?
Los extremos climáticos que sufrió el Cuerno de África el año pasado crearon un ambiente óptimo para una reproducción exponencial de langostas. Inicialmente la sequía, dando luego paso a extensas inundaciones en una temporada con intensos ciclones en el Indico.
El pasado 6 de diciembre, tres ciclones giraban sobre el Índico. “Lo normal es que no haya ninguno al año o quizás uno. En 2018 tuvimos dos y el año pasado ocho. Y sabemos que son los creadores de enjambres”, aseguró Keith Cressman, encargado en la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) del monitoreo de la langosta. Las lluvias torrenciales provocadas por los ciclones permitieron una inusual reproducción del insecto en la Península Arábiga, sobre todo en el desierto de Arabia y en Yemen. Posteriormente, enjambres lograron cruzar el Golfo de Adén impulsados por el viento y a partir de ahí, penetrar en el continente africano.
El brote de langosta es el peor que han sufrido Etiopía y Somalia en los últimos 25 años y la peor infestación que ha vivido Kenia en 70 años. Djibouti y Eritrea también están afectados.
La langosta del desierto está considerada la plaga migratoria más destructiva del mundo y un pequeño enjambre de un kilómetro cuadrado de extensión puede comer la misma cantidad de alimentos en un día que 35.000 personas.
El director general de la FAO Qu Dongyu afirmó que el brote de langosta del desierto en el Cuerno de África podría provocar una crisis humanitaria y pidió financiación urgente para hacer frente al brote a fin de preservar los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria.
La FAO ya ha movilizado 15,4 millones de dólares de los 76 millones solicitados para los cinco países, pero espera que las necesidades aumenten en medio de la preocupación de que el brote se extienda a otros países como Sudán del Sur y Uganda.
Las acciones frente a una situación catastrófica
“La situación es catastrófica”, asegura Justine Texier, responsable de la División de Emergencias y Resiliencia de la FAO, “al riesgo para las cosechas y para los animales que dependen de los pastos se suman los posibles conflictos entre agricultores y pastores. Las langostas no saben de fronteras y, con buenos vientos, pueden avanzar a una velocidad de 150 kilómetros al día. Si no actuamos ahora, los insectos se pueden multiplicar por 500 de aquí a junio”.
Los gobiernos africanos hacen frente a la plaga con fumigaciones aéreas, en las que se utilizan pesticidas químicos de impacto limitado. El objetivo es matar a los insectos sin generar un daño peor a las cosechas, sobre todo de cereales, de las que depende buena parte de la población. “En estos cinco países ya hay 12 millones de personas en inseguridad alimentaria grave y otros 20 en riesgo debido a la sequía. Ellos serán los primeros en sufrir las consecuencias de la langosta”, añade la experta.
La FAO ha comenzado a distribuir comida para el ganado y semillas así como pequeñas cantidades de dinero que les permitan hacer frente a sus necesidades básicas a los 89.000 hogares más afectados, unas 620.000 personas. En algunos lugares la inseguridad ligada a conflictos preexistentes y a la presencia de grupos terroristas complica las operaciones de control de la plaga.